Redescubriremos esta antiquísima forma de expresión del ser humano que trasciende desde la prehistoria hasta nuestros barrios. Identificaremos la marca registrada de artistas, sus innumerables técnicas en lugares insospechados, al alcance del caminante de Villa Pueyrredón, Urquiza y Coghlan. Además de un paseo “de la mano” de guías profesionales.
Por María Fernanda Gómez
Hace miles de años el hombre se expresaba a través de pinturas y grabados sobre las paredes de las cavernas y es conocido como “arte rupestre”. Hoy, un cambio de palabras lo redefinió: “arte urbano” o “arte callejero”. Continúa así, en el nuevo milenio, manifestándose con técnicas parecidas de aquel entonces y con los últimos avances en materiales (aerosoles, mascarillas, tizas, acrílicos, hidro-lavadoras, pinceles, rodillos, etc.) y por supuesto con las herramientas digitales del diseño gráfico.
De las cavernas a los espacios en la vía pública
La expresión de un artista dedicado al arte urbano, los encontramos en lugares públicos o privados. Estos pueden ser cerrados o abiertos, con ruidos de intenso tránsito o silenciosos, oscuros o iluminados. Resulta un proceso creativo de carácter simbólico que unen después de tantos milenios al artista moderno con “aquellos” que lo plasmaron en la prehistoria.
El fútbol, dos rivales y el helicóptero de la Rua en Villa Pueyrredón
El mural luce aún con la pintura fresca sobre la pared medianera de un jardín. Desde la vereda de la calle Vallejos 2978 puede ser visto a través de las rejas. La propietaria (familiar del artista de nombre Mariano) nos abrió gentilmente las puertas de su jardín. En la foto, ella sonríe ante la toma fotográfica junto a la niñita, hija de Mariano o “El Marian”. Pintar el mural, le llevó aproximadamente cuatro días. La cuarentena no detuvo sus ansias de plasmarlo, fue sólo la lluvia que lo demoró (unas horas) el pasado mes de octubre.
El artista urbano, suele ser nómade como el hombre primitivo
Anda por las calles sin dirección fija de trabajo. Va en busca de hallar el lugar, “el lienzo” que será la base para la creación. A veces, se enamora de un espacio en particular el cual determina el motivo a realizar. También entra en juego vivir cerca o que esté del otro lado del mundo, la luz natural necesaria, etc. De pronto puede ser una pared medianera o a la calle, un techo, ruinas, túneles… con una textura lisa, de ladrillos viejos, con humedad o grietas, ventanas y puertas, todo sirve. La imaginación y su motivación no tienen límites.
El artista “nómade” puede ser convocado por una institución, un municipio, un bar, vecinos… ante el pedido de plasmar un acontecimiento, problemáticas socio-culturales, una conmemoración, etc. En algunos casos sus grandes dimensiones, requerirán del armado de andamios, silletas y hasta de una grúa. Nada más interesante para su creador la transformación del paisaje urbano y romper la monotonía visual.
Se dan los casos que mientras el artista está presentando el boceto en la superficie elegida, aparecen los vecinos. Su curiosidad les lleva consultar todo lo relacionado con la obra y quien la hace. No queda exento el brindar su punto de vista. El balance es positivo, según indican los artistas. Ellos se sienten acompañados, reciben estímulos que los ayudan a encontrar, en algunas circunstancias, claves para la concreción del trabajo.
Efímero, competitivo y con firma
La obra se inserta en un espacio de tiempo y lugar, es decir: aquí y ahora. Como la vida de quien lo pinta, no es eterna: nace, evoluciona y muere. No es “pieza” de museos ni de galerías de arte. Saben muy bien que tendrá carácter temporal. Una vez concluido el trabajo puede durar horas, días o permanecer por años.
¿De qué depende entonces el fin de una obra? Los motivos pueden ser la demolición programada de una pared o que el propietario de la pared la re-pinte y coloque un cartel – PROHIBIDO PINTAR -. Incluso pueden pegarse afiches y posters sobre el trabajo anterior, etc. Esto último se lo conoce como paste up (pegado de papel y afiches). Conforman así un collage entre varios artistas. A diferencia del hombre primitivo, en la mayoría de los casos se firma la obra con seudónimos o simplemente con nombre y/o apellido, etc. y alguna vez con la fecha.
En el transeúnte de una gran ciudad, se evidencia la falta de interés por el entorno diario, hasta que un día detiene su marcha frente al sorpresivo encuentro del artista trabajando o un nuevo mural. Suele fotografiarlo e investiga sobre los autores y características en una red social, generalmente en Instagram. Seguramente la compartirá con conocidos. Cuando todo esto ocurre, ¡la misión está cumplida para ambos!
La vida privada es más pública que privada
El arte va y se instala con su propio sello de identidad, narra nuestro tiempo, sentimientos con mensajes, reivindicaciones de paz, ecología, política e inclusive simple placer visual. También aparece otra forma de expresión, no aceptada generalmente en la sociedad: el grafiti. En el medio artístico, se indica que es solo un subgénero dentro de esta inagotable disciplina.
Recorridos a cargo de guías profesionales
El arte urbano se ha desarrollado con una calidad insospechada ante el mundo. Desde hace un tiempo hay visitas especializadas con esta temática o forman parte de tours programados junto con la arquitectura, monumentos, plazas, etc.
El último sábado de octubre, a las 15 horas, dos guías de turismo de la ciudad de Buenos Aires nos invitaron a un recorrido de dos horas. El punto de encuentro: frente a un quiosco de la estación de tren del barrio Coghlan. Exactamente allí, estuvo el primer mural a observar.
Los interesados que nos acompañaron, se habían inscripto con antelación. Uno, era vecino de Villa Urquiza, otra participante había vivido hacía muchos años en Coghlan y regresó ante esta propuesta y dos amigas, residían allí.
Durante el recorrido, una realidad con normas a cumplir
El reducido grupo tuvo en cuenta los procedimientos protocolares vigentes. Se desarrollaron en el paseo, la historia del barrio y el arte urbano. Las guías nos destacaron que, en sus tours de fin de semana, notaron que el público asistente había puesto de manifiesto el gusto por descubrir y saber sobre estos trabajos de vanguardia.
Si tuvieras un espacio disponible y los materiales, ¿qué plasmarías y dónde? Soñar no cuesta nada – por el momento -. Anímate a escribirnos a continuación.
María Fernanda Gómez. Tecnicatura en turismo, Universidad del Salvador. Guía de turismo, Instituto Superior Perito Moreno. Ciudad de Buenos Aires.
FUENTES:
- www.cuevadelasmanos.org https://kokonarte.com/kokon/ https://tiposdearte.com/
- www.muralesdebuenosaires.com.ar