Comenzó en el Centro Educativo de la
Cooperativa El Álamo el Ciclo Lectivo 2018


Estos compañeros que hoy se presentaron van a
contagiar al resto para estar dentro de la escuela


El viernes 16 de marzo comenzó un nuevo ciclo lectivo del Centro Educativo Primario de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos El Álamo. Este año se cursará por primera vez en las instalaciones del Centro Verde Diego Duarte, ubicado en la Av. de los Constituyentes 6259.

Por Ignacio Di Toma Mues

Con un emotivo acto, en la sede del Centro Verde Diego Duarte, se inició el ciclo lectivo del año 2018 del Centro Educativo de la Cooperativa de Recuperadores Urbanos El Álamo.

La docente Laura Chaves les dio la bienvenida a los alumnos, trabajadores de la Cooperativa, y los felicitó “porque tomaron la iniciativa de venir”. Luego, Adela – una de las alumnas – izó la bandera y junto a sus compañeros cantaron el himno nacional.

Este es el primer año que se va a cursar en el aula que se acondicionó en la sede del Centro Verde de la Av. de los Constituyentes 6259. Anteriormente las clases se daban en el Centro Cultural Nunca Más, en Cabezón y Nazca.

“Estoy en la cooperativa hace tres años, cuando tomé el Centro Educativo El Álamo era la primera vez que lo hacía en este tipo de establecimiento. Había trabajado con adultos en una escuela primaria a la noche, pero no en un centro educativo, estos centros funcionan en cooperativas, en sindicatos, en hospitales, en Caritas” contó Laura Chavés.

En cuanto a su relación con los alumnos, trabajadores de un sector muy discriminado, Laura señaló que es muy buena. “Ya había trabajado en Villa Cuernito en el Dock Sud y en un barrio en Lanús, y al principio las preguntas son: te vas a animar, vas a ir, y como maestro uno se anima a todo, no me sorprendí, son súper respetuosos, nunca tuve problemas con los alumno, es una experiencia linda”.

Cabe destacar que cada recuperador hace un trabajo muy duro, se levanta temprano y tiene que concurrir a clases tres veces por semana durante tres horas. “Vienen cansados, y ahí está mi trabajo – explicó Laura – buscar algo que los motive, más allá que ellos vienen a aprender a leer, a escribir, a hacer trámites, meterse en Internet y quizás sacar la tarjeta SUBE, y yo aprendí con ellos a reciclar la basura”.

La duración del ciclo educativo para terminar la primaria depende del nivel con el que ingresa cada uno. “Nadie viene sin saber nada, todos escriben su nombre, algunos pueden leer carteles, otros ya están alfabetizados, y a algunos les falta las operaciones matemáticas, y cada uno en su tiempo va aprendiendo” aseguró la docente.

Testimonios

Lorena tiene 22 años, empezó el año pasado la escuelita. Hace cuatro años que está en la Cooperativa. Tiene un hijo que va a cumplir dentro de poco 5 años y va a un jardín de infantes en el barrio La Carcova en José León Suárez.

“Me gusta mucho, sobre todo para aprender cosas buenas, y para poder terminar el colegio, yo iba allá (en La Carcova) pero violaron a una chica y lo cerraron, no pude ir más, me faltaban tres años para terminar” comentó Lorena.

Los motivos para terminar la primaria son distintos según las necesidades de cada uno. “Más para el tema de cobros, hacer trámites, o por ahí tengo que llevar el nene al médico, me sirve de un montón”, dijo Lorena.

Luis Alberto Herrera, que trabaja en la Cooperativa hace dos años, señaló que “me motivó a venir a la escuelita es que yo estudié mucho, refrigeración, aire acondicionado, hice cursos de electricidad, y me gustaría estudiar más, pero me piden estudios primarios y al estar en la Cooperativa puedo estudiar y también mostrarle a mis hijos que soy capaz de terminar la primaria”

Jorge Silva, es de José León Suárez, está hace cinco meses en la Cooperativa, “quiero terminar por que me falta un solo año, fui hasta sexto grado y dejé, y ahora tengo la oportunidad”.

Juan Alberto, también hace cinco meses que trabaja en la cooperativa, y expresó que: “estaba haciendo sexto y séptimo a la noche y dejé, y quiero terminar porque en todos lados te piden tener la primaria”.

Aída Carrazán, es coordinadora del turno mañana de los recuperadores urbanos de la sede que funciona en el Centro Cultural Nunca Más, Cabezón y Ladines. Sobre sus compañeros y compañeras manifestó: “Estoy orgullosa que estén acá para terminar los estudios, y la constancia es muy importante en este ámbito para poder aprender en el día a día”

Consultada sobre la inauguración de la escuelita en el Centro Verde, Aída, con una gran alegría, explicó que esto genera una gran comodidad.

“Los compañeros vienen a trabajar desde lugares muy alejados, y el trabajo de por si ya es pesado, están cansados y no tienen la misma fuerza para ir a una escuela a la noche y el Centro Educativo le brinda la posibilidad y los contiene para poder progresar en lo educativo; porque mucha gente cataloga a quienes trabajan como recicladores, a los cartoneros, como que no tienen oportunidad de nada, los excluidos, los marginados de la sociedad, y ésta es una manera de decir que no, que ellos también forman parte de esta sociedad. Cuando uno se suma contagia al resto, como estos compañeros que hoy se presentaron van a contagiar al resto para estar dentro de la escuela”.

Se cursa los días lunes, miércoles y viernes de 13.30 a 16.30 horas, y reciben el certificado oficial de estudios primarios.

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