Abandonada y en ruinas: “La casa de Francisco Beiró es parte de la identidad de Villa Devoto”

Casa de Beiró
La casona donde vivió el dirigente radical Francisco Beiró hasta su muerte en Villa Devoto está abandonada y en ruinas. Los vecinos advierten que la posibilidad de un derrumbe de la centenaria construcción está cada vez más cerca. Sobre todo, después del incendio que se desató en una de las habitaciones en los primeros días de enero. Por ello, retomaron con más fuerza una agenda de acciones para salvaguardar ese sitio y recuperarlo para el barrio.

Por Valeria Azerrat

“La casa de Francisco Beiró es parte de la identidad de Villa Devoto”, destacaron los vecinos que se congregaron, recientemente, en la esquina de Marcos Paz y José María Cantilo para compartir ideas, propuestas y actividades con el propósito de mantener en pie la propiedad. Allí, estuvieron también expertos en patrimonio barrial que aportaron imágenes y relataron vivencias de lo que representó el lugar para la historia porteña y argentina.

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Construida por el dirigente radical a inicios del siglo en un predio más amplio del que ocupa en la actualidad, fue considerada como “una verdadera realización artística de carácter ecléctico” y “una de las últimas manifestaciones arquitectónicas que tomaron elementos originarios en el Siglo XV del renacimiento italiano”.

En su interior, se distinguía el tallado de los maestros ebanistas sobre maderas como el roble y el nogal, así como se destacaban los mármoles y granitos en pisos y revestimientos y las delicadas mayólicas. Afuera, queda en exhibición, aunque con signos de deterioro, las rejas de entrada con las letras FB.

Por allí, pasaron personajes clave en la historia argentina como Hipólito Yrigoyen y Marcelo Torcuato de Alvear. Luego del fallecimiento de Beiró, la casa fue lugar de reunión de sus hijos, entre ellos Ángel Beiró, que también fue diputado de la Nación por Capital Federal, e importantes personalidades del partido radical, como el presidente Arturo Illia, Arturo Frondizi y Ricardo Balbín.

Con los años, la propiedad quedó bajo la titularidad de dos nietas que decidieron desprenderse de ella. Fue así como en 2008 decidieron venderla a una compañía de bienes raíces de la zona.

Desde entonces, el lugar dejó de tener residentes. Tampoco, nadie que hiciera las tareas de mantenimiento que suelen requerir este tipo de estructuras antiguas. Quedó sin energía eléctrica y, poco a poco, los jardines se cubrieron de pastizales y malezas. Las hojas secas de los árboles fueron cubriendo el techo y las cañerías. El abandono fue la invitación a intrusiones frecuentes y vandalizaciones.

Un incendio que despertó dudas

Casa de Francisco Beiró
En la madrugada del domingo 5 de enero, un vecino de la calle Cantilo vio el fuego que salía de una de las ventanas. Poco después, se hicieron presentes dos autobombas, patrulleros y ambulancias del SAME. Tras controlar el foco, los peritos informaron que las llamas afectaron una de las habitaciones en donde se detectó una acumulación de basura y precisaron que lo ocurrido no puso en riesgo de derrumbe la estructura edilicia.

El reporte tranquilizó, en parte, al grupo de vecinos que hace años intenta salvaguardar la casa de Beiró. Esa misma determinación es la que los llevó a sospechar sobre el origen del incendio. Fue así como en redes sociales en las que apareció las noticias del hecho, varios residentes de la Comuna 11 se preguntaron si lo ocurrido fue una “casualidad o una causalidad”. Es que, según comentaron, los actuales dueños estarían “buscando que la casa no pueda sostenerse para demolerla”.

El inmueble cuenta con una protección patrimonial otorgada por una ley de la Legislatura que data del 2008, año en el que se concretó la adquisición de la propiedad por parte de la reconocida inmobiliaria. La norma dispone que la estructura no puede ser demolida, aunque posibilita reformas en su interior. Aquella aprobación fue, en realidad, el primer intento de los vecinos en defensa del lugar ya evitó una remoción inmediata.

Pero, en la actualidad, la situación no es igual debido a que la demolición podría darse si hay peligro de derrumbe. Con esta alerta, fue que los vecinos se juntaron días después del incendio a aunar posturas para reforzar las acciones en pos de mantener la casa en pie. En el encuentro sobraron los relatos que tuvieron a la casa como protagonista exclusiva.

Casa Francisco Beiró
Al cierre, la conclusión fue unánime: pedirle a la Legislatura que apruebe un proyecto de expropiación del inmueble a los propietarios, su remodelación y conservación para transformarla en un museo o espacio cultural gestionado por la Comuna 11.

Bajo esas premisas, el diputado radical Francisco Loupías elaboró una iniciativa en la Legislatura con la intención que una vez que retomen la actividad parlamentaria tras el receso de las vacaciones de verano se pueda debatir y, obviamente, aprobar la recuperación del lugar y que pase a manos del Estado porteño.

“Este hermoso inmueble, luego de muchos años de abandono, llegó a una situación de emergencia. Este proyecto está acompañado por una gran mayoría de legisladores de distintos espacios, con despachos abiertos, en pos de mejorarlo y construir los consensos necesarios, para devolverle el valor histórico y cultural que tuvo”, explicó.

Y destacó que “la participación ciudadana, y sobre todo, de los vecinos de la Comuna 11 son fundamentales para que recuperemos la vivienda y que ésta pueda seguir siendo patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires”.

¡Salvemos la casa de Francisco Beiró!

Salvemos la Casa de Francisco Beiró
Así se titula la campaña de recolección de firmas en la plataforma Change.org para quienes quieran sumar su adhesión. Está impulsada por Yamila Rambaldi, una experta en temas de patrimonio y la persona al frente de la cuenta en redes sociales Buenos Aires Perdida, desde donde repasa las obras arquitectónicas que hicieron historia y mucha de las cuales ya no están.

“Además de sus singulares características arquitectónicas, reconocidas por el Gobierno porteño con la ley que le otorga protección estructural, su ubicación hace que pueda ser fácilmente incluida como punto de interés en recorridos históricos barriales, para así formar un círculo virtuoso con otros inmuebles patrimoniales cercanos”, explicó.

Y resaltó que “el carácter protagónico de Francisco Beiró y de su casa como símbolo de la política nacional es innegable. Debemos continuar avanzando en la lenta pero firme e imprescindible tarea de generar espacios físicos y simbólicos de reflexión y diálogo que ayuden a afianzar nuestra identidad”.

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