Del 21 al 24 de marzo se realizaron actividades abiertas a la participación de vecinos y vecinas en el predio de Agronomía, para homenajear a 32 estudiantes desaparecidxs por el terrorismo de Estado, repudiar las violaciones a los derechos humanos y reclamar Verdad y Justicia.
Por Agustina Cavalanti
A 46 años del golpe cívico militar argentino más trágico de nuestra historia, la Comisión de Derechos Humanos de la Facultad de Agronomía de la UBA organizó una semana con diversas actividades para recordar y homenajear a lxs 32 estudiantes detenidxs desaparecidxs; defender la democracia y reclamar Memoria, Verdad y Justicia.
“Realizamos la semana de la Memoria para instruirnos como comunidad. Para llegar al acto con este pedido de Verdad y Justicia; con el reclamo fuerte, basado en conocimiento. Tratamos como comunidad educativa, de formar a las nuevas generaciones, informarlos, prepararlos para el debate, ayudarlos a que se escuchen unos a otros. Nos parece muy importante que, con sus distintas ideologías, todos sean capaces de escucharse y enriquecerse. Esto que tenemos en la democracia de poder expresarnos libremente”, expresó a este portal Susana Perelman, directora de la Comisión de Derechos Humanos de la FAUBA.
La Semana de la Memoria por la Verdad y la Justicia se inició el 21 de marzo con la inauguración de la obra ‘30′ de la artista plástica Andrea Fasani. La producción de ‘30’ comenzó en 2006, cuando se cumplieron tres décadas del golpe de Estado cívico militar. La obra se compone de los clásicos cuadernos GLORIA, numerados, con fotos de cada desaparecidx en la primera hoja. Fue instalado en diversos espacios públicos como Plaza de Mayo, galerías, museos y universidades. En Agronomía, la artista invitó a familiares de estudiantes desaparecidxs a que busquen la foto y escriban en los cuadernos.
El miércoles se presentó un espectáculo familiar a cargo de Teatro x la Identidad, movimiento de actorxs, dramaturgxs, directorxs, coreógrafxs, técnicxs y productorxs que se inscribe dentro del marco del teatro político, y es uno de los brazos artísticos de Abuelas de Plaza de Mayo. También, se proyectó la película “El Nüremberg Argentino”, de los directores Miguel Rodríguez Arias y Carpo Cortes. Al finalizar el film se abrió un debate con el abogado referente en Derechos Humanos, Pablo Llonto.
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Por último, la semana cerró con el acto central por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en el Bosque de la Memoria de Agronomía, ubicado dentro del predio, pegado a la vía del tren Urquiza. El espacio abierto a la comunidad fue creado por estudiantes a finales de la década de los ’90 como lugar de conmemoración de los “24 de marzo”. Allí se reunían cada año y plantaban árboles nativos en recuerdo de lxs estudiantes desaparecidxs.
Este 2022, tras dos años de pandemia, el Bosque de la Memoria reunió nuevamente a familiares, a la comunidad educativa y a vecinxs que compartieron testimonios y homenajearon a las víctimas del terrorismo de Estado.
“Agronomía es el lugar donde más conecto con mis papás”
Dafne Casoy tenía sólo nueve meses cuando lxs militares se llevaron a sus padres. Claudio Argentino, su papá, estudiaba en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires y presidía el Centro de Estudiantes de esa institución académica. Su madre Eva estudiaba Química también en la UBA. Ambos militaban desde el Colegio y después, juntos, formaron parte de Montoneros. Estuvieron escondidos durante un año. Dafne nació en la clandestinidad con la ayuda de un estudiante de Medicina. Cuando lxs secuestraron en abril del 77 la dejaron a upa de un casero, que estaba atado a una silla.
“Cuando me convocaron para participar de un acto del 24 de marzo en Agronomía, empecé a sentir que lo que hacían en la Comisión coincidía con algo que me pasaba a mí en general, que tenía que ver con lo intergeneracional, con ‘como sigue’ ¿no?, es decir, de qué manera se transmite la memoria a las generaciones que vienen”, cuenta.
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Desde hace algunos años, Dafne forma parte de la Comisión de Derechos Humanos de la Facultad de Agronomía y organiza junto a lxs demás integrantes, las actividades para la memoria de la Facultad y el barrio. “La Facultad es el espacio donde me siento más cerca de mis papás. Me pasa algo muy físico, Agronomía es el lugar donde más conecto con mis papás. Me encanta estar ahí, cuando me acerqué no me quise ir. Todos los 24 necesito arrancar ahí para después ir a la marcha en Plaza de Mayo”, expresa.
“La transmisión de la memoria – agrega Dafne- no necesariamente pasa por la palabra todo el tiempo, sino también con arte, teatro, cine. Creo que esas acciones habilitan otras charlas e interpelan a gente más joven”.
El Altillo, un sitio testimonial para la transmisión de la memoria
Detrás del antiguo Salón de Actos de la Facultad de Agronomía se visualiza una escalera. Pese a su difícil acceso, el espacio está repleto de sillas, polvo, mesas viejas y rotas. No tiene electricidad, sólo luz natural que traspasa por una pequeña ventana. Ventana que trasluce letras rojas pintadas a mano: “Tiemblen traidores, Evita vuelve para los trabajadores”. La ventana lleva el sello de la resistencia, de la lucha de una época, del olvido y de la memoria.
El espacio está congelado en el tiempo. Sus paredes hablan, disputan sentidos. Se reconocen pintadas políticas, expresión de estudiantes, tapadas con la firma de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), organización paraestatal de ultraderecha creada por López Rega en 1973. Un pasado traumático que dejó huellas y se hace presente. Marcas que quisieron borrar, que permiten reconstruir el clima de conflictividad social y de confrontación ideológica de una época, los ‘70. “El Altillo” de la Facultad de Agronomía de la UBA representa una foto viva del pasado reciente.
En 2016 lxs propixs estudiantes redescubrieron el sitio e incentivaron para recuperarlo, en un presente controvertido, en un país neoliberal y en una Facultad tradicionalmente conservadora. Rescataron “El Altillo” como espacio para la acción. La participación de lxs jóvenes fue central. Sus narrativas críticas reconstruyeron nuevos sentidos, promovieron la circulación de memorias en el sistema educativo, accionaron colectivamente para que el pasado no pase.
Las historias contenidas durante décadas en “El Altillo” fueros rescatadas, recuperadas y puestas en valor. El acceso fue mejorado, las paredes preservadas con ayuda de una especialista. Se restauraron los grafitis y se incorporaron vitrinas de exhibición de material documental de la época y una línea de tiempo histórica que recorre los principales acontecimientos de esa década en la facultad, en la universidad, en el país y en el mundo.
Hoy la Facultad de Agronomía cuenta con un espacio para la transmisión del pasado reciente, el primero de la Universidad de Buenos Aires y del barrio. Resguarda un material documental que refleja la vida de la facultad en los turbulentos años ‘70 y la historia de lxs estudiantes, docentes y nodocentes desaparecidxs.