Las grabaciones de series, películas y ficciones televisivas están paralizadas por el aislamiento social obligatorio. En esta nota, Laura Couto (productora entre otros trabajos de: “Los Simuladores”, “Amor mío”, “Según Roxi” y “El mal menor”) brinda un panorama de la industria y de la situación laboral de sus trabajadores.
Por Mailen Maradei
En una solicitada, trabajadores independientes de televisión expusieron la situación que están atravesando en medio de esta pandemia. Sin ingresos, con familiares a cargo, sin respaldo de las empresas que los contratan y sin representación sindical. En el documento, reclaman ser reconocidos por SATSAID (Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos) y la apertura de un departamento de trabajadores audiovisuales eventuales con representación sindical que los contemple.
“La situación del sector audiovisual es sumamente complicada. En todas las empresas argentinas hay una parte de informalidad. En cine y publicidad, los contratos son a corto plazo, hay ramas que trabajan más o menos tiempo. Cine, publicidad y ficción televisiva son ramas que están absolutamente frenadas. No se puede juntar actores para hacer una escena. Eso genera inestabilidad laboral y hace que la gente esté muy preocupada porque no tiene cobertura social”, señala Laura Couto, productora de audiovisuales, entre ellos, “Los Simuladores”, “Amor mío”, “Según Roxi” y “El mal menor”.
Por el momento, la situación no avizora soluciones a mediano y corto plazo para encontrar una salida laboral. “Es inimaginable pensar en un pronóstico a mediano y corto plazo. La industria cinematográfica tiene más paliativos que los trabajadores eventuales de televisión porque su sindicato y el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) se están moviendo”, analiza Laura.
En el rubro de televisión, la situación es más compleja. “Hay trabajadores en relación de dependencia y trabajadores eventuales. Todos los afiliados al sindicato de televisión son en relación de dependencia. El trabajador de televisión freelance o independiente no tiene ningún tipo de cobertura ni sindicato que lo tenga en cuenta. En los años `90, pleno menemismo, no había ninguna cobertura sindical para los trabajadores eventuales, entonces hacíamos la broma de que teníamos que generar el sindicato de los independientes”, dice Laura.
Sumado al impedimento de realizar grabaciones por el contexto de pandemia, la situación en la industria audiovisual se profundiza porque sus trabajadores conviven con la precariedad laboral desde hace años. Según comenta Laura, durante el macrismo la producción audiovisual atravesó uno de sus peores momentos.
“Fueron cuatro años sumamente duros. Con el macrismo, se acabaron los subsidios estatales para las producciones audiovisuales, los concursos, se redujeron los contenidos de los canales Encuentro y Paka Paka y sus plantillas de manera escandalosa. Esos canales eran una doble fuente de trabajo; generaban trabajadores en relación de dependencia, proyectos independientes y contenidos para el canal”, afirma Laura.
Las plataformas de streaming sumaron otra realidad a la situación laboral. Con la llegada de Netflix y novelas extranjeras, la ficción se mudó de lugar y la pantalla televisiva cambio sus formas de producir y generar contenidos. La pantalla se inundó de novelas procedentes de otros países y la industria televisiva argentina quedó relegada.
En tiempos de pandemia, esa situación trajo aparejado muchos problemas. En relación a esto, Laura opina: “Creo que está faltando una ley audiovisual. Hay que proteger la pantalla generadora de contenidos nacionales. Ante la emisión de telenovelas extranjeras, no hay forma de defenderse. Hoy en día, la ficción está pasando a las plataformas de streaming. El problema es que las plataformas no pagan los impuestos porque no se encuentran emplazadas en el país y la Argentina tampoco pone condicionamientos. Europa si le exige ciertas condiciones a Netflix, por ejemplo, tener cierta cantidad de programación europea en su grilla”.
El consumo de productos de ficción es cada vez mayor. Ante este panorama de inestabilidad laboral que viven muchas familias y trabajadores de la industria audiovisual, es imprescindible que puedan contar con una ayuda económica y una representación sindical que luche por sus derechos.