Colonia en el Polideportivo Sarmiento para niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista

Parque Sarmiento
El polideportivo Presidente Sarmiento del barrio de Saavedra será una de las sedes para las Colonias de verano gratuitas del Gobierno de la Ciudad. Este 2026, habrá una novedad importante: se sumarán espacios diferenciados para niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista y sin control de esfínteres. En esta nota, profesionales y familias explican por qué es un avance clave para los tratamientos en discapacidad y destacan los aportes de las actividades lúdicas.

Por Mateo Lazcano

Cuando el calendario marque el inicio del 2026, además de renovar las ilusiones de muchos, llegará el comienzo de la temporada de colonia de verano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Como es habitual, los distintos polideportivos porteños oficiarán de sede, pero en el Parque Sarmiento, se presenta una gran novedad. Por primera vez, la colonia tendrá espacios diferenciados para niños y niñas con TEA (Trastorno del Espectro Autista) y para aquellos que por retraso en el proceso madurativo no pueden controlar aún sus esfínteres.

La colonia para personas con discapacidad funcionara entre el lunes 5 y el viernes 30 de enero en el Parque Sarmiento, con un turno extendido entre las 10 y 17 horas. A la oferta de cada temporada (Discapacidad Física y Motriz, Intelectual, Visual y Auditiva), se sumarán estas dos nuevas propuestas.

Las mismas son presentadas como “Espacio Azul” y “Espacio Crecer”. La primera, ideada para niños y niñas de entre 6 y 14 años con TEA que requieran acompañamiento personalizado, y necesiten el apoyo de su acompañante terapéutico. En un entorno seguro y adaptado, realizarán actividades lúdicas, deportivas y acuáticas, y materiales sensoriales.

La otra alternativa que se suma, para la misma franja de edad, apunta a las y los chicos con discapacidad intelectual que aún no hayan adquirido el control de esfínteres debido a procesos madurativos diferenciados. Podrán concurrir con su acompañante terapéutico de ser necesario. La inscripción todavía está vigente a través del sitio web del Gobierno porteño, hasta que se agoten los cupos.

Estas incorporaciones al menú de opciones implican un avance en la integración, y responden a las demandas de profesionales y familias de contar con instancias personalizadas que puedan atender estas problemáticas, ampliando y precisando el concepto de discapacidad. Y sobre todo, en la oferta pública, en la que poseer o no de recursos puede repercutir en la salud y el seguimiento de tratamientos.

“Una verdadera inclusión es que vos tengas un espacio pensado para vos. Que puedas venir y tengas los objetivos ya puestos según tus necesidades, y que vos, que quizás no puedas ir a otra colonia porque grites, tiendas a escaparte, le tengas fobia al agua, o te cueste seguir consignas, formes parte de un espacio donde eso es tenido en cuenta, y las actividades están pensadas en torno a ello. Es distinto decir: ´Yo te ofrezco esta colonia y vos hacé lo que puedas´, a ´Yo ya te ofrezco una colonia que está contemplada para que vos te sientas cómodo, comoda´”, explica Ivana Tedesco, fonoaudióloga y coordinadora del Equipo Interdisciplinario para el Desarrollo Infantil “EIDI”.

Para la profesional, “es muy importante contar con esta opción, por varios factores”. En primer lugar, para que el receso escolar no signifique un corte abrupto en el ritmo y las rutinas que en el año incluyen periódicos tratamientos y terapias.

“Al terminar el colegio, estos chicos pierden un poco la dinámica que se supo conseguir en los meses previos. Hay que contemplar que son niños altamente dependientes de la rutina porque los ayudan a predecir lo que viene. Entonces cuando se entra en período de vacaciones sin organización, estos chicos se desorganizan rápidamente. Es un problema porque para ellos, el ocio y el no hacer nada, no siempre resulta gratificante”, explica.

En el mismo sentido, Ivana destaca la importancia de los espacios diferenciados. “Las necesidades no son las mismas para los niños que tienen TEA que para los que tienen por ejemplo discapacidad cognitiva. Hay que pensar que muchos de estos niños tienen alta sensibilidad, por ahí no les gusta que los salpiquen, o la entrada es mucho más lenta, o necesitan más tiempo para cambiarse, o no les gustan determinados materiales. Hasta ahora las propuestas estatales estaban más enfocadas en lo motor, entonces podían concurrir algunos días a una pileta o actividades bien específicas. Entonces, el poder tener contemplado un espacio de recreación con profesionales especializados y en un entorno seguro, es altamente positivo”, argumenta.

Y plantea que también será un alivio para las familias del segundo grupo que se suma, el del “Espacio Crecer”. “Es muy difícil para los chicos que usan pañales porque no controlan esfínteres, que los acepten en una colonia, incluso si tienen acompañante”, dice.

Su colega Alejandra Dastugue, Terapista Ocupacional, aporta: “En los espacios recreativos como las colonias, se pueden poner en práctica habilidades que se trabajan en el consultorio, como secarse con el toallón, o guardar la ropa en la mochila. Y para muchos chicos, es la primera instancia para poder ejercitar la independencia de la asistencia de sus padres, y esforzarse en vestirse por sí mismos”.

Alejandra también destaca la diferencia del tono de la colonia y el de la escuela (“donde los objetivos y los contenidos son otros y más extendidos”). “La compañía de sus pares, para los niños, ayuda a trabajar habilidades sociales, como esperar su turno, o entregarles objetos a otros compañeros. Y en eso es fundamental la instancia lúdica”, explica.

Con estos factores de importancia, la presencia de esta propuesta dentro de la órbita estatal, de costo gratuito, pasa a ser vital para muchas familias. “No conozco ninguna obra social que te cubra la colonia. Entonces, salvo en los pocos casos que pueden pagarla de manera privada, los chicos pasan de tener una vida muy organizada y con los avances de sus tratamientos en el año, a no hacer nada. Y terminan perdiendo muchas habilidades que pudieron con mucho esfuerzo conseguir”, señala la fonoaudióloga Ivana Tedesco.

Las familias que ya concurren a los espacios de la colonia para personas con discapacidad también encuentran elementos positivos en la presencia de esta actividad durante cada enero. Ese es el caso de Maia, una adolescente de 13 años que posee discapacidad cognitiva. Anahí Muzzio, su mamá, cuenta que “es muy importante para nosotros y para ella contar con esta colonia, sabiendo que hay gente especializada, atenta a sus conductas, y para cuidarla”.

Y agrega que “Maia se divierte mucho, hacen natación, juegos, desayunan y almuerzan. Los separan en grupos de acuerdo con las edades y realmente se la ve pasarla muy lindo”.

Anahí también hace foco en el transporte como otra ventaja de la colonia del Parque Sarmiento. “Hay un sistema de postas donde los van recibiendo, cerca de tu domicilio. Se los llevan a la mañana temprano y para las cinco y media de la tarde más o menos te traen a los chicos”.

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