Sabe la Tierra es una asociación civil que a través de estas ferias vincula a pequeños productores con los consumidores. Los días jueves y domingos, entre las 8 y las 14 horas, están presentes con sus puestos en el Feria Itinerante de Abastecimiento Barrial del Parque Saavedra. Nuestro medio visitó la feria el sábado 7 de noviembre, día de su reapertura.
Por Juan Manuel Castro
Como dice el nombre, se trata de saber. De dónde vienen estos alimentos y productos. Quiénes y con qué técnicas procesaron las materias primas. Cuál es la distancia entre el suelo cosechado y la mesa del vecino. Sabe la Tierra es una feria donde prevalecen los productores independientes y la alimentación que prescinde de elementos contaminantes o peligrosos para el ambiente.
En esta etapa del aislamiento social funciona los jueves y domingos de 8 a 14 horas con una veintena de puestos como parte de la Feria Itinerante de Abastecimiento Barrial del Parque Saavedra, que se extiende por García del Río, entre Pinto y Conde.
Alejandro Caraballo es uno de los referentes y organizadores de Sabe la Tierra. Presente en el lugar, habló con este medio: “Es un emprendimiento que promueve vincular los pequeños productores con los vecinos, a los productores que no pueden estar en grandes líneas como supermercados. Productores que son independientes. Hay diseño, almacén, gastronomía. Tenemos productores de Cañuelas, La Plata, Ciudad de Buenos Aires, Florida. Se trata de poder llevar los productos a los vecinos bajo el manto de Ferias de la Ciudad”.
“Hay muy buena convocatoria de vecinos, es una buena clientela. En estos meses de aislamiento, muchos de los productores lograron una cartera de clientes en función del acompañamiento de la Feria de la Ciudad. Vamos traccionando pequeños módulos, en cada barrio va variando, se va a acomodando el productor en donde le es más redituable, en Saavedra hay cerca de 16 puestos de Sabe la Tierra”, agrega.
Este medio recorrió la feria y apreció que los cuidados sanitarios están presentes. El paseo se estructura como un corredor con personal dispuesto en la entrada para rociar alcohol en las manos de los clientes. También hay cordones para que las personas mantengan distancia con los puestos y también con las mesas de negocios gastronómicos que funcionan en la vereda de García del Río. Todos los feriantes están con tapabocas y elementos de higiene como alcohol en gel.
De todos modos, estos cuidados no impiden que el vínculo entre puesteros y clientes fluya, tal como ocurría previo a la pandemia. Así lo expresa, por ejemplo, Florencia de Alquimia Naturista, un emprendimiento de biocosmética natural.
“Es bárbaro volver, retomar el contacto con la gente luego de los meses de aislamiento más duro. La gente que viene a este tipo de ferias quiere el contacto personal con el productor, preguntarle cosas, consejos, saber lo que rodea a lo que tenemos en venta”.
En su caso, hace productos con extractos vegetales puros. Nos cuenta que son biodegradables y ecológicos, incluidos los recipientes. “Hay cremas naturales, productos terapéuticos para el cabello e higiene personal”, señala.
De modo similar, opina Sonia, que luego de trabajar como enfermera pediátrica se avocó a su proyecto llamado Alma y Luz Almacén Saludable. “Acá en las ferias, la gente quiere que le expliques de los alimentos y su procedencia. Las familias quieren saber de dónde viene la comida que sus hijos comen”.
Cuenta que hace ocho años está en Sabe la Tierra. “Ofrezco productos agroecológicos y orgánicos de productores que me distribuyen sus productos, con ellos tenemos trato hace años” asegura Sonia.
“Mi trabajo como enfermera venía del lado de la alimentación, de llegar a una familia diciendo que un menor tiene que tomar vitaminas y minerales. Hay una comprensión mayor que es ver si una persona en su lugar habitual puede consumir algo saludable”.
A su lado, está el puesto de Mumi Jabones veganos. Analía está a cargo y nos cuenta que “no contaminan, no pican los ojos y no tienen vencimiento. Son para llevar en monodosis en el bolso, son muy prácticos para estos tiempos de pandemia. Llevar nuestro propio jabón es importante y más si cuida el medio ambiente”.
Mumi está presente en otras ferias de la Ciudad de Buenos Aires, como la de Mataderos, que también retomó su actividad, tal como otra treintena de paseos contemplados en la legislación porteña y que estaban sin funcionar desde marzo.
“Hace nueve años que vendemos en Mataderos; la actividad allá y acá en Parque Saavedra es el sustento diario de muchas familias por eso es una alegría para los compañeros que podamos avanzar con todos los protocolos para ganar el pan diario”.
Con este espíritu, la feria Sabe la Tierra se muestra como una puerta de entrada en gustos y sabores, pero también en conocimiento. En momentos donde la industria alimenticia a gran escala está bajo análisis de Gobiernos y comunidades, hacer preguntas en sitios como este es un gran acto de autonomía y cuidado.