Centenario de Pinocho: ”Somos un club que tiene forjada una identidad’’

Club Pinocho
El Club Pinocho de Villa Urquiza celebró sus cien años el pasado 20 de julio, con un festival de juegos y el descubrimiento de una placa. En diálogo con este periódico, el directivo Julián Scabbiolo repasó los hitos históricos, el rendimiento deportivo y la importancia de la vida social que tiene este club, referencia en el barrio y toda la Comuna 12, que también alberga con distintas actividades extradeportivas.

Por Mateo Lazcano

En 1925, un grupo de adolescentes respondió como una travesura al desafío de una revista española, que invitaba a los fanáticos de «Pinocho» – personaje de sus cuentos – a formar un club en cada ciudad. Lo hicieron en la casa de Félix Zugasti, en Díaz Colodrero 3433. Transcurridos exactamente cien años, el pasado 20 de julio de 2025, miles de socios se reunieron en el mismo lugar para celebrar lo logrado.

Con la presencia del legislador Sebastián Nagata (Confianza Pública), se realizó la ceremonia de presentación de la placa colocada en una de las paredes del club en Manuela Pedraza 5139.

Pasaron deportistas, hubo cambios edilicios, incorporaron y quitaron disciplinas, pero algo no varió: el sentido de pertenencia por Villa Urquiza y la conformación de una identidad propia.

Hoy el nombre Pinocho es una marca registrada para los clubes de barrio de la Ciudad y una referencia no solo deportiva sino social para la zona. En el marco del centenario, la Legislatura porteña aprobó de forma unánime la colocación de una placa de reconocimiento.

LOS VALORES E HITOS HISTÓRICOS DE PINOCHO

Julián Scabbiolo, actual Secretario de la Comisión Directiva del Club Social y Deportivo Pinocho, dialogó días después de la celebración con este periódico. Con orgullo, destacó los valores que unen a la institución, los hitos de su historia y los desafíos del presente.

«Llegar a los cien años representa un momento muy emotivo y que sirve justamente para reflexionar sobre los inicios del club. Félix Zugasti tenía tan solo 14 años, y tanto él como sus amigos de la misma edad ya se preocupaban porque todos los socios conocieran el cuento de Pinocho para poder sumarse. Algo para destacar si consideramos la moraleja que tiene, que hace mucho énfasis en que los chicos estudien».

Uniendo eso con la actualidad, el directivo aporta: «Nos parece que hoy más que nunca es un gran valor que nuestra institución esté presente en la Ciudad, brindando un espacio para que los jóvenes desarrollen una vida saludable dedicada al deporte, la cultura y la educación, y que es referencia en Villa Urquiza y toda la Comuna 12. Por eso, en esta instancia evocamos y agradecemos a nuestros predecesores, y seguimos trabajando para el presente proyectando nuestra institución para cien años más: ese es el desafío que tenemos».

El repaso histórico de la vida de Pinocho tiene varios hitos. «En los años 60 se inauguró la pileta, de dimensiones olímpicas – algo no tan común en clubes de barrio -. Hasta los 80 también nos destacamos en bochas de alto rendimiento, al punto que hubo Selecciones Argentinas que en determinadas categorías tenían todo el plantel con jugadores nuestros, distinguidos con los Premios Olimpia. Eso, sin olvidar los festivales de tango y carnavales que eran muy reconocidos en toda la zona», cuenta Julián.

UN CLUB FAMILIAR Y DE BARRIO

«Seguimos respetando esta cultura de ser un club familiar que se brinda al desarrollo de nuestros jóvenes, con una vida pujante. Porque tenemos el gran hito de haber adoptado el futsal como deporte, siendo el máximo campeón argentino con 14 títulos. Este año sumamos básquet femenino, y mantenemos nuestras disciplinas tradicionales: el básquet masculino que juega en el Pre-Federal, con una reconocida escuela de Mini Básquet; vóley femenino; gimnasia artística; patín; taekwondo; ajedrez; y Krav Maga. Pero como también nos gusta aggiornarnos, recientemente incorporamos el Newcom – similar al vóley pero con poca movilidad- , que es un boom entre las personas mayores», señala.

«Hemos mutado acompañando a la sociedad con el mismo espíritu de cambio, lo cual habla de la vigencia de nuestra institución, que reúne hoy a 1900 socios de todas las generaciones». Ese cruce de edades se ve en el día a día: desde natación para embarazadas y deportes colectivos que inician a los seis años, hasta una socia de 94 años, concurrente asidua al club.

Para el directivo, lo social es paralelo a lo deportivo: «Es un lugar de encuentro. Tenemos socios vitalicios que cenan semanalmente en el buffet. O el sector de pileta y parrillas en verano, donde jóvenes deportistas disfrutan con sus familias tras entrenar todo el año. Realmente somos un club con una identidad forjada que se consolida en esos momentos», dice con emoción.

ACTIVIDADES SOCIALES FUERA DE LO DEPORTIVO

Paralelamente a las actividades para socios, Pinocho ofrece sus instalaciones a iniciativas externas. Fue sede del programa «Más Servicios en tu Barrio» del GCBA, jornadas extendidas de tres escuelas públicas vecinas (Primaria Nº 18, Media Nº 5 y Comercial Nº 15, del distrito escolar 15), y encuentros de la Asociación Civil Ruka Amigos, que asiste a personas con discapacidad.

«Somos conscientes de que el club no está en una nave espacial, sino en una comunidad, y por eso estamos abiertos a ella. También empezamos a abordar preocupaciones como adicciones tecnológicas o salud mental, pensando actividades. Porque los clubes de barrio debemos ser un buen ámbito para traer a los chicos más allá de lo deportivo», destaca Julián.

Esta realidad implica desafíos dobles para la administración. La suba de tarifas y las dificultades económicas familiares son cuestiones que afrontan. Sobre ello, señala: «Hacemos grandes esfuerzos como Comisión Directiva para gestionar con papeles actualizados y trámites al día. Es una época difícil, pero minimizamos el impacto para no trasladarlo a los socios».

Julián Scabbiolo integra una comisión directiva con socios de décadas y otros como él, que llegó hace diez años cuando su hijo mayor empezó a jugar futsal.

La pertenencia verde y blanca unió a toda su familia: hoy juega en el equipo de veteranos y su hijo menor aprende ajedrez en el club. Se ha convertido en su segunda casa, como para miles de socios que el 20 de julio celebraron el centenario de este emblema social y deportivo de Villa Urquiza.

Historias barriales
error: Contenido protegido!