“Somos una mezcla de sociedad de fomento y grupo de investigación de la historia barrial”

Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto
La Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto hace una reconocida tarea en la divulgación de la historia de Villa Devoto, pero no se queda en la nostalgia. A lo largo de su vida, participó e impulsó reclamos y luchas colectivas. En el marco del 33 º aniversario de su creación, entrevistamos a su secretario, Norberto Malaguti.

Por Mateo Lazcano

La historia no es siempre un elemento del pasado, sino que, en ocasiones, es un elemento de encuentro, resistencia y lucha por el lugar en que se habita. Así lo entienden los miembros de la “Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto”, que lejos de ser una institución nostálgica, se mantiene activa con ciclos de charlas y forma parte de movidas vecinales.

A propósito del 33º aniversario de su creación que se celebra este mes, dialogamos con Norberto Malaguti, su secretario, quien hizo un balance de todos estos años y reivindicó la importancia y el reconocimiento que la Junta tiene en tierras devotenses.

La Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto se constituyó el 14 de septiembre de 1992, pero no fue la primera en hacerlo. La originaria data de 1979, pero duró solo pocos meses y no pudo mantenerse. “Quizá era una época compleja y oscura para reunirse”, reflexiona Malaguti, sobre el período de Dictadura en que se formó el experimento rápidamente extinto.

El hito que motivó a un grupo de personas a conformar la Junta fue casualmente el centenario de Villa Devoto, en 1988. Se consideraba al 12 de noviembre de 1888, fecha de inauguración de la Estación Devoto, como punto de partida del barrio.

Pero distintos vecinos, impulsados por Edgardo Tosi (quien se convertiría en el fundador y referente ineludible de la institución), empezaron a plantear sus reparos a esa efeméride. Es que la presentación de los planos de urbanización se hizo recién en abril de 1889, y el día 13 se logró la aprobación del trazado por parte del intendente Guillermo Cranwell.

Con ese énfasis de reivindicación de la fecha del 13 de abril como día del barrio comenzó a trabajar la Junta de Estudios Históricos en los años 90. “Tosi había ya trabajado sobre Antonio Devoto, y sacaron cuatro revistas llamadas ´Aniversarios´, acompañadas por charlas en el departamento de uno de los fundadores”, explica Malaguti, quien se incorporó al grupo en el 2000.

La crisis del 2001 puso en un impasse y casi hiere de muerte a la institución. “Nos juntábamos una vez al mes y éramos dos, tres, cuatro como máximo. Pero en el 2004 afortunadamente volvimos a crecer. Ahí salió la primera revista, ya con otro formato bimensual, siguiendo con el nombre ´Aniversario´, que era una forma de manifestar nuestra protesta por la fecha del barrio que estaba dispuesta como el 12 de noviembre. Y empezamos con talleres de historia abiertos en lo que era el Centro de Gestión y Participación (CGP), junto a visitas guiadas”, enumera el actual secretario.

La expansión seguiría luego con charlas en la Biblioteca Antonio Devoto, cinco congresos de historia (año de por medio) y cuatro libros editados con datos de la historia barrial, que llegan a nueve en la actualidad. En el medio, sucedió otro hecho bisagra. “En 2007 logramos que la Legislatura sancione la Ley 2349 que derogó la 1784 y reconoció al 13 de abril como día de Villa Devoto. La Junta aportó 31 páginas con documentación”, recuerda Norberto Malaguti.

En paralelo a esa batalla por el revisionismo histórico, la Junta de Estudios Históricos devotense asumió también otras luchas colectivas que involucraban al barrio. “En 2008 formamos parte del pedido para conseguir una Ley de Protección Estructural de la casa de Francisco Beiró (situada en Cantilo al 4500), donde el rematador que la compró tenía proyectado hacer una torre. Pudimos detener la demolición; después presentamos otra iniciativa para expropiarla pero eso lamentablemente aún no se dio”.

