La Dirección General de Salud mental del Gobierno de la Ciudad tiene a su cargo cinco “Residencias Asistidas en Rehabilitación Psicosocial para el alojamiento flexible y transitorio de personas con Trastorno Mental Severo”. Los operadores terapéuticos están bajo contrato, la mayoría con varios años de antigüedad, y deben pagar monotributo e ingresos brutos. Hace dos meses que no cobran lo facturado.
El Gobierno de la Ciudad, a través de la Dirección General de Salud Mental, tiene a su cargo cinco Residencias Asistidas en Rehabilitación Psicosocial para el alojamiento flexible y transitorio de personas con trastorno mental severo, en condiciones de vulnerabilidad social.
Estas residencias son sostenidas por equipos multidisciplinarios. En la práctica el trabajo más arduo lo cubren los operadores y operadoras terapéuticas. Por residencia hay un promedio de 20 pacientes con dos operadores en cada una de las guardias que se realizan en dos turnos de 12 horas por día.
Estos trabajadores de la salud mental están totalmente precarizados con contratos anuales (vencen todos los 31 de diciembre), y la mayoría lleva varios años trabajando en “relación de dependencia” con el Gobierno de la Ciudad en esta condición.
No tienen aguinaldo, ni días por enfermedad y menos vacaciones pagas. En caso de enfermarse o tomarse vacaciones, ellos deben conseguir el reemplazo y pagarlo de su propio bolsillo. Por sus condiciones de precariedad sufren el “acoso laboral” careciendo de toda defensa gremial.
A la baja “remuneración”, 33.500 pesos por mes por dos guardias de 12 horas semanales, debe descontársele el pago del monotributo (3334,24 pesos mensuales) e, increíblemente, el pago de Ingresos Brutos (2.750 pesos bimestrales). No sólo están trabajando sin ninguna protección de las leyes laborales sino que aportan a la “tesorería” del estado que los contrata.
Si a la retribución que reciben se le resta lo que ellos aportan, quedan apenas 28.791 pesos. Además, con una inflación en la Ciudad del 49,2% en el 2021 (según la Dirección de Estadística y Censos porteña), el aumento recibido por los operadores terapéuticos fue del 38,6%. Cabe destacar que la línea de indigencia en la Ciudad es de 25.929 pesos y de pobreza es de 54.038 pesos, en ambos casos para un pareja sin hijos.
Por último, aún no se les abonó lo facturado por enero y febrero. Y según la información recibida por este medio, recién cobrarían en marzo o abril. Mientras tanto el Sindicato Único de Trabajadores y Empleados de la Ciudad de Buenos Aires se lava las manos en clara connivencia con el Ejecutivo porteño.