Un grupo de jóvenes voluntarixs organizaron una olla popular y solidaria en la esquina de Artigas y Cabezón. También realizan caminatas nocturnas por el barrio para acercarse a lxs vecinxs. Conocé a la Asociación Civil, Educativa y Social “Bajar a la calle”, nacida de una iniciativa de estudiantes y profesorxs del Instituto Nuestra Señora de Luján de Villa Pueyrredón.
Por Agustina Cavalanti
Una vez más, la solidaridad baja al barrio. Todas las semanas, desde hace seis meses, jóvenes voluntarixs entregan comida caliente en la olla popular instalada justo en la intersección de Av. Artigas y Cabezón, en la vereda de la estación del tren Mitre.
Asociación Civil, Educativa y Social “Bajar a la calle”
En el 2012 un grupo de estudiantes y profesorxs del Instituto Nuestra Señora de Luján de Villa Pueyrredón realizó un viaje solidario a Santa Fe. A partir de esa propuesta – relatan lxs jóvenes- surgieron las ganas de continuar trabajando y empezaron a realizar distintos proyectos que, con el tiempo, fueron creciendo cada vez más. El voluntariado se llamó “EncontraManos”, hasta que, finalmente, crearon la Asociación Civil , Educativa y Social “Bajar a la calle”.
La Asociación Civil tiene al voluntariado como espacio central, pero sueña con “generar otros espacios que también ayuden a transformar la realidad”. La sede se encuentra en Villa Pueyrredón y los proyectos se ejecutan en diversos barrios de la Ciudad de Buenos Aires como Villa Lugano, Villa Soldati, Núñez, Belgrano y Villa Urquiza; así como en algunas zonas de la Provincia de Buenos Aires (San Fernando y San Martín).
Olla Popular, recorridas por el barrio y otras acciones
Además de la Olla Popular, Guadalupe y Gonzalo junto al equipo de voluntarixs de “Bajar a la calle” realizan recorridas nocturnas por Villa Pueyrredón, todos los jueves de 20 a 21:30, para conversar con las personas en situación de calle. También brindan apoyo escolar en la Escuela Popular San Roque y en la Parroquia Virgen Inmaculada de Villa Soldati, recorren Villa Urquiza y realizan actividades en hogares de niños. Y actualmente en la Casa de las Hermanas del Instituto Dámasa Zelaya de Saavedra de Villa Pueyrredón, colaboraron con la producción de una feria americana.
“Nos juntamos los viernes de 18:30 hasta las 20:30 para brindar una plato caliente y bebida a aquellxs que lo necesiten. El comedor está destinado puntualmente a personas en situación de calle, y es una propuesta que nos permite, con los cuidados necesarios, seguir encontrándonos”, cuentan Guadalupe Sandoval y Gonzalo Díaz, ambos estudiantes universitarios de 23 años, que forman parte del voluntariado desde 2015, cuando cursaban el cuarto año del secundario, realizando diversas actividades como apoyo escolar, recorridas nocturnas y trabajos en comedores.
Con la llegada de la pandemia sus proyectos quedaron suspendidos, pero a la vez, la cuarentena lxs incentivó a establecer un comedor popular y solidario. “En el 2020 abrimos un comedor en la parroquia Cristo Rey. Junto con la comida, dábamos ropa para quienes lo pidieran y cerramos ese año con una bolsa navideña para que puedan festejar las fiestas con algunas cositas. Y en 2021 instalamos la olla en las calles de Pueyrredón”, enfatizan.
El comedor popular de Villa Pueyrredón se sustenta con las donaciones de vecinxs. “También hemos trabajado gracias a las donaciones realizadas por el Banco Credicoop de Villa Urquiza. Son de gran ayuda para nosotrxs, nos consiguió la olla con la cual calentamos la comida”, dicen.
“Nosotrxs expresamos siempre que la comida es la ‘excusa’ para acercarnos a la gente y poder charlar con ellxs. Consideramos que, aparte de la comida y bebida que podamos ofrecer, el conversar con el otro que tenemos enfrente es muy importante. Muchas veces las personas que están en situación de calle también necesitan charlar de sus problemas, hablar de sus vidas o simplemente divagar, pero que enfrente se encuentre con una persona que le dé un rato de su tiempo y lo escuche”, relatan lxs voluntarixs.
“Encontrarnos con los otrxs, con la pobreza que ya conocíamos y con una pobreza nueva, solo nos confirma que hay que seguir. Usar el dolor para actuar, porque hay un otro que sufre y no sabemos quedarnos ciegos frente a eso. También sabemos que tenemos una comunidad grande donde sostenernos. Por suerte, somos muchos ojos bien abiertos y muchas manos comprometidas”, expresan.
Asimismo, lxs voluntarioxs cuentan que colaboran con diversas instituciones y, a su vez, reciben el apoyo de organismos, parroquias y colegios. Pero aseguran que “en realidad somos sólo nosotrxs”, que la Asociación no tiene vínculo con la iglesia ni con partidos políticos.
“Simplemente trabajamos junto a las instituciones persiguiendo un objetivo común”, afirman. “Somos una asociación que deja entrar a cualquiera que quiera hacer actividades y mayormente colaboramos más con las personas que nos dan una mano en distintos proyectos”, agregan.
Para finalizar, Guadalupe y Gonzalo apelan a la solidaridad y colaboración de lxs vecinxs (donación de dinero) para comprar los elementos y alimentos para el comedor. A través de la página web encontramanos.org.ar se puede acceder a la opción para donar voluntariamente una sola vez o mensualmente.