Fumigar sólo mata a los depredadores naturales del Aedes aegytpi. Especialistas insisten que la principal medida de prevención de la enfermedad es el “descacharreo”: eliminar todos los reservorios de agua donde se pueda reproducir el mosquito. Entrevista al Dr. en Ciencias Biológicas Nicolás Schweigmann, director del Grupo de Estudios de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.
Por Agustina Cavalanti
La Ciudad de Buenos Aires está atravesando por una nueva epidemia del mosquito transmisor del Dengue, el Zika y la Fiebre Chikungunya. Del 1° de enero al 14 de marzo se confirmaron 1.266 casos de dengue, de los cuales 1.036 son autóctonos. En sólo una semana – del 8 al 14 de marzo – se contabilizaron 539 de los casos confirmados.
En el año del mayor brote de dengue en Argentina, en 2016, en el mismo periodo se había producido en la ciudad 2.229 casos. En esa oportunidad el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño fumigó parques y plazas (foto que ilustra la nota).
Ante esta situación crítica, informarse correctamente es la mejor forma de prevenir su proliferación. Desde el Grupo de Estudios de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, explican que la hembra aedes aegytpi no coloca sus huevos ni en espacios silvestres, ni en parques, ni plazas, ni charcos, ni zanjas; por lo tanto, fumigar es completamente inútil.
“Se ha publicitado durante mucho tiempo unos personajes vestidos de blanco tipo marcianos, con mochilas en los hombros y aparatos para fumigar en los parques, diciendo que era para la prevención del dengue. Eso siempre fue una mentira: el aedes no está en los parques y si fumigas estás matando también a los depredadores naturales. El Aedes aegytpi cría exclusivamente en el ambiente domiciliario”, reveló el Dr. Nicolás Schweigmann, director del Grupo de Estudios de Mosquitos de la UBA e investigador del CONICET.
Según el Ministerio de Salud porteño, en Buenos Aires se registran 30 especies de mosquitos de las 3.500 que hay en el mundo. Y de esas 30 solamente dos habitan dentro de las casas: el culex y el aedes aegytpi.
“Tiene que ver probablemente con que, cuando vino el Aedes (un mosquito africano), no pudo instalarse en ambientes silvestres porque se lo comían o porque tenían competidores, y no podía prosperar. Dentro de las viviendas no hay depredadores, entonces es una de las formas de poder subsistir”, agregó el especialista.
De este modo, el mosquito transmisor del dengue prolifera en los recipientes que tienen agua, dentro del hogar y en la periferia, hasta 40 metros de donde vive o trabaja una persona.
“El Aedes aegytpi pone los huevos exclusivamente en las paredes de los recipientes, a un milímetro por arriba del nivel del agua. Generalmente se reconocen como puntitos negros en las paredes de los depósitos. Son chiquititos y alargados. Es muy importante que sepan que el mosquito está en toda la manzana, es decir compartimos con lxs vecinxs poblaciones de aedes. Si algún vecinx tiene criadero, le va a afectar a toda la manzana de vecinxs al mismo tiempo”, explicó Schweigmann.
El “descacharreo” es la mejor manera de eliminar el mosquito transmisor del dengue. Se debe evitar el almacenamiento de recipientes que puedan acumular agua, descartar los depósitos vacíos que puedan acumular agua de lluvia, colocar hacia abajo recipientes que no estén en uso y tapar los tanques de agua.
Si la hembra no encuentra recipientes artificiales con agua ni en tu casa, ni en la del vecinx, ni en tu manzana, no va a tener dónde colocar sus huevos y, por ende, dónde reproducirse. La enfermedad del dengue no se transmite de persona a persona. El mosquito debe picar a alguien enfermo para adquirir el virus y convertirse en el vector cuando vuelve a picar a otras personas.
Además, muchas personas creen que con el frío se terminó el problema del dengue en la Ciudad. Sin embargo, queda infestada de huevos que pueden resistir durante todo el invierno. Según explicó el Dr. Nicolás Schweigmann los huevos sobrevivientes en la temporada invernal serán los progenitores de las nuevas generaciones de mosquitos en la primavera siguiente. Y aseguró que la inacción por parte del hombre permite que las poblaciones de mosquitos vuelvan a aumentar a niveles riesgosos.
“Para cada estación climática corresponden acciones particulares. Mientras hace frío hay que eliminar todo posible criadero y controlar los huevos pegados en las paredes de las rejillas de desagües con agua hirviendo. Mientras hace calor hay que monitorear la actividad mediante sensores para poder detectar si hay criaderos en la manzana, como para redoblar o no los esfuerzos preventivos. Así como es importante que lxs vecinxs de cada manzana tienen que asegurar la ausencia de criaderos, el estado debe hacer lo mismo para que las manzanas donde se encuentran los edificios públicos (escuelas, hospitales, etc,) se encuentren libres de Aedes aegypti”, aseveró.
La proliferación del mosquito transmisor del Dengue, el Zika y la Fiebre Chikungunya depende de nosotrxs. Es una cuestión de cuidado personal, de solidaridad, y de cambiar hábitos hogareños. Solo con la participación activa de lxs vecinos y del Estado se podrá poner fin a esta epidemia.
“La principal recomendación con lxs vecinxs es que eliminen todos los recipientes que contengan agua. El famoso potus y las ramitas puestas en agua para enraizar o los platitos bajo maceta, son lugares ideales. Si hay mosquitos en mi casa que tienen rayitas blancas significa que hay un criadero 40 metros a la redonda. Hay que hablar con lxs vecinxs y empezar a pensar en la necesidad de socializar, de conversar sobre los problemas que hay en la manzana y entre todxs buscar las soluciones”, resumió el especialista.