La Legislatura declaró al árbol Tala como “Especie representativa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. El diputado Pablo Bergel fue autor del proyecto de ley por iniciativa de la Junta de Estudios Históricos de Núñez y Saavedra. Historia de un barrio – hoy integrado en Agronomía – que se conoció como Villa El Talar.
Por Ignacio Di Toma Mues
En la última sesión – realizada el jueves 5 de agosto – la Legislatura sancionó la ley que declara al Tala como “Árbol Emblemático de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Esta especie tiene como denominación científica la de “Celtis ehrenbergiana” (antes conocido como Celtis tala y también como ivirá guasú o yuasí)
A su vez establece la obligación de preservar los ejemplares existentes, la prioridad de “plantar ejemplares en plazas, parques y áreas parquizadas públicas” y prohíbe su poda o extracción “en concordancia con la Ley N° 3.263”. También fija su difusión en el ámbito educativo.
El proyecto fue de autoría del diputado Pablo Bergel por iniciativa de la Junta de Estudios Históricos de Núñez y Saavedra, con el acompañamiento del Museo Histórico Cornelio de Saavedra, la Agrupación Vecinos Por la Ecología, el Grupo de Conservación de Talares Bonaerenses de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara y los aportes de Eduardo Haene y Claudio Bertonatti.
En los fundamentos de la iniciativa, Bergel destaca que “el talar es una formación boscosa nativa donde el tala es la especie dominante. En el territorio que hoy ocupa la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el talar constituía el bosque natural que ocupaba los terrenos altos, cercanos al Río de la Plata”.
En otro párrafo indica que “el primer asentamiento que realizó Don Pedro de Mendoza y más tarde el definitivo que consumó Don Juan de Garay, se realizaron en el seno del talar, ubicado en la terraza alta de las barrancas frente al río, cuyos vestigios hoy podemos apreciar aún en Parque Lezama o Barrancas de Belgrano por ejemplo”.
El legislador a su vez advierte que la ciudad explotó a esta especie de árbol “a tal punto de acabarlos casi al extremo de que no quedan rastros del mismo. Más grave aún es que no han quedado rastros en la conciencia de la población, el ciudadano ignora su presencia” y agrega que Buenos Aires “no solo al río le ha dado la espalda, también a su ribera y barrancas con la flora y fauna asociadas”.
La prioridad de su plantación en la ciudad, más que fijarse en un aspecto estético, los hace en lo referente al hábitat de las aves nativas como el Jilguero dorado, el Boyerito, el Cardenal, el Pepitero de collar y la Monterita cabeza negra.
“Las crías de una de las mariposas más hermosas de la ciudad, el Zafiro del talar, que sólo comen hojas de tala. La escasez del árbol ha provocado la casi desaparición en la Capital Federal de esta joya viviente” asegura Bergel.
Barrio El Talar
Lindero al barrio de Villa Pueyrredón se encuentra la villa que hace muchos años se denominó “El Talar”, una especia de sub-barrio dentro Agronomía, con la paradoja de que abarcaba casi toda el área urbana del mismo y que estaba delimitada por la calle Campana y las avenidas de los Constituyentes, Salvador María del Carril y San Martín.
La denominación de la estación y la villa estaba relacionada a la parada del tranvía “Lacroze” (luego se convirtió en la traza del actual F.F.C.C. Urquiza) lugar donde existía una casa con Talas (en la esquina de Nazca y Gutenberg) de propiedad de la familia Altubes.
Existen aún instituciones que dan memoria a su existencia: Asociación de Fomento El Talar Norte (Av. Salvador María del Carril, entre Nazca y Helguera) fundada en 1935, el Club El Talar de 1931 (Nueva York, entre Nazca y Helguera) y la Parroquia San José del Talar (Navarro, entre Artigas y Zamudio) que data del año 1939. También funcionaba la Asociación de Fomento Villa Talar fundada en 1919, y reconocida oficialmente en 1928.
“Históricamente el nombre del barrio “El Talar” se debe a que el tranvía Lacroze que venía de Chacarita e iba hasta Campo de Mayo, tenía parada en la calle Nazca (estación con una casilla de madera) con el nombre “El Talar”, que dio lugar al nombre del barrio, formado por familias de obreros. Cuando el tranvía dejó de circular porque se convirtió en ferrocarril, la nueva estación que se construyó es corrida hacia la calle Terrada con el nombre de “Dr. Francisco Beiró”. Al cambiarse el nombre a la estación “El Talar” fue perdiéndose la denominación del barrio a pesar de las instituciones que tiene” (párrafo de la carta enviada a nuestra redacción en el año 2007 por Mario Donato Zerillo)