Posteriormente lograron junto con otra organización, Devoto Jardín, prevenir la demolición de la Casa de Sánchez Picado (Chivilcoy y Beiró), donde por varios años funcionó un espacio del Ministerio de Desarrollo Social.

“A su vez, dimos una batalla por la restauración de la Biblioteca Antonio Devoto, que tenía deficiencias estructurales que se están atendiendo. Y estuvimos en la defensa del histórico Palacio Ceci, donde al sancionarse la ley del Distrito del Vino hubo intenciones de mudar el Instituto de Sordomudos y que por la movilización de la comunidad se dejó de lado”, repasa Malaguti, que no duda en aclarar: “Todas esas luchas las ganamos con los vecinos”.

Por estas cuestiones, desde la Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto celebran el lugar que les toca ocupar en la vida activa de su barrio. “Somos muy reconocidos, afortunadamente. Recientemente el Gobierno de la Ciudad organizó una recorrida muy reducida por las obras del Palacio Ceci y al primero que nos llamaron fue a nosotros. Y vemos también en el vecino esa valoración, por haber estado en los procesos culturales y artísticos, pero también las luchas que se dieron en estos años”, cuenta. Por eso, su secretario hace una descripción del rol que cumple la institución: “Hemos sido una mezcla de sociedad de fomento y grupo de estudios históricos”.

Por estatuto, la Junta tiene diez miembros en su Comisión Directiva, y tres adherentes. Si bien es una cifra considerable para una tarea que se realiza a pulmón y por el amor al barrio, se va reduciendo: llegaron a ser 22 hace algunos años.

Norberto explica esta situación: “Por un lado están los fallecimientos que se fueron produciendo de parte de los fundadores, y por el otro, un proceso de des-socialización que se reforzó con la pandemia. Devoto siempre fue un barrio heterogéneo, pero lo que ocurre ahora es que ha habido una gran rotación en sus habitantes, y la mayoría de los que se han quedado son ya la cuarta o la quinta generación de pobladores, y ya no tienen el arraigo de sus parientes”.

A pesar de esta situación, la iniciativa no se frena en sus integrantes. El propio Malaguti encabezó el ciclo “Historia de Villa Devoto a puro cuento” en la Sociedad de Fomento de Villa Devoto, ubicada en Habana 3801, el pasado 22 de agosto.

Para crecer a futuro deberán superar el escollo que sufre la institución en estos tiempos: la complicación para hallar un espacio físico, ante las reparaciones en la Biblioteca Antonio Devoto y las múltiples actividades que van tomando los clubes de barrio de la zona, necesitados de ingresos por la crisis económica.

CURIOSIDADES DE DEVOTO

El barrio tiene muchas particularidades que la Junta de Estudios Históricos ha ido narrando y repasando a lo largo de estos 33 años de vida. “Devoto tuvo siempre una gran participación vecinal. Ha tenido más de veinte sociedades de fomento, y contaba en su periferia con una gran actividad deportiva, con clubes que ni siquiera tenían sede. Por ejemplo, donde hoy está Carrefour en San Martín se hacían unos torneos impresionantes”, repasa.

Otra característica que lo distingue, a su juicio, es la presencia de instituciones religiosas. “Hay más escuelas católicas que públicas. En pocas cuadras tenés el San Vicente de Paul, la Misericordia, el Copello, y el Seminario”, detalla Norberto.

Y como cierre, no se olvida del lema que distingue a Villa Devoto: el “Jardín de Buenos Aires”. Según él describe, esto se lo ha sabido ganar “no por ser el barrio con más árboles, que es Palermo, sino por la enorme presencia de casas con jardines al frente. En primavera es maravilloso ver sus flores”, plantea Norberto Malaguti, en una narración que da cuenta del orgullo y la admiración por el barrio que habita y se encarga de divulgar desde la Junta.

Historias barriales
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