Desde 2014, AlmaCoop distribuye productos que provienen de distintas experiencias de organización social: fábricas recuperadas, cooperativas de trabajo, pequeñas economías familiares, emprendimientos y artesanos. En la Comuna 15 en Parque Chás, La Paternal y Villa Crespo. Carla Mancuso, responsable de comercialización de la cooperativa, cuenta como trabajan en base a la idea del comercio justo.
Por Juan Manuel Castro
“Una cooperativa de trabajo, un almacén online de productos de la economía social y una red de lazos entre productorxs y consumidorxs”. Así se presenta AlmaCoop, un proyecto activo desde 2014 y en constante crecimiento, con una decena de puntos de distribución en la Ciudad de Buenos Aires y La Plata (Villa Elisa).
“Para nosotres el consumo es un acto político, definir a quién le comprás, apuntamos a que la gente pueda hacer todas sus compras (alimentación, limpieza, cultura) a productores cooperativos, por eso tenemos más de 500 productos a disposición”, señalan sus integrantes en diálogo con este medio.
Sus integrantes lo definen así: “Distribuimos productos que provienen de distintas experiencias de organización social: fábricas recuperadas, cooperativas de trabajo, pequeñas economías familiares, emprendimientos y artesanxs. Además, nuestra logística está sostenida en gran parte por manos que se suman desde centros culturales, espacios políticos y sociales y clubes de barrio, comprometiéndose con las entregas de pedidos de manera voluntaria, con la motivación de participar y militar en la cadena de distribución de la economía social y solidaria”.
AlmaCoop tiene un sitio web con un formato de compras comunitarias quincenales. “Centralizamos los pedidos desde nuestra plataforma web y entregamos los sábados, cada 15 días… Es fácil, te registrás en nuestra web con tu mail, agregás los productos a tu carrito, antes de finalizar el pedido elegís un punto de entrega o envío a domicilio”.
La apertura de la tienda se hace los miércoles, 10 días antes de la fecha de entrega (sábados quincenalmente). El cierre los martes a las 20 horas previo al sábado de entrega según el Punto de Entrega que se elija o si es a domicilio.
Algunos puntos de entrega porteños: Parque Chas (Av. Gral. Benjamín Victorica 2642); La Paternal (Cucha Cucha 2399); Villa Crespo (Padilla 829); Palermo (Scalabrini Ortíz 1276); Constitución (Carlos Calvo 1529); Parque Chacabuco (Saraza 1069) y Floresta (Juan Bautista Justo 7544).
De todos modos, están abiertos a “que esta red se expanda y llegue a más personas, por eso, si tenés un centro cultural, una asociación civil, un centro de jubilados, un local político o social, un club, o sencillamente un grupo de vecines, y tenés ganas de sumarte a las compras comunitarias como punto de entrega escribinos”, señalan.
Carla Mancuso, responsable de comercialización en la cooperativa, cuenta que AlmaCoop se inició en 2014 como una acción de compras comunitarias de bolsones agroecológicos en varios locales en la Ciudad de Buenos Aires.
“Fuimos viendo que había interés en otros productos, así incorporamos más productos de almacén, limpieza, cosmética natural. Ahí fue creciendo en volumen, llegando a los 500 productos en el presente, siempre con la definición política de trabajar con cooperativas, empresas recuperadas, empresas sin patrón, empresas familiares o microemprendedores”.
Sobre cómo contactan a estas empresas y emprendimientos, sostiene: “Nuestra idea es incorporar más productos o algunos que nos llaman la atención. Salimos en su búsqueda. Así incorporamos a la editorial Chirimbote (conocido por editar los libros Antiprincesas y Antihéroes). Es una línea que nos interesa manejar, fuimos a buscarlas y elles estuvieron de acuerdo en trabajar con nosotres. Así establecemos el contacto. También ocurre al revés: nos consultan porque les interesa. Eso pasa mucho con emprendedores más pequeños. Conocen la plataforma y la forma de trabajo porque además son consumidores de nuestros productos”.
Carla señala que, aunque AlmaCoop tiene un pequeño stock, cuando “les vecines hacen los pedidos en la plataforma contactamos a les productores, con quienes estamos en contacto fluido. Luego, la plataforma está cerrada a pedidos, que es el momento en que preparamos la entrega de los productos, centralizamos en un par de espacios en la Ciudad de Buenos Aires y La Plata. Ahí es donde aparece el trabajo más destacado de Almacoop, más allá del contacto, que es donde los compañeros se encargan de la logística y distribución. Le agregamos trabajo genuino a toda esa cadena de comercialización”.
Al consultarle si luego de todos estos años de trabajo tienen identificado a un “cliente tipo”, señala una constante no solo entre quienes adquieren los productos, sino quienes los hacen: “En el grupo de productores hay muchas mujeres. Nosotras mayormente somos mujeres en los locales donde se entregan los productos, La nueva gestión de AlmaCoop tiene mayoría mujeres. Las consumidoras son mayormente mujeres”.
Destaca que trabajan sobre la idea del comercio justo. “No nos quedamos con lo que no nos corresponde. Se trata de reproducir el propio trabajo y la propia vida, no apropiarse del trabajo ajeno. Hay supermercados o monopolios que se apropian del trabajo del productor, quedándose con productos a muy bajo precio y vendiendo alto. Por eso bregamos que el productor y los compañeros de la logística y distribución reciban lo justo y que el vecino consumidor pague un precio justo. Se trata de dar la discusión de por qué cada cosa sale lo que sale”.
“Entendemos que la economía es economía política. AlmaCoop nos sirve para discutir muchas cosas, no solo si el producto es rico o feo. Vemos que hay una toma de conciencia, en algunos casos incipiente. En algunos casos empieza por consumir más productos agroecológicos” asegura Carla.
“De una forma más amigable y sin bajar líneas, estamos en definitiva hablando de capitalismo. De empresas que pagan poco a los productores, venden caro y giran el dinero fuera del país. De que hay productores que generan trabajo digno con cero explotación, que hacen productos sanos, bien preparados para los consumidores. Esto que hacemos es una forma muy interesante de abrir cabezas en cuanto al consumo”, concluye la referente de AlmaCoop.