Clases en “burbujas” en el Sur de la Ciudad, la región más abandonada por el Gobierno porteño

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Mientras la gestión de la Ciudad de Buenos Aires anuncia más aperturas para el regreso de lxs estudiantes a la presencialidad, docentes de escuelas públicas de la zona sur de la Capital advierten que las familias atraviesan otras necesidades urgentes, además de que sus hijxs tengan que realizar los trabajos pedagógicos. Exigen que Rodríguez Larreta abra canales de diálogo.
Foto que ilustra la nota Agencia Telam

Por Agustina Cavalanti

“Nunca nos fuimos de la escolaridad, las escuelas siempre estuvieron abiertas y se trasladaron a cada hogar, eso es lo que entendemos como docentes y como comunidad educativa”, dice Yael Jaleh docente de la E.E.M. 6 D.E. 5 de Barracas y de la E.E.M. 5 D.E. 19 de Villa Soldati. Dos escuelas de educación media del Sur de la Ciudad de Buenos Aires, una de las zonas que más necesita la presencia del Estado porteño y que más registra su ausencia.

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“La situación en las escuelas continúa complicada principalmente por la conectividad y también por las dificultades propias de tener población que vive en barrios populares o villas de la ciudad. Si bien se están utilizando diferentes estrategias para sostener la escolaridad, como entrega de trabajos impresos, acompañamiento en las entregas de canastas, contacto permanente a través de familiares y vecinxs, el panorama es complicado sobre todo porque las familias atraviesan otras necesidades además de que sus hijxs tengan que realizar los trabajos pedagógicos”, relata la docente.

El Gobierno de la Ciudad visibiliza nuevas aperturas de escuelas, pero invisibiliza que no a todos los barrios de la Capital los interpela de la misma manera. De hecho, en los últimos meses, la relación entre la comunidad educativa y la gestión de Rodríguez Larreta se tensionó aún más.

Según manifiesta Yael, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, no se comunica de manera institucional, sino sólo a través de los medios de masivos de difusión. “No abre canales de diálogo, no tenemos paritarias, no tenemos mesa salarial, no tenemos mesas de trabajos educativos para enseñar y aprender en este contexto virtual que sean de manera institucional desde el Ministerio”, expresa.

¿Cómo se trabaja en las “burbujas” educativas del Sur de la Ciudad? En las escuelas medias, por “burbuja” hay un docente y concurren cerca de diez estudiantes que llegan a las instituciones caminando o en transporte público. En las clases trabajan con las computadoras disponibles y el Internet de cada escuela, que no siempre funciona. “Docentes y comunidad educativa tratamos de reponer lo que falta para que pueda haber un ida y vuelta de todos modos”, agrega Yael.

En cuanto al protocolo, se estipuló uno diferente para cada nivel. Yael cuenta que, si bien recibieron diferentes productos de limpieza para los espacios comunes y los baños, muchos no estaban rotulados y había que “adivinar por olfato o color si era lavandina, alcohol u otro producto de limpieza”.

También, instalaron aparatos que al pisar sale alcohol en gel, para higienizar los calzados de estudiantes o personal de educación cuando ingresan a la escuela. Pero faltan mascarillas, guantes, y distintos elementos de protección. “Llevamos nuestros propios elementos”, señala.

Como la presencia en las escuelas es voluntaria, la asistencia de lxs estudiantes en Barracas y Villa Soldati varía. ¿De qué depende? De sus necesidades, de la situación económica de cada familia; si son estudiantes madres o padres, si tienen trabajo, si tienen que cuidar a sus hermanxs, etc.

“El Sur de la Capital está muy abandonado por el Gobierno de la Ciudad. Y no asisten la cantidad de estudiantes por miedo al riesgo de contagio entre ellxs y a lxs docentes”, asevera Yael.

Para la docente, la presencialidad más importante se da cada 15 días, con las entregas de canastas de alimentos, con el reencuentro y el intercambio solidario. “Creo que Larreta tiene que dejar de esquivar el tema de la conectividad en la Ciudad, tiene que dejar de esquivar el problema de cantidad de herramientas, dispositivos y recursos que tienen las escuelas y que faltan muchísimos. Valoramos el intercambio cara a cara con lxs estudiantes, pero sabemos también que tienen que cuidar a sus familias y a nuestras familias”, afirma.

Y agrega: “El Ministerio de Educación porteño nunca quiso dialogar, nunca se abrió la posibilidad de pensar pedagógicamente nada, y Soledad Acuña no viene del ámbito educativo. Entendemos que el vínculo estudiantes-docente-comunidad educativa es lo que hace diferente a la educación”.

No quedan dudas que lxs docentes de la Ciudad de Buenos Aires dieron y dan todo para continuar con el proceso pedagógico. Principalmente en las escuelas medias del Sur de Capital, a la que asisten estudiantes de los sectores más vulnerables, más vapuleados por la pandemia y más olvidados por la gestión porteña.

Lxs docentes ponen el cuerpo y buscan, permanentemente, estrategias para salir a flote. La escuela pública estuvo, está y va a estar con cada unx, con cada necesidad. Algún día “el norte no va a estar arriba va a ser todo sur”.

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