El 20 de agosto Villa Pueyrredón cumple su centésimo noveno aniversario. Una fecha que se adoptó después de noventa años, en 1997, que nos da la “certeza” de un inicio formal.
Por Alejandro Kosciukowicz
Sin la prosapia de un acto, acta y piedra fundacionales se instituyó el 20 de agosto de 1907*, como el día de Villa Pueyrredón, por resolución del Gobierno de la Ciudad y promulgada por la Legislatura en el año 2001.
Hasta aquí hemos transitado la historia conocida, reciente. Pero hay otra historia, la que antecede al siglo XX, que nos ha marcado en nuestro destino de tierras “orilleras”. Bucear en ella nos dará una idea del porque estas tierras pudieron ser desarrolladas en el último siglo, por la determinación de sus habitantes.
Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) es designado Gobernador del Río de la Plata por el Virrey del Perú. Por investidura, otorga las primeras “suertes” (propiedades adjudicadas) el 19 de agosto de 1615, y entre ellas están las correspondientes a la futura Villa Pueyrredón.
Cuatro “suertes” correspondieron a Don Cristóbal Luque y Cobo, que con un frente sobre la actual Av. de los Constituyentes de 1400 varas, que limitaba con las actuales Av. Mosconi, Av. Francisco Beiró y alcanzaba la calle Cervantes, adentrándose en la localidad de Sáenz Peña, en la provincia de Buenos Aires.
El Gobernador Diego Marín y Negrón, otorga a Diego Griveo, una parcela de media legua de frente a la Av. de los Constituyentes que llegaba a la Av. San Martín y un ancho de media legua entre Mosconi y Albarellos, que continuaba por la calle Rodríguez Peña, provincia de Buenos Aires en la actualidad. Esta merced pasa a poder de los Carballo en 1720, siendo posteriormente donado a los Franciscanos. Manuel Lynch adquiere estas tierras en el año 1750.
Domingo de Acasuso, en 1719, funda el pueblo de San Isidro Labrador. A la actual Villa Pueyrredón se la incorporó al pueblo de San Isidro en su cuartel 5to., en el año 1730.
En 1864 nace el pueblo de San Martín (su creación fue el 18 de diciembre de 1856), pasando las tierras de Villa Pueyrredón, a integrar su partido.
Con la promulgación de la Ley 1.029 se crea la actual Capital Federal, en 1880, federalizando a la Ciudad de Buenos Aires. La Ley 2.089 es promulgada en 1887, la cual declara incorporados los partidos de Belgrano y Floresta a la Capital Federal, en virtud de la cesión hecha por la provincia de Buenos Aires. La misma ley dice en un de sus artículos (6to.) que oportunamente se fijarían los límites. Estos serían circunvalados por una calle de cien metros como mínimo (actualmente ocupa esta franja la Av. Gral. Paz).
Los planos demarcatorios fueron trazados por los Ingenieros Pablo Blot, por la provincia y Luis Silveyra por la Capital.
Para darle la conformación poligonal, que hoy tiene la Ciudad de Buenos Aires, se efectuó un canje de tierras. Como el partido de San Martín llegaba hasta la intersección de Constituyentes y La Pampa, actual límite de la Villa, cedió estas tierras a cambio de otras, que eran continuación de la actual Beiró y que pertenecían al partido de Flores, hoy incorporadas al partido de 3 de Febrero.
Como hemos visto nuestras tierras estaban sobre las orillas de las “suertes” y partidos que integró. Hoy a pesar de estar en el límite de la ciudad se ha incorporado plenamente a la misma.
Con la llegada del siglo XX los cambios se dieron en forma sorprendente. Fue fundamental el emplazamiento del apeadero y luego la Estación del ferrocarril. El aspecto “rural” predominaba con grandes explotaciones frutihortícolas. La llegada de viajeros usando el ferrocarril posibilitó su afincamiento. Modesto en sus comienzos, con casas de chapas acanaladas y revestidas en su interior con maderas, dio paso a otro modo de construcción, las casas de material.
