Hoy jueves 14 de diciembre fracasó la sesión especial para tratar la ley que perjudicaba a millones de jubilados y beneficiarios de la asignación por hijo. Miles de manifestantes concentrados en la Plaza del Congreso fueron reprimidos por las fuerzas conjuntas de Gendarmería y Prefectura, junto a las Policías Aeroportuaria, Federal y de la Ciudad.
Por Ignacio Di Toma Mues
Se acercaba la hora, faltaban minutos para las dos de la tarde, expectantes esperaban columnas multicolores en lo político, columnas de trabajadores de distintos gremios y gente suelta, como suele decirse. Había bronca por la ley que se iba a tratar pero también la alegría de juntarse para manifestar.
A la vez que sonaba la chicharra en el recinto llamando a sesión comenzaron los tiros y los gases, la represión se había desatado. Las Fuerzas conjuntas de Gendarmería y Prefectura, junto a las Policías Aeronáutica, Federal y de la Ciudad, en un número impensado para una democracia, arremetió contra los manifestantes que de a miles se habían concentrado en los alrededores del Congreso Nacional.
Iban a expresar su descontento por una ley que le quita a jubilados y beneficiarios de la asignación universal por hijo más de 100 mil millones de pesos. La jornada terminó en un escándalo con “diputruchos” en un falso quórum que el propio oficialismo reconoció implícitamente al levantar la sesión y declararse – a decir de la diputada Elisa Carrió, en minoría.
Diputados agredidos por las fuerzas de seguridad a las ordenes de la Ministra Patricia Bullrich, manifestantes heridos con perdigones, descompuestos por los gases y detenidos al voleo, arrestaron hasta personas en estado de indigentes.
Todo porque el Gobierno Nacional tomó la decisión de ajustar a los más desprotegidos. Pero esta vez no hubo distraídos y no los dejaron solos.