El sindicato feminista se conformó para romper con la masculinización en los sectores del transporte, especialmente en el subterráneo, y democratizar los espacios sindicales. El colectivo de trabajadoras lucha contra la discriminación por género e impulsa la inclusión de las mujeres en todos los puestos de trabajo.
Por Agustina Cavalanti
Feminismo en el subte. Por la inclusión y la igualdad.
“Todas en todos lados” es un colectivo feminista promovido desde la Secretaría de Género de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) para reivindicar a las trabajadoras y luchar por el acceso de las mujeres en todos los puestos de trabajo.
“Durante años las mujeres estuvimos en los sectores de menor remuneración, como en las estaciones o venta de pasajes, cobrando el sueldo más bajo, sin tener posibilidad de generar mejoras en nuestra calidad de vida y en nuestras condiciones de trabajo. Nos organizamos colectivamente y hoy en día hay mujeres casi en la totalidad de los sectores”, aseguró Karina Nicoletta, secretaria de Género de la AGTSyP.
Actualmente en el Subte porteño trabajan bajo convenio colectivo 4100 personas y cerca de 900 son mujeres. Es decir, representan sólo el 21% de la totalidad de trabajadores. Para Nicoletta las mujeres del transporte fueron negadas durante mucho tiempo por parte de la empresa Metrovías que, “sin argumentos sólidos”, les impedía la posibilidad de ejercer determinadas tareas “por el sólo hecho de ser mujeres”.
De este modo, el colectivo feminista lucha por la igualdad en las condiciones laborales y reclama la inclusión de cláusulas con perspectiva de género en la discusión paritaria.
“Con la lucha y la intervención en el subte logramos que ingresen compañeras en las áreas de estaciones, en tesorería, en las distintas categorías del área de tráfico desempeñándose como guardas, conductoras y maniobristas (conductoras especializadas), la categoría más alta dentro de la estructura salarial conformada en el convenio colectivo. También hay compañeras que ingresaron el último año a los sectores de limpieza en el turno noche”, afirmó la secretaria.
En relación al trabajo de limpieza, agregó: “Las mujeres no teníamos la posibilidad de ingresar a ese puesto. Entonces, que haya compañeras que integren ese sector constituyó un hito histórico para nuestro colectivo y para el transporte. Además logramos que ingresen las primeras compañeras a las instalaciones fijas, en el sector de Usinas y en el de telefonía, con trabajadoras especializadas en ese tipo de tareas”.
Así, las mujeres del subte proponen democratizar los espacios sindicales. Espacios históricamente atravesados por la cultura patriarcal. En consecuencia, el sindicalismo feminista promueve un sindicato democrático, pluralista, participativo, que genere una perspectiva de diversidad y que interpele las relaciones cotidianas.
“Por años el trabajo en el subte estuvo llevado adelante por hombres. A través de la de la política impulsada por nuestro sindicato, comenzó a haber una transformación en esa división sexual del trabajo y se logró que las mujeres trabajadoras pudiéramos ingresar a espacios en los cuales se nos había vedado durante mucho tiempo”, aseveró.
A su vez, gracias a la lucha colectiva lograron incorporar la licencia por violencia de género, como así también universalizar la licencia por cuidados de hijas e hijos enfermos, que hasta ese momento era restringido sólo a mujeres.
“Logramos universalizarlos para que los compañeros hombres puedan hacer uso de esa licencia, y que esté institucionalizado en el marco del convenio colectivo”, dijo. Actualmente están trabajando en el desarrollo protocolos de intervención en relación a situaciones de violencia de género y de violencia laboral.
“El año pasado realizamos un taller de “varones antipatriarcales” pensando justamente en las nuevas masculinidades y la idea es continuar este año haciéndolo con el cuerpo de delegados y compañeros y compañeras de base, porque es fundamental construir masculinidades que piensen a los géneros y a los vínculos de una manera de mayor igualdad”.
Las trabajadoras del subte de la Ciudad de Buenos Aires conviven cotidianamente con situaciones machistas, con discriminaciones por género. Pero no se quedan de brazos cruzados, las interpelan con debates y capacitaciones. Son las mujeres “de abajo” que con sororidad luchan diariamente para estar “todas en todos lados”.