Se trató en audiencia pública la construcción de una Planta de Tratamiento Mecánico Biológico de residuos domiciliarios en la Ciudad. Representantes de cooperativas de recuperadores urbanos, entre ellos, Alicia Montoya de “El Álamo” de Villa Pueyrredón, realizaron fuertes cuestionamientos al proyecto.
Por Ignacio Di Toma Mues
Se trató en audiencia pública la construcción de una Planta de Tratamiento Mecánico Biológico de residuos sólidos urbanos. Ésta se situará en la superficie que se genere a partir de la canalización de la desembocadura del Arroyo Medrano hasta alcanzar el Río de la Plata, en cercanías del Parque de los Niños.
La audiencia se realizó el 19 de abril en el salón San Martín de la Legislatura con la participación de representantes de cooperativas de recuperadores urbanos que opusieron fuertes cuestionamientos al proyecto.
También dejaron oír su voz en contra de esta iniciativa la Federación de Cartoneros y Recicladores, el Movimiento de Trabajadores Excluidos y la Fundación Avina.
Por la Comuna 13, donde se proyecta emplazar la planta, estuvo presente como expositora la integrante de la Junta Comunal, Romina Braga.
Por el Ejecutivo porteño, impulsor del proyecto, expuso Melisa Wilkinson, Gerente operativa de la Dirección General de Tratamientos y Nuevas Tecnologías dependiente de la Subsecretaría de Higiene Urbana.
Expositores
Alicia Montoya, del equipo técnico de la Cooperativa El Álamo de Villa Pueyrredón, aseguró que “no rechazamos ningún avance científico ni tecnológico, sino que subordinamos esos avances científicos y tecnológicos al impacto social, económico y ambiental que tienen en una comunidad y en un contexto político y económico dados”.
Por otro lado explicó que, junto con otras cooperativas de recuperadores, El Álamo firmó un contrato con el Ministerio de Ambiente en enero de 2013*. “En el caso de El Álamo, podemos afirmar que ese contrato se incumple en un 70 %” aseguró Montoya.
Y agregó que “imagino que si cada cooperativa pasara, en porcentajes, cuánto incumple el Estado, tendríamos una idea un poco más general respecto a si el piso planteado en el contrato efectivamente se ha cumplido para poder pensar en otras alternativas”.
La representante de El Álamo también cuestionó el costo que tendrá la construcción y mantenimiento tanto de la planta planeada en la zona norte como en la zona sur, que ascendería entre las dos a casi 5 mil millones de pesos. “En caso de compararlo con el presupuesto del Ministerio de Ambiente, estamos hablando del 33 %”.
Fustigó también la gestión del Gobierno de la Ciudad en los más de treinta puntos verdes, lugar donde los vecinos pueden llevar sus reciclables separados en origen, que se ven desbordados, acumulándose una enorme cantidad de materiales.
Explicó que el gobierno no tiene ninguna política al respecto y lo único que hace es derivarle 3,5 millones mensuales a la empresa contratista Cunumi, encargada del mantenimiento, supervisión y operatoria.
“Le significan a la ciudad 3,5 millones de pesos mensuales, lo que implica a razón de 116 mil pesos por mes por cada punto verde, que funcionan ocho horas, cinco días a la semana y, en el mejor de los casos, es atendido por dos personas. Cada uno de ellos cuenta con una computadora y cuatro agujeros para los reciclables” advirtió.
“Los invito a que visiten el de la Plaza Alem, a pocas cuadras de la estación de Villa Pueyrredón; gracias a que tenemos un recuperador urbano que trabaja allí, los vecinos no le prenden fuego a la enorme cantidad de material que se recolecta.”
A los legisladores les dijo que no caigan en la trampa de aprobar este proyecto “porque después deberán colocar la cara y explicar ante los ciudadanos por qué el erario público se tira a la basura y por qué no avanzamos a un plan real cuando no faltan recursos en la Ciudad de Buenos Aires”.
Otro de los oradores fue José Alejandro Gotting, de la Fundación Avina, organización que trabaja en toda Latinoamérica apoyando a los recicladores.
