El Club Comunicaciones de Agronomía incorpora jugadores de Béisbol desde los cinco años y ofrece tres clases de prueba en forma gratuita para fomentar la actividad. “Es un deporte muy lindo, promovemos valores de solidaridad y compañerismo”, destacan.
Por Juan Manuel Castro
Alma de potrero, risas familieras y la vista fija en batear para cumplir los objetivos. La Subcomisión de Béisbol del Club Comunicaciones del barrio de Agronomía (Tinogasta y San Martín) está en pleno renacimiento, con títulos en la Liga Metropolitana, nuevas instalaciones y la búsqueda de más jugadores para ampliar “el semillero” y consolidar su futuro deportivo.
“Nos estamos reorganizando después de la pandemia y tratando de remontar, al igual que todas las áreas del club”, indican desde la Subcomisión de Béisbol a este medio. Es así que se organizaron en dos grupos para entrenar: infantiles (de cinco a 18 años) y mayores.
Para fomentar la actividad, se puede pedir un pase para tener tres clases de prueba en forma gratuita. Se gestiona en la Administración del club o por redes sociales. Los chicos entrenan los lunes y miércoles de 18 a 20 horas y sábados de 10 a 12 horas. Los grandes lo hacen lunes y miércoles de 20 a 22:30 horas.
Además, en el área coordinada por Facundo Fraiman y cuya delegada es Silvia Grimolizzi, resaltan que en particular buscan incorporar tanto jugadores como jugadoras de hasta 15 años inclusive, ya que en este deporte hasta esa edad juegan en equipos mixtos. Al integrar la Liga Metropolitana, los chicos además compiten en las divisiones inferiores (U12, U10 y U15). En cuanto a los mayores, participan en la A3 (tercera) y su objetivo es llegar a primera.
Por otra parte, en la Subcomisión informan que luego de varias reformas se reinaugurará su cancha, donde va a jugar las divisiones inferiores. El Estadio lleva el nombre de Aldo Favia, en homenaje de un histórico dirigente de Béisbol del club de Agronomía.
Estas mejoras y mística van a tono con la historia del béisbol local, que ha dado grandes alegrías a Comu. Su jugador Martin Duhour ganó en 1991 el Premio Olimpia de Plata en Béisbol. Asimismo, el club ha sido campeón varias veces en primera e inferiores de la Liga Metropolitana. El célebre director Fernando Garrido estuvo mucho tiempo al frente del equipo.
“Es un deporte muy lindo, promovemos valores de solidaridad y compañerismo”, destacan y para muestra de ello, basta asistir a alguno de los entrenamientos semanales. Entre risas y dedicación, los niños y adolescentes pueblan la jaula de bateo montada con pericia y pulmón en el sector de quinchos, en medio de la extensa ciudad deportiva de Comu, con sus calles verdes, recovecos, edificios y canchas variopintas por doquier.
“Cada chico es un mundo, son geniales y le ponen ganas. Este es un deporte que te incluye. Es difícil, disciplinado, pero con mucho compañerismo”, destaca Luis Dominghini, quien hace dos años entrena a los menores y ha jugado en el club la última década. “Llegué de la mano de un amigo, era el primer deporte que hacía y me encantó, pongo lo mejor de mí en este lugar”, añade.
Como él, la forma en que los chicos descubrieron el béisbol es muy personal. Por caso, Nicolás, de 12 años, cuenta que luego de una fallida experiencia en rugby decidió pasar a la realidad algo que ya le gustaba en los videojuegos.
“Me la pasaba jugando baseball en el juego Wii Sports (Nintendo Wii), era mi deporte favorito y me generaba curiosidad. Así que busqué en Google un club dónde practicar, encontré Comunicaciones y empecé. Me encanta batear, es lo que más disfruto y me siento muy cómodo jugando con mis compañeros”.
Algo parecido le ocurrió a Joaquín, también preadolescente. “De chico me enganché mirando películas sobre béisbol, como vengo al colegio de Comunicaciones un día vi el anuncio y me anoté. Antes solo había hecho fútbol, pero no me convenció el clima. Acá me gusta”.
Hay también quienes no tenían un conocimiento previo, pero luego de intentarlo hicieron propio este deporte. Es el caso de Juanchi, de ocho años, que después de hacer fútbol y natación probó suerte: “Vine, bateé un poco y me gustó. La primera pelota que traté de batear, le pegué. Muy bueno”.
Mientras los chicos entrenan, la jaula luce llena de bates de aluminio, guantes, pelotas de tenis y plástico blando. El bateo constante suena como una canilla perdiendo, solo interrumpido ante las directivas de los entrenadores o las risas cómplices de los chicos, quienes al dar la hora se ponen en ronda, extienden la mano y cierran la jornada al grito de: “Vamos, Comu”.
Luego llega el momento del recambio y aparece el equipo de adultos. Al igual que con los más chicos, este también es un espacio de pertenencia. Sergio Milano, el entrenador de los mayores, destaca la “integración cultural” entre los jugadores.
Explica que los integrantes son argentinos, europeos y otros pertenecen a la comunidad venezolana y dominicana, que en distintas olas han llegado al país durante los últimos años. En estos países del Caribe el béisbol es muy popular, así que practicarlo ahora es una forma de continuar con esos vínculos hogareños.
Así lo siente Sergio España, que nació en Venezuela y desde 2016 es residente porteño. “El mismo día que llegué me anotaron para jugar un partido de la liga con Comu. Es una forma de continuar las tradiciones, parte de la vida que teníamos allá”.
Para sus compañeros es un referente del deporte y también parte clave en la historia reciente en Comunicaciones: “Acá fui profesor de infantiles por tres años. Hubo un momento en que quedaron pocos jugadores, le pusimos garra, salimos adelante y luego de pensar que todo se acababa pudimos salir campeones de la liga”.
Con ese mismo espíritu Sergio encara el futuro del béisbol local: “Tenemos un equipo compacto, venimos de 12 victorias consecutivas y el torneo pasado en la Liga Metropolitana salimos campeones en la tercera (A3), queremos subir a la segunda y primera, pero para eso tenemos que tener más jugadores y constituir más equipos propios”.
Tanto Sergio como la Subcomisión, y demás integrantes, sostienen que es clave continuar incorporando jugadores jóvenes: “Se trata de tener un semillero, un pelotero, para que el equipo se mantenga en todas sus categorías, crezca. En Comunicaciones hay material, es un lugar de encuentro donde chicos y grandes la pasan bien y se sienten cómodos. Por eso es importante seguir creciendo para sostener el proyecto”.