La Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Tornú, ubicado en Parque Chas, funciona hace más de 25 años. Dentro de sus propuestas holísticas para los tratamientos de los pacientes y sus seres queridos, se impulsó la elaboración de un mural colaborativo con mosaicos. Durante medio año, se fue construyendo pieza por pieza, hasta dar forma a un árbol. Nos lo cuenta la doctora Mariela Bertolino, jefa del área.
Por Mateo Lazcano
Las paredes de los hospitales, usualmente yermas y asociadas a momentos de angustia y dolor, pueden transformarse en espacios de interacción comunitaria, creatividad y alegría. Eso fue lo que buscó la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Tornú al llevar adelante, durante seis meses, la realización de este mural colaborativo, en el que participaron familiares de pacientes fallecidos, pacientes internados y el personal médico. Entre todos, construyeron un árbol con mosaicos que simboliza la vida y florece al ingreso de la sala de espera.
Este periódico dialogó con la doctora Mariela Bertolino, jefa del área que impulsó la idea y supervisó la realización del mural, inaugurado a comienzos de octubre. “En el Hospital Tornú tenemos mucha experiencia comunitaria en el marco de un voluntariado que lleva más de 25 años. Está formado por personas de diferentes ámbitos que dedican su tiempo a acompañar a los internados y a colaborar en diversas iniciativas y talleres”, explicó.
Una voluntaria, Malú Paladini, que además es mosaiquista, propuso la idea, rápidamente aceptada por el resto del grupo, de convocar a pacientes, familiares —de internados actuales o de quienes ya fallecieron— y al equipo de Cuidados Paliativos para crear el mural.
“Un proyecto de este tipo nos parecía que transmitía unión. Particularmente, el mosaico tiene un simbolismo muy fuerte. Nunca antes había trabajado con esta técnica, y lo más impresionante es cómo, a partir de piezas rotas, como cerámicas, azulejos o platos, se puede construir algo nuevo”, rememoró la doctora Bertolino.
Lo que siguió fue una convocatoria amplia, que incluyó contactar a familiares de pacientes fallecidos con los que hacía años no había contacto. Los encuentros se realizaron los primeros viernes de cada mes para avanzar en la concreción del mural.
“Se organizaban reuniones mensuales porque no podíamos estar todos juntos en el lugar. Cada participante trabajaba en una pequeña parte, con una idea central, pero dando espacio a la creatividad individual. Fue un proceso ritual, desde la creación hasta el encuentro mismo, compartiendo el momento”.
Después de seis meses de trabajo, con la guía de la muralista Malú, el mural quedó terminado en octubre. Desde entonces, adorna la entrada a la sala de espera del sector, en la planta baja de uno de los pabellones del Tornú.
“La idea del mural, un árbol con hojas, flores y raíces, surgió de un trabajo previo realizado en arteterapia con personas en duelo. Fue significativo porque las personas escribían en las hojas valores o palabras que las representaban, y ese árbol nos acompañó por mucho tiempo. Las voluntarias quisieron recrearlo años después”, explicó la Dra. Bertolino. “El mural simboliza el recuerdo, la presencia de quienes ya no están, pero también el cuidado y el acompañamiento durante los procesos de salud. Participaron desde niños hasta personas mayores”, agregó.
La importancia de los Cuidados Paliativos
La propuesta se enmarca en la evolución del concepto de cuidados paliativos, que existe en la medicina desde hace más de seis décadas, pero que recientemente amplió su perspectiva.
“En sus inicios, los cuidados paliativos estaban relacionados exclusivamente con el final de la vida. Ahora, si bien hay pacientes en esa instancia, también hay quienes están en tratamientos activos, enfrentando dolores, o en estudios y diagnósticos que generan sufrimiento. En resumen, trabajamos en la intensidad del sufrimiento en cualquier etapa de la enfermedad”, explicó la Dra. Bertolino.
Además, destacó que el enfoque es integral, considerando no solo los aspectos físicos, sino también los emocionales, sociales, familiares y, en ocasiones, espirituales de los pacientes y sus seres queridos.
“El proceso de atención en salud puede ser mucho más sensible, receptivo, cálido y compasivo. Aunque eso se ha perdido en muchos ámbitos, son las raíces del cuidado. Integrar estos elementos aporta salud, bienestar y sentido, acompañando la enfermedad de manera holística, con el objetivo fundamental de aliviar el sufrimiento”, afirmó.
Talleres en el Hospital Tornú
La Unidad de Cuidados Paliativos organiza talleres a lo largo de la semana. “Tenemos El Cafecito los lunes, donde las personas comparten algo para comer y beber con los internados. Comenzó con personas mayores que habían perdido a su pareja y terminó siendo un espacio de apoyo muy importante”, explicó la doctora Bertolino.
Los martes se realiza la actividad de “Chicún”, que combina mente y cuerpo. Los miércoles se lleva a cabo la terapia asistida con animales, cada vez más reconocida por sus beneficios. Los viernes es el turno del taller de arte, de donde surgió la idea del mural, y que también incluye actividades como tejido, collages e incluso carpintería.
Quienes deseen participar pueden escribir a ucptornu@gmail.com. Los especialistas realizarán una entrevista para evaluar si los interesados son afines al proyecto y si pueden comprometerse con las capacitaciones requeridas.
“Cualquier idea se escucha y analiza, ya sea de los miembros del equipo o del voluntariado. Somos abiertos y creemos que la participación suma muchísimo”, concluyó la Dra. Bertolino, destacando la relación entre el mural y la labor permanente de la Unidad de Cuidados Paliativos.