Se organizan y se reúnen para acompañar a sus hijos en el reclamo por una mejora en las condiciones de educación y el aumento en el presupuesto educativo para el 2016.
Por Luciana Aghazarian
A partir de la última toma de distintos colegios porteños por parte de los estudiantes secundarios, en reclamo por las malas condiciones edilicias, el recorte presupuestario y las reformas curriculares, nació “Madres y Padres Por la Escuela Pública”.
Se trata de un colectivo conformado por padres de pibes escolarizados en nivel inicial, primario y medio, en defensa de la educación pública de gestión estatal. De esta iniciativa participan entre 20 y 25 escuelas porteñas.
“Al ver que lo que estaban reclamando los chicos es una realidad, nos fuimos conectando con otras escuelas y buscando la forma de defender el sistema de gestión pública de la escuela, interpelando a la sociedad acerca de los motivos por los cuales estamos mandando a nuestros hijos a estudiar en estas condiciones”, comienza Paula Resels, quien también es miembro de la Junta Comunal 11.
Su objetivo es difundir, conversar, arribar a conclusiones y volcarlas en un documento final que refleje la realidad de la situación de la Educación Pública en la Ciudad de Buenos Aires.
“Algunas familias nos sumamos a Madres y Padres con la idea de poner en contacto distintas comunidades educativas de la Ciudad que ya están movilizadas por sus conflictos propios, edilicios, presupuestarios, etc. Cada comunidad ya hizo su proceso administrativo y burocrático y no funcionó, por eso hay que reunirnos para hacer un reclamo más contundente y masivo”, relata Paula Acosta, quien empezó a participar en el marco de la primera inscripción online como parte del colectivo Multisectorial por la Educación Pública.
Acosta comenzó a comprometerse con la causa, en 2013, con el relevamiento de casos de chicos sin vacantes. En 2014, durante la segunda inscripción online, notó que “ya las familias habían naturalizado que la inscripción iba a ser así y que sus hijos se iban a quedar afuera”.
Como consecuencia, el último relevamiento dio como resultado que de 230 familias, el 14 por ciento optó por la educación privada “hasta pidiendo dinero prestado y haciendo esfuerzos para pagar una parroquial”, asegura. En este contexto, Acosta determinó la necesidad de sumarse a “Madres y Padres Por la Escuela Pública” con la intención de reivindicar el espacio escolar de sus hijos, de cara a la definición del presupuesto educativo de 2016.
Por su parte, Cecilia Paul, docente de nivel primario y madre, inició un reclamo particular por las condiciones edilicias de la Escuela de Cerámica N° 1, donde la última negligencia casi se convierte en tragedia con una pérdida de gas a causa de un arreglo mal hecho.
A las problemáticas que persisten, según relatan, desde hace diez años – como la inadecuada cantidad de baños, el pobre mantenimiento edilicio, la demora en el pago del subsidio a las cooperadoras -, ahora se suma la falta de acondicionamiento para el desarrollo de la Nueva Escuela Secundaria y la doble jornada en el nivel primario.
“Se aumentó la carga horaria y ahora faltan aulas: hay cursos que toman clase en el patio de la escuela. Mi hija no hace cerámica en el taller sino en el laboratorio de biología, y no tiene un espacio donde almorzar ya que no hay comedor”, relata.
A partir del reclamo en el Ministerio de Educación porteño, Paul, pasó por reuniones con distintos funcionarios sin demasiadas respuestas, motivo por el cual radicó la denuncia en el Tribunal Superior de Justicia.
Por otra parte intervino la Defensoría del Pueblo de la Ciudad que corroboró los dichos de Paul. “Mi experiencia es juntar papeles, tiempo y desgaste, y sentir que vos decís una cosa y ellos otra. La experiencia en Madres y Padres me permite potenciar mi reclamo individual. Es claro que debe haber una instancia colectiva. Como el mío hay miles de casos y muchos padres no tienen tiempo, se resignan y se van de la escuela”, cuenta.
Paula Resels completa: “Nuestros pibes la están pasando mal. Hace años que el mantenimiento edilicio se tercerizó, cosa que es imposible de controlar. Las licitaciones para los arreglos no son públicas y le quitan la posibilidad a las cooperadoras de que puedan comprar una lamparita, llamar al gasista o al electricista, entonces se plantea una burocracia que hace que las paredes estén rotas por años, haya pérdidas de gas, ratas, electrificaciones. La plata que debe mandar el Gobierno de la Ciudad a las cooperadoras para comprar elementos de limpieza, etc., no llega”, ejemplifica.
En concreto “Madres y Padres por la Escuela Pública” solicita al Gobierno porteño que aumente y ejecute en su totalidad el presupuesto educativo, que se realicen de manera urgente obras de infraestructura necesarias para suplir falta de aulas y espacios complementarios, que se instrumenten obras de mantenimiento y reparación en las escuelas, que se incremente el subsidio (FUDE) que reciben las Cooperadoras Escolares, que se mejoren las condiciones de higiene y de control de plagas, y que toda la comunidad educativa participe en la aplicación de la Nueva Escuela Secundaria.
Actualmente, los padres están implementando instancias de debate y participación, y solicitando firmas para un petitorio que sintetiza el reclamo. Habrá actividades el 15 de octubre en la Escuela Marcos Sastre (Virrey Loreto 3050), el 31 de octubre en la Fiesta de la Familia del Lenguitas (Juncal 3251) y el 22 de noviembre en Radio Abierta frente a la Legislatura porteña.
Asimismo, están realizando una muestra fotográfica itinerante y programando una actividad masiva en la Manzana de las Luces. “Queremos discutir qué educación queremos, qué presupuesto necesitamos y qué podemos hacer para que se eleve el presupuesto en educación que es el más bajo de la historia de la Ciudad”, aseguran.