Gotting indicó que en diciembre del año pasado visitó la planta de tratamiento mecánico biológico que funciona en el CEAMSE y sus autoridades le informaron que, en el mejor de los casos, se recupera el 6 % de los materiales. “Eso hace que la mayor parte de los residuos vaya a parar a disposición final”.
“Cuando queda tanto trabajo por hacer en un modelo tan bueno como es el de los recuperadores urbanos y con tanto potencial de aumentar los niveles de recuperación en origen, realmente no estamos de acuerdo con invertir en un proceso tecnológico que va a costar hasta ocho veces más de los que es el presupuesto que se destina anualmente al sistema de recupero con las cooperativas” concluyó el representante de Avina.
En este mismo sentido se pronunciaron Alejandro Valiente y Jackeline Flores de la Federación de Cartoneros y Recicladores, y María de Luján de la Cooperativa de cartoneros del Oeste.
Valiente en primer término calificó de desproporcionada la inversión en las plantas proyectadas tanto para la zona norte como la zona sur de la ciudad: “equivale a 10 años del presupuesto de la Dirección General de Reciclado que es la que contrata a las cooperativas de cartoneros en la ciudad”.
“Pero además queremos criticar la tecnología utilizada – agregó Valiente – ; la tecnología de tratamiento mecánico biológico es una tecnología que recibe en una planta la basura toda mezclada”.
Y advirtió que la basura luego se compacta en el camión recolector. Y preguntó “¿cuánto se puede reciclar o recuperar de esto todo mezclado?… todo lo que hagamos una vez que la basura está mezclada para recuperar va a ser más difícil y más costoso. Esta es la principal impugnación que le hacemos a la planta de tratamiento mecánico biológico”.
La representante de la Cooperativa del Oeste, María de Luján, hizo hincapié en el trabajo realizado por los cartoneros desde el año 2002, en la leyes de Basura Cero y en la de los Recuperadores Urbanos: “hace años que hablamos y educamos a los vecinos y empresas sobre la importancia de la separación en origen como medio de recuperar materias primas e inclusión social”.
La cooperativista, por último, indicó que “de hacerse esta planta, otra vez más nos empujarán fuera del sistema, como si poniéndonos bajo la alfombra, como se hace comúnmente con lo que no queremos ver, no fuéramos a existir y salir de debajo de ella a reclamar por nuestra dignidad y nuestros derechos”.
Romina Braga, integrante de la Junta Comunal 13, preguntó ¿cuánto estamos tratando de reciclar? ¿cuánto estamos tratando de cambiar los hábitos de la ciudadanía? y agregó: “lo que hacemos es generar un gran endeudamiento y un perjuicio, porque lo que se ha hecho es modificar la desembocadura del arroyo Medrano. En este aspecto, pregunto: si hoy lloviera como llovió en Entre Ríos, ¿estamos en condiciones de que no suceda lo mismo? ¿Qué pasa con el arroyo Medrano si hubiera una sudestada?”.
“No estamos cumpliendo con la ley de basura cero. No llegamos ni siquiera a los objetivos del año 2014. Además de todo esto, el plazo de las plantas es mayor al que debería ser por el servicio de higiene urbana. Planteo estos interrogantes y también esta preocupación para que ustedes luego puedan realmente repensar lo que se ha tratado y poner en servicio real de todos los ciudadanos lo que necesitamos” concluyó la juntista.
Por su parte, Melise Wilkinson, gerente operativa de la Dirección General de Tratamientos y Nuevas Tecnologías, advirtió que “el objetivo de estas plantas es justamente el material biológico. Es darle tratamiento a los residuos orgánicos que, hoy por hoy, si se disponen en rellenos sanitarios, en condiciones anaeróbicas, se genera metano, siendo el metano un gas de efecto invernadero desde 23 a 25 veces más potente que el dióxido de carbono. Éste es uno de los objetivos centrales de este tipo de plantas”.
Además agregó que otro de los objetivos es la reducción del volumen de los residuos. “La realidad es que el relleno se agota, las alternativas que tenemos son pocas… es por eso que dentro de las tecnologías que se evaluaron están las plantas de tratamiento mecánico biológico”.
*| La Cooperativa El Álamo gestiona por contrato la zona que abarca los barrios de Villa Pueyrredón, Parque Chás, Agronomía, Devoto, Villa del Parque y Monte Castro.