Fue fundamental el sistema de loteo impuesto, que junto con la venta de la tierra entregaba al comprador 10 mil ladrillos que eran hechos en la propia Villa Pueyrredón. Esto sumaba puestos de trabajo a los escasos pobladores.
Toda la zona era fértil. Las partes bajas estaban ocupadas por lagunas que se desbordaban los días de lluvia y anegaban los campos, formando esteros. Estos desaguaban por numerosos cursos, en especial por el arroyo Medrano.
La estancia de los Saavedra y el autódromo, en Av. de los Constituyentes y Gral. Paz, eran lugares preferidos para los paseos.
Era común ver al “vaquero” vendiendo leche al pié de la vaca, al pescador con su pértiga, al barquillero, al vendedor de mimbres con su carro colmado, al hielero que despachaba al “corte”. Heladeros, vendedores a domicilio, afiladores de utensilios de corte, el deshollinador, el bar o café con estaño y hasta vendedores de “pacarito per la pulenta”.
Con el paso del tiempo y el aumento de los habitantes, se generaron emprendimientos comerciales e industriales que emplearon mano de obra local. Podemos destacar a la “Textil Sudamericana” antecesora de “Grafa”, “Avanti”, justo en el límite con Villa Urquiza, el ferrocarril, tejidos y zapatos “Yubena”, textil “Ponieman”, cigarros “Zenobi”, etc.
La Villa albergó personajes como Paquita Bernarda, primera bandoneonísta y directora de la orquesta en donde debutó como pianista Osvaldo Pugliese; Oscar Alemán; Pedro Mafia; Carlos Galván; Ferreira Basso; Juan Carlos Copes y Nieves. Futbolistas de la talla de Pizarro (Butinga); Sabella; Tarrió; Arcos; Valusi; Veglio (Toti). Boxeadores como Avendaño; los hermanos Lastra; Campos, etc. El golfista Roberto De Vicenzo pobló también esta Villa, junto a muchos otros que en sus respectiva disciplinas le dieron prestigio.
Una mención especial al Dr. Garófalo, el primer médico y a sus seguidores en esta noble profesión, que auxiliaban a los pobladores en la época heroica de calles sin pavimento.
Publicaciones como “El Centinela” de 1913 y otros posteriores que documentaron aquellos años de pioneros y grandes sacrificios que cimentaron esta realidad de hoy. Debemos sumar a los numerosos clubes, como el “Tenis Club Urquiza” (1907); “Vida Nuestra” (1918); “Centenario Argentino” (1920), que le dieron un perfil emblemático al barrio junto a las sociedades de fomento.
Poco queda de aquel pasado. Los que superamos los 60 años recordamos el verde exuberante de los jardines, cercos y veredas. Las canchas de fútbol en los terrenos baldíos.
Cocinar con “kerosén” en el “primus”, ir a dormir temprano en los crudos inviernos, disfrutar las noches de verano en la puerta de calle con nuestros vecinos, esperando la “fresca” aromados por jazmines y un entorno sereno.
Hoy Villa Pueyrredón conserva el espíritu de los primeros pobladores, donde la solidaridad era moneda corriente. Muchos vecinos son solidarios con los menos afortunados ayudando a mitigar situaciones difíciles, que como en otras crisis, pusieron a prueba a los habitantes de esta villa.
Hoy como ayer, los vecinos de Villa Pueyrredón no tienen dudas de habitar uno de los mejores barrios de la Ciudad, con toda la modernidad de esta y toda la nobleza de su origen.
*| A raíz del espíritu inquieto de Don Enrique Pereda, reunido con otros vecinos en comisión, obtuvieron previa petición al Gobierno de la Ciudad, que se impusiera la fecha del 20 de agosto de 1907 como la de la fundación de Villa Pueyrredón.