El predio deportivo ubicado en Bolivia 5842 pertenece al Gobierno de la Ciudad y una ley del año 2001 destinó su uso a las escuelas de la zona. Tiene una superficie cubierta de 290 m2 y cuenta con baños, vestuarios, una canchita y vivienda para el casero y su familia. En 2016 fue puesto en valor, pero no hay respuestas desde el Ejecutivo ni desde la Comuna 12 y se revitaliza la demanda de la comunidad a través de las redes sociales.
Por Mateo Lazcano
En las paredes donde deberían rebotar las pelotas, y los gritos de niños y niñas, retumba el eco y el silencio. En otra muestra del desinterés por lo público la “Canchita de Bolivia” de Villa Pueyrredón permanece cerrado, a pesar del pedido de instituciones y organizaciones del barrio. Ante la falta de respuestas de las autoridades, se abrió una página de Facebook (“Vecinos de VP por la recuperación de la canchita de Bolivia 5842”) donde se destaca la relevancia de poder hacer uso de este lugar.
La trama del “Patio Deportivo de Villa Pueyrredón”, ubicado en Bolivia 5842, tiene más de veinte años y la viene relatando este periódico desde sus páginas. En noviembre de 2001 la Legislatura sancionó la Ley N° 700 que destinó el predio para el uso “recreativo y deportivo” de las y los alumnos de las escuelas del Distrito Escolar 16.
Antes había funcionado – en los años ´80 y ´90 – como un anexo del Club Sparta (club fundado en 1940 y que tenía su sede en Av. Nazca 4351) concesionado a esta entidad por la entonces Municipalidad. Tras la desaparición del club, permaneció ocupado y luego de varios años se logró el desalojo y la sanción de la ley antes mencionada.
Los años que siguieron a partir de 2001 no mostraron cambios, y aún con el mandato legal de abrirlo a las escuelas permaneció en desuso y en estado de abandono. El argumento de las primeras Juntas Comunales fue que un amparo judicial impedía su habilitación.
En 2016 se hizo una remodelación y puesta en valor de los 290 metros cuadrados del predio que cuenta con una canchita cubierta, baños y vestuario, y una vivienda para el cuidador y su familia, que actualmente está ocupada.
En marzo de 2019 la legisladora Victoria Montenegro presentó dos proyectos ante la Legislatura para que se den precisiones sobre este lugar, pero no tuvieron eco en el oficialismo.
El año pasado se construyó una medianera faltante, que era el motivo, junto con la acción judicial, que daban informalmente las autoridades como razón para no habilitar su uso.
Este periódico presentó en el año 2023 una solicitud de acceso a la información pública para conocer la situación legal del predio, el cual está rotulado como 2023-21634384. Allí se ratifica que el dominio pertenece al Gobierno porteño. Y desmiente la mencionada excusa de una traba existente por parte del Poder Judicial para ser usado.
“No tramita proceso judicial alguno relacionado con el inmueble objeto de consulta”, destaca la respuesta oficial, y aclara que el inmueble “está siendo utilizado por escuelas de la zona bajo programas del Ministerio de Educación”. Pero a la fecha nunca ha sido utilizado por las escuelas, salvo por los ocupantes de la vivienda destinada al cuidador.
Una de las mayores militantes para lograr la utilización de la “Canchita” por parte de las escuelas y la comunidad del barrio, es la integrante de la organización AIRES Comuna 12 y vecina del barrio, Vanesa Coria.
Ella es la fundadora de la “Escuelita Deportiva Villa Pueyrredón”, asociación civil que da clases gratuitas a chicos y chicas de 6 a 12 años, junto a una merienda comunitaria, en las canchita de la Plaza “Paseo del Centenario”, en Condarco y Franco (Básquet mixto de 17 a 19 hs. los miércoles) y en la canchita de la Plaza Alem (Fútbol mixto de 17 a 19 hs. los jueves).
En el año 2018, solicitó formalmente que la Comuna autorice a dictar parte de sus actividades en el Predio de Bolivia.
En 2023 fue elegida comunera y desde su actual cargo en la junta comunal continúa bregando por la apertura de la “Canchita”, aunque atendiendo una agenda institucional más amplia. “Es muy raro que no les permitan ir a las escuelas del Distrito como dice la Ley, y para peor, nadie dice por qué”, manifiesta Vanesa.
Su legado lo continuaron otras referentes del barrio, como Paula, integrante del “Frente de Mujeres”, que, en la canchita de la Plaza Alem, organiza la actividad “Futbol Femenino Recreativo”, todos los viernes a la noche.
Ellas formaron un grupo de Facebook para forjar comunidad y aunar fuerza en el reclamo que no cesa. Se llama “Vecinos de VP por la recuperación de la canchita de Bolivia 5842”.
“La idea surgió hace poquito, después de haber intentado por otros medios, con el fin de llegar a más vecinos y vecinas. Más allá de nuestro reclamo, todos deben saber lo que está pasando con un espacio público que está en manos del Gobierno de la Ciudad, y debería ser abierto para la comunidad y nuestro barrio”, relata Paula. Uno de los interrogantes es si “su próximo destino no será privatizarlo, o construir otro edificio más”.
“El grupo está abierto para que puedan decir lo que piensan, consideran y deseen aportar. La decisión final nos corresponde a los habitantes de Villa Pueyrredón. Hay mucha gente que pasó por allí en años anteriores y que nosotros no conocemos, y nos sirven mucho los datos que aportan para reforzar el reclamo”, agrega Paula.
“La Canchita lo que puede aportar es un espacio para que los pibes y pibas estén seguros y seguras practicando deporte. Nosotros en la Escuelita Deportiva hacemos fútbol y básquet mixto, pero como las canchitas están dentro de plazas, no contamos con baños, no está techado y debemos suspender por lluvia, calor o frío extremo, y al estar abiertos, nos obliga a tener un control fuertísimo de que los chicos no se dispersen o pierdan. A su vez, como es público, hay que compartirlo con otras personas y eso dificulta el dictado de clases, y se suma el contexto de crisis, y cada vez más chicos y chicas vienen a formar parte”, señala Paula.
La petición necesita del eco del oficialismo, que es mayoría tanto en la Junta Comunal como en la Legislatura. Por eso, más allá del impulso de la comunera Vanesa Coria, se suman las adhesiones mediante el grupo de Facebook, como otra alternativa para conseguir la apertura del lugar a la comunidad y ponerle punto final a esta larga historia.
Una historia que parece de sencilla resolución y prácticamente tiene toda la trama despejada, con el respaldo de la Ley y la necesidad a la vista, pero el desinterés de la actual y anteriores gestiones y motivos que no quedan claros ni quitan dudas, no le ponen el broche final.