Marcha antifascista y antirracista

Marcha antifascista
El sábado 1° de febrero, en distintas ciudades de Argentina, el pueblo salió a decir “pará la mano, Milei”, luego de su discurso en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial celebrada en Davos. La centralidad estuvo en la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista del Congreso a Plaza de Mayo, que organizó y encabezó el colectivo LGBTIQ+.
Marcha antifascista
Por Ignacio Di Toma Mues

El presidente Javier Milei, en un extenso discurso en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, aseguró en uno de sus tramos: “El gran yunque que aparece como denominador común en los países e instituciones que están fracasando es el virus mental de la ideología woke. Esta es la gran epidemia de nuestra época que debe ser curada, es el cáncer que hay que extirpar”.

bujinkan illa pueyrredón

Woke es el pasado simple del verbo wake, que significa en español “despertar”. La comunidad afro en Estados Unidos, en la década de 1960, usó como lema «stay woke» (mantente despierto) durante la lucha por los derechos civiles.

A partir de 2013, el movimiento Black Lives Matter lo retomó para que la sociedad tomara conciencia sobre el racismo sistémico y la violencia policial. Años después, el término woke se amplió para incluir otras causas, como los derechos LGBTIQ+, la igualdad de género y la justicia climática.

Sobre el feminismo, Milei dijo que “es una distorsión del concepto de igualdad” y se expresó en contra del “siniestro ecologismo radical y la bandera de cambio climático”

Planteó su visión de la supremacía de Occidente: “representa el pico de la especie humana” y desde allí criticó las políticas de inmigración: “de intentar atraer el talento extranjero para promover el desarrollo hemos pasado a la inmigración masiva motivada no desde el interés nacional sino desde la culpa”.

Y concluyó que esto culmina “en una colonización inversa, que se asemeja al suicidio colectivo”.

En el discurso de Davos, el “topo” que vino a destruir el Estado desde adentro, tal como lo declaró el propio presidente, le dedicó un párrafo a la justicia social, un término que a nadie hay que explicarle desde Perón y Evita para acá.

“Así, reemplazaron libertad por liberación, utilizando el poder coercitivo del Estado para distribuir la riqueza creada por el capitalismo. Su justificación fue la siniestra, injusta y aberrante idea de la justicia social, complementada por entramados teóricos marxistas”.

También dedicó parte de su exposición a las universidades: “Al dominar las cátedras de las universidades más prestigiosas del mundo, están formando las élites de nuestros países para impugnar y negar la cultura, las ideas y los valores que nos hicieron grandes, lesionando aún más nuestro tejido social”.

Pero, lo que encendió la llama de un “despertar” fue el tramo que le dedicó a la comunidad LGBTIQ+, al estigmatizarla como “pedófilos”. Primero derivó en una asamblea en Parque Lezama convocada por el colectivo LGBTIQ+ y, una semana después, en la multitudinaria movilización del Congreso a Plaza de Mayo.

Fue justamente el colectivo LGBTIQ+ la cabeza de la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista. Un cartel lo expresaba genialmente: “Que los putos manejen la CGT, que los machos son muy cagones”.

Detrás se encolumnaron organismos de derechos humanos, movimientos sociales, asambleas barriales, partidos políticos, centrales obreras y sindicatos, y miles de ciudadanos y ciudadanas.

Marcha antifascista
El diputado socialista por Santa Fe, Esteban Paulón, escribió en el portal elDiarioAR: “Desconozco cuándo exactamente – si es que hubiera sucedido en algún momento – el presidente Milei tomó conciencia de que en esta ocasión eligió mal el enemigo. Se metió con las maricas. Y las maricas somos bravas”.

Y continuó: “Si de algo sabemos las lesbianas, las mujeres y varones trans, los gays y las personas no binarias es de dar batalla. Porque, en realidad, nos la pasamos batallando casi todo el tiempo. Diría más: batallamos a lo largo de toda la historia”.

Este razonamiento de Paulón es tan así, que unos días antes de su discurso en Davos, para defender a Musk – que había hecho el saludo fascista imitando el histrionismo de Benito Mussolini – manifestó en las redes sociales, en un rapto de furia, que “los vamos a ir a buscar hasta el último rincón del planeta en defensa de la libertad. Zurdos hijos de putas tiemblen”. Y las calles siguieron como todos los días. No hubo reacción.

El propio vocero presidencial se animó a decir en conferencia de prensa que “nosotros entendemos – por supuesto así lo entiende el Presidente – y es parte de nuestra agenda eliminar cualquier vestigio o batallar contra cualquier vestigio de las ideologías de izquierda”.

El discurso del presidente Milei tiene ecos rancios de épocas pasadas. En los tiempos oscuros de la dictadura, la sangrienta represión tenía como bandera la defensa de la civilización “Occidental y Cristiana”.

“El país tiene una ideología tradicional, y cuando alguien pretende imponer otro ideario diferente y extraño, la nación reacciona como un organismo con anticuerpos frente a los gérmenes”, había dicho el nuncio apostólico Pío Laghi en julio de 1976, representante del Vaticano en Argentina entre 1974 y 1980.

El general Onganía, dictador de turno, manifestó en 1966: “Las universidades deben ser depuradas de elementos extraños a su función específica, que es la de formar profesionales y técnicos al servicio de la Nación. No pueden ser centros de agitación política ni de difusión de ideologías contrarias a los valores nacionales y cristianos que sustentan nuestra identidad”.

Lo que siguió fue la “Noche de los Bastones Largos”. Para quienes desconocen lo que pasó esa noche del 29 de julio de 1966, es fácil encontrar información en Internet.

El General Ibérico Saint Jean, gobernador de la provincia de Buenos Aires durante la última dictadura, aseguró en 1977 ante sus pares: “Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen indiferentes y finalmente, mataremos a los tímidos”.

El cáncer se extirpa; a los virus se los combate hasta su aniquilamiento. Y con las ideologías, para estos personajes, se aplica el refrán popular “muerto el perro, se acabó la rabia”.

En agosto de 2016, en la ronda de los jueves, Hebe de Bonafini le dijo a Macri “pará la mano”, y también este 1° de febrero se le dijo a Milei y compañía: “pará la mano”.

error: Contenido protegido!