Los trabajadores y trabajadoras del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que tiene su sede central frente a Villa Pueyrredón, en Miguelete, vienen realizando protestas y asambleas. Alrededor de 300 integrantes de la planta están a días de quedarse sin trabajo. Este instituto fue creado en diciembre de 1957 y es clave para el desarrollo de la industria nacional. En esta nota entrevistamos a Giselle Santana, delegada gremial.
Fotografía: Fuente SOMOS TELAM
Por Mateo Lazcano
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), ubicado pegadito a Villa Pueyrredón en el partido de Gral. San Martín, atraviesa horas de alerta y preocupación por el futuro inmediato de sus trabajadores. Hasta ahora el organismo pudo evitar la “motosierra” del Gobierno de Javier Milei, pero a 280 integrantes de la planta laboral se les vence el contrato el próximo 30 de junio, y no hay señales de su renovación. La mayoría de ellos cumple su tarea en la Sede de Migueletes, sobre la colectora de General Paz. La semana pasada realizaron un corte de la avenida, que terminó en una dura represión.
El Instituto tiene una distribución federal, con importantes sedes regionales. Posee 3000 trabajadores en todo el país, de los cuales la tercera parte corre serio riesgo en su continuidad.
Hay movilizaciones en todo el país, aunque por el peso propio y la importancia del “Parque Tecnológico Miguelete”, que está situado frente a Villa Pueyrredón y es la oficina central, las acciones más grandes se concentran acá.
Este periódico habló con Giselle Santana, delegada de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el INTI, y nos describió la situación actual. “Es una realidad muy compleja. Nosotros veníamos preparándonos para esto, a partir ya del primer dictamen que salió de la Cámara de Diputados de la Ley Bases, donde directamente se incluía al INTI dentro de los organismos que podían ser disueltos o intervenidos”, señaló.
“A partir de eso era evidente que en la política del Gobierno Nacional estaba el objetivo de desmantelar al INTI, cosa que era bastante previsible asimismo con el proyecto político y económico de la gestión de Milei. Este Instituto se dedica a la transferencia tecnológica a la industria nacional, y si no hay un proyecto de desarrollo productivo, nuestra razón de ser estaba puesta bastante en crisis”, siguió.
A esa realidad se sumó una decisión más puntual del Gobierno sobre el INTI. “Pasado ese dictamen, las autoridades informaron que la idea de la Secretaría de Producción de la que dependemos era recortar un 30% el personal del organismo. Y que la misma empezaría a hacerse efectiva en pocos días, cuando se vencen los contratos de compañeros que tienen el régimen de Monotributo, los cuales se pretenden no renovarlos”, prosiguió.
Estos son 280 del total de 1000 que estaría en la mira. “Se perdería personal altamente capacitado, para los que encima el Estado invirtió en su capacitación y formación”, puntualizó la delegada gremial.
Aunque en estos seis meses no hubo despidos directos, sí se lanzó una propuesta de retiros voluntarios, que como suele suceder, conllevó presiones y amenazas para firmar en algunos casos. A esto se sumó un desmantelamiento operativo.
“Se decidió el cierre de 25 Centros Regionales y Unidades de Extensión en todo el país. Hay que pensar que el INTI es un organismo federal, con presencia en todo el territorio nacional y posee por eso una vinculación muy estrecha con las economías regionales y productores locales. Todo eso ya está afectado”, describió Giselle.
Los trabajadores del Instituto agrupados en ATE se declararon “en estado de movilización”. El jueves 6 de junio cortaron la Avenida General Paz, y fueron duramente reprimidos por la Policía de la Ciudad. Las protestas se están replicando en todo el país.
A pesar de este cuadro negativo, tuvieron una buena noticia. El Senado de la Nación incluyó al INTI en el listado de organismos cuya disolución no podrá disponer el Poder Ejecutivo. Habrá que ver que ocurre en la Cámara de Diputados.
“Estamos convencidos de la importancia del Instituto y de cada uno de los puestos de trabajo. Y por eso venimos llevando campañas, medias de fuerza e hicimos un trabajo en el Senado buscando que se pudiera retirar de la lista de organismos a cerrar. También hicimos asambleas internas, dialogamos con la propia industria, al punto que recibimos apoyo de Cámaras empresarias y asociaciones Pyme, y la red de profesionales de los organismos de ciencia y tecnología”, describió Giselle.
En relación al último aspecto, a finales de mayo se difundió una carta a cargo de Gerentes y Directores regionales del INTI advirtiendo sobre las consecuencias que tendría el cierre o desmantelamiento del mismo.
La importancia del INTI
En relación al Instituto, el mismo fue creado el 27 de diciembre de 1957 en las postrimerías de la dictadura del Gral. Aramburu. Durante la presidencia de Arturo Frondizi, que asumió en mayo de 1958, con la implementación de políticas desarrollistas, donde se hacía foco en la Industria Nacional, heredando la idea de sustitución de importaciones del peronismo, el INTI comenzó a tener una gran importancia.
“La intención era que el Estado pudiera auxiliar esta formación mediante la transferencia tecnológica. Esta les fue permitiendo mejorar, exportar, y poder ser parte del comercio internacional gracias a esa transferencia tecnológica”, enfatizó la delegada de ATE.
“A veces parece un poco lejano y es cierto que hay una gran campaña de quienes quieren avanzar en el desguace del estado de despreciar el trabajo del Estado, de hacerlo parecer como innecesario, cuando decimos que son los derechos de la población. Y está absolutamente presente en el día a día. Cada Centro de Investigación está especializado en una rama de la industria, y por la acción indirecta de nuestro organismo, las empresas pueden exportar, generan divisas, puestos de trabajo y desarrollo”, agregó.
“También en INTI somos Instituto de Tecnología, garantizamos la trazabilidad de las mediciones con el custodio de los patrones y medidas. Y nos dedicamos a la certificación de calidad de los productos de origen industrial”, concluyó Giselle Santana, delegada de ATE en el INTI.