“Tomá lo que necesites, aportá lo que puedas” reza la heladera comunitaria vandalizada. Desde el mes de octubre de 2016 un grupo de vecinos y comerciantes de Villa Pueyrredón, ante la crisis social reinante, colocaron este electrodoméstico al 2500 de la Av. Mosconi, entre Artigas y Bolivia.
Por Ignacio Di Toma Mues
Ante la crisis social desatada después de la megadevaluación de fines de 2015, un grupo de vecinos y comerciantes de Villa Pueyrredón colocaron en octubre del año pasado una heladera comunitaria al 2500 de la Av. Mosconi, entre Artigas y Bolivia.
El la puerta y el lateral de la heladera se puede leer: “Tomá lo que necesites, aportá lo que puedas”. Este cronista, al bajar del colectivo de la línea 107, con sorpresa y pesar, se encontró con la heladera comunitaria destrozada: anaqueles rotos, la parrilla trasera arrancada al igual que su puerta.
La Heladera comunitaria no estuvo exenta de quejas – minoritarias – que generaron una denuncia ante el Gobierno de la Ciudad y debió ser encadenada a una columna, ya que varias veces intentaron llevársela.
Un vecino, aseguró en la red social Facebook, que: “vivo a metros de donde está la heladera, en dos oportunidades saqué cagando a dos estúpidos que a toda costa se la querían llevar. Esta mañana muy temprano (jueves 9 de febrero) sentimos golpes y era uno de estos estúpidos que a los golpes le sacó el motor y la destrozó, lamentable cuando bajamos ya se había ido”.
“La idea surgió un día con mi mamá, buscando la manera de ayudar a quienes más lo necesitan… cuando terminamos de almorzar no queríamos tirar lo que había sobrado, fue ahí cuando propuse ponerlo en una cajita y dejarlo en la calle. Publiqué en Facebook si alguien podía donar una heladera, ropero o similar y a las cuatro horas ya había conseguido una” declaró a la Agencia de Noticias de Ciencias de la Comunicación de la UBA (ANCCOM), Lupia Gutiérrez, vecina e impulsora de la iniciativa.
El informe de la Agencia ANCCOM detalla que la heladera no estába enchufada, y los alimentos que más se conservaban eran los no perecederos o los que se retiraban en el día. Los vecinos y comerciantes dejaban bebidas y alimentos como botellas de agua y jugo, pan en bolsas de supermercado, bandejas descartables con fideos, un tupper con albóndigas y naranjas sueltas.