Ventanas rotas, baños sin papel higiénico, invasión de ratas, obras abandonadas en escuelas públicas. En el momento en que la administración porteña tarda en atender los problemas educativos, por burocracia o desidia, es cuando intervienen las cooperadoras escolares, integradas por las familias de los estudiantes. En la zona están agrupadas en torno a los límites de la Comuna 12 (Villa Pueyrredón, Saavedra, Villa Urquiza, Coghlan) para consolidar una lucha colectiva por la educación pública de calidad.
Por Juan Manuel Castro
“La Comuna 12 tiene muchas escuelas que están bastante bien porque hay una comunidad organizada”, señala a este medio Ani Meizoso, delegada de Cooperadoras de la Comuna 12. Cuenta que hay cooperadoras en la mayoría de los establecimientos escolares de los cuatro barrios. “Nos reunimos y trabajamos juntos sobre qué se puede hacer en beneficio común. Tratamos de armar proyectos de ley o pedidos de informes para presentar en la Legislatura porteña. También impulsamos reuniones con autoridades del Ministerio de Educación e Innovación de la Ciudad. Sin embargo, casi nunca lo conseguimos. Las autoridades dicen que hay diálogo con la comunidad educativa, pero no se aprecia en los hechos”.
Fruto de esta organización, el primer sábado de octubre se hizo el tercer festival de las Cooperadoras de la Comuna 12. El lugar de encuentro fue el Parque Saavedra bajo el lema “En defensa de la Educación Pública”. Se presentaron Vuelta Canela, Tambores del Pañuelo, entre otras agrupaciones.
Hubo actividades para la niñez y referentes de las cooperadoras se expresaron sobre problemáticas locales. “Fue hermoso, hubo mucha gente. Lo queremos seguir replicando, necesitamos que las comunidades sepan el trabajo de las cooperadoras, que es fundamental para que la escuela pública se pueda sostener en pie”, reflexionó Ani.
“Sin las cooperadoras, trabajando y organizadas, sería imposible que las escuelas se pudieran sostener abiertas. Estarían sin luz, sin gas. El ministerio de Educación e Innovación porteño debe garantizarlo, pero somos nosotros quienes estamos corriendo atrás de los problemas bregando e interviniendo para su solución”, reflexiona.
Desde hace tiempo que se reclama por la pileta del Polo Educativo Saavedra. El pedido retomó fuerza tras la polémica por el recorte de las clases de natación en la Escuela Álvarez Thomas de Agronomía a la que asisten niños y niñas de las Comunas 12 y 15. En el festival de cooperadoras se retomó el tema.
En el Polo están emplazas la Escuela Técnica Nº 36; Escuela Superior de Educación Artística Juan Pedro Esnaola; Escuela Especial N° 1; Jardín Naranjo en Flor. “La pileta se pensó en el plan educativo, pero está abandonada. Se tenía que inaugurar en 2012, pero hoy es un ‘juntadero’ de agua podrida. Hay hasta un árbol adentro, es un desastre. Estaba ideada para la Escuela Especial y para la escuela de música, para que en vez de vóley o fútbol los estudiantes tuvieran natación, para que no se lesionen las manos ya que son músicos. La iban a usar estudiantes de la técnica y del jardín. En lugar de abrir la pileta, este año el jefe de Gobierno (Horacio Rodríguez Larreta) reinauguró la escuela dentro del plan de 54 Nuevas Escuelas, pero el Polo ya estaba desde hace tiempo (en la web oficial del Gobierno figura Naranjo en Flor junto a la leyenda “Obras reanudadas por nuestra gestión)”.
Otra acción que mantienen las cooperadoras de la Comuna 12 es por el aumento del Fondo Único Descentralizado de Escuelas (FUDE). En el mes de agosto, una declaración de Rodríguez Larreta en Radio con Vos generó una dura réplica.
“Muchos de los gastos de la cooperadora hoy los asume el Gobierno porteño, como el mantenimiento – expresó el Jefe de Gobierno -, no podemos hacer que los chicos dependan de la cooperadora: hay algunas que son buenas y funcionan bárbaro por el trabajo de los padres y otras en las que se han generado problemas. Los chicos no pueden depender de los padres”.
Y añadió: “El mantenimiento de la escuela lo tiene que garantizar el Estado. Hoy todas las escuelas tienen una empresa de mantenimiento básico, como el cambio de bombitas de luz. Tenemos 820 edificios escolares. El Gobierno porteño asume allí gastos y responsabilidades que antes asumían las cooperadoras”.
Ante estos dichos, las cooperadoras de la Comuna 13 (Belgrano, Núñez y Colegiales) hicieron un comunicado, al que adhirieron las que integran la Comuna 12: “Los fondos propios que la comunidad aporta mes a mes resuelven que haya papel higiénico en los baños, lavandina, tizas, entre otras cosas básicas. En promedio, el Estado aporta 112 pesos por alumno al año. Las escuelas necesitan para funcionar con lo básico un promedio de siete FUDES. El Gobierno de la Ciudad aporta solo uno. Las escuelas abren todos los días gracias al aporte de las familias. Las empresas de mantenimiento no cumplen los contratos y el mantenimiento es deficiente, llega tarde y no resuelve los problemas”.
La polémica continuó en la Legislatura porteña. Ani señala que los legisladores Lorena Pokoik, Paula Pennaca y Mariano Recalde presentaron un proyecto de ley para modificar la Ley N° 3.372 con respecto al Fondo Único Descentralizado de Escuelas. La iniciativa propone que se calcule el monto de este fondo según la realidad de cada escuela y que la comunidad debata las necesidades particulares.
Ani explica sobre los FUDES: “Calculamos que en una escuela de 300 chicos llegan 90 mil pesos de los cuales hay que restarle 60 mil para el plan natación, que es obligatorio. Te quedan 30 mil y es a razón de 110 o 112 pesos por chico por año. Son 0,55 centavos por día. Necesitaríamos seis FUDES más”.
“Este dinero faltante lo generan las cooperadoras con festivales, ferias del plato, cuota social. Son miles de malabares que hacen las cooperadoras para juntar el dinero extra, el 80%, para que las escuelas puedan funcionar. Pese a que el ministerio debería intervenir cuando se rompe una silla o una ventana, hay tantos papeleríos que nunca se reponen a tiempo y son las cooperadoras las que corren atrás para que no falte nada en las escuelas”, concluye.