Comuna 12: balance de las luchas vecinales

Los vecinos tuvieron un destacado lugar en el año que pasó. Lograron frenar y revocar obras y proyectos del Gobierno de la Ciudad, como en el Parque Sarmiento o la Plaza 1° de marzo de 1948 en Saavedra. Pero no fueron suficientes en otros como el bulevar de Roosevelt. También hay reclamos que permanecerán en este 2016. El nuevo escenario político muestra incertidumbre, pero ya puede verse la intención del Gobierno porteño de retomar polémicos proyectos que estaban frenados.

Por Mateo Lazcano

Pasar de un año a otro puede muchas veces no significar nada. Pero en muchos casos, es algo más que cambiar de almanaque o de un simple número. Para nosotros, es la oportunidad de repasar a modo de balance las luchas sociales llevadas a cabo en el pasado 2015 en el territorio de la Comuna 12.

El año comenzó con una fuerte acción de los vecinos para recuperar la cancha de básquet de la Plaza 1° de Marzo de 1948 en Saavedra.

Hacia fin de 2014, el Gobierno de la Ciudad, dentro de un plan de reformas en las plazas de la zona, había quitado las “jirafas” (nombre que se le da a los aros de básquet con la estructura de hierro en forma de curva hacia afuera del perímetro de la cancha) por unas que combinaban un arco de handball y el aro de básquet hacia arriba.

La idea era combinar en la misma superficie de cemento el básquet con el handball, aunque en la práctica se había comenzado a jugar fútbol. Las quejas nacieron en forma inmediata: para los amantes del baloncesto, era un refugio que llevaba años, se conservaba relativamente en buen estado y era una de las pocas opciones para jugar en forma gratuita en un espacio público del barrio.

Pero además, la inédita experiencia de un aro y arco combinado era riesgosa: al saltar para embocar, estaba muy latente la posibilidad de chocarse la cara con el travesaño del arco de handball.

En enero del año que pasó se sucedieron actos, abrazos simbólicos con presencias de famosos y cartas a los funcionarios. El Gobierno respondió quitando los elementos nuevos que generaban discordia, pero volvió a colocar las jirafas originales, en mal estado y con los aros sin red. De todos modos, para los fanáticos del básquet fue como un triunfo: poco a poco fueron pintando la cancha y acondicionándola, para en marzo ya poder volver a jugar normalmente, manteniendo el histórico espacio en esa plaza.

También a principios de 2015 y antes de las elecciones porteñas se construyó el bulevar de la Avenida Roosevelt, en Villa Urquiza. El proyecto del Ministerio de Desarrollo Urbano fue construir entre Pacheco y la Av. de los Constituyentes un llamado “aliviador pluvial natural parquizado”.

Hubo denuncias por el costo de la obra y la necesidad de la misma. También por el impacto ambiental y por la ausencia de audiencias públicas previas. Sin embargo fue llevada a cabo. Fue necesario nivelar la vereda en las esquinas y construir los cordones de cemento que dan forma y contorno a la vegetación.

Un hecho trágico entristeció el comienzo del 2015 en Villa Urquiza. En febrero, un nene de cinco años se electrocutó en la plaza Jorge Casal, lindera a las vías del ferrocarril y la estación Urquiza. El niño fue a buscar su pelota de futbol y tocó un cable suelto que salía de una pared de la plaza. Tras varias operaciones en el Hospital Pirovano, fue dado de alta. Pero este hecho obligó a prestar más atención y reclamar por el estado de los espacios públicos.

Como contra partida, en el resumen del año recientemente terminado debe destacarse las refacciones en la mayoría de las plazas de la Comuna. La plaza Leandro Alem de Villa Pueyrredón (aunque con una fuerte poda de árboles históricos); Esteban Echeverría y Marcos Sastre en Villa Urquiza y Hungría y 1° de Marzo de 1948 en Saavedra mostraron un cambio en la fisonomía, con bancos y mesas nuevas y elementos para hacer ejercicios aeróbicos, además de una mayor luminaria.

Para algunas instituciones y clubes barriales, este 2015 estará en el recuerdo negativamente. Las milongas de los Clubes Sunderland y Sin Rumbo, casi centenarias, fueron clausuradas durante varias semanas por el Gobierno de la Ciudad. De hecho, no pudo votarse para las elecciones primarias allí por estar clausurados. Después de cumplir con ciertos requisitos y adecuarse a las normas, las milongas pudieron reabrir y volver a convocar a decenas de personas, de toda la Ciudad y turistas extranjeros.

Pese a ser un tema aparentemente “irrelevante”, los nombres de las cosas muchas veces generan debates y movilizaciones a favor y en contra. Uno de los logros vecinales de este año tiene que ver con que en la estación de subtes inaugurada en 2013 llamada Juan Manuel de Rosas, le fue anexado el nombre del barrio (Villa Urquiza), tal como sucede con Los Incas-Parque Chas y Tronador-Villa Ortúzar de la misma línea B.

Este proyecto que aprobó la Legislatura en diciembre le permite al barrio más poblado de la Comuna 12 figurar en el nombre de la estación terminal de la línea de subterráneo que es la más utilizada diariamente.

Aún no pudo suceder lo mismo con el proyecto que un grupo de vecinos lleva para cambiar el nombre de la calle Iberá por Luis Alberto Spinetta, en homenaje al músico que murió en Villa Urquiza.

En este caso, hay una ley que impide ponerle a las calles nombres de personas antes de los diez años de su fallecimiento. Una idea mayor, también hasta ahora inconclusa, es la del ex comunero Pablo Ortíz Maldonado de nominar a la Comuna 12 como “Roberto Goyeneche”. El proyecto fue sumando miles de firmas y apoyos a lo largo del año, y toma el ejemplo de lo sucedido recientemente en la Comuna 9, que luego de un referéndum pasó a llamarse Lisandro de la Torre.

Muchas veces, las luchas vecinales no fueron exclusivamente por medidas u obras del Estado, sino contra otros grupos de vecinos. Tal fue lo sucedido entre los ciclistas y algunos vecinos del Barrio Cornelio Saavedra, entre Triunvirato, Larralde y la Avenida General Paz. Las discusiones fueron tornándose cada vez más violentas y la muerte de una anciana atropellada por una bicicleta derivó en que muchos de los vecinos reaccionaran colocando tachuelas en el asfalto, que pinchaban las gomas de los ciclistas. Después de meses de desencuentros, pudo hacerse una reunión, en la que quedaron en elaborar propuestas ante la Comuna para aliviar la situación. Según aseguran, a partir de esta negociación bajó la conflictividad.

Las redes sociales fueron amplias protagonistas de estas luchas. En todo reclamo o convocatoria a movilización, los grupos barriales o las páginas de Facebook de instituciones o figuras importantes del barrio permitieron viralizar y masificar los reclamos.

Cada noticia generó así comentarios y propuestas, incluso trascendiendo las fronteras de la Comuna y llegando a todo el país. Otro protagonista relevante fue la plataforma de peticiones digitales Change.org. Allí fueron formuladas varias peticiones, que derivaron en miles de firmas y adhesiones virtuales. El estadio de rugby del Parque Sarmiento y la canchita de básquet de la Plaza 1° de marzo fueron los líderes.

En el balance, debe destacarse la presencia y la ausencia de algunos comuneros, quienes desde la lógica deberían estar a la cabeza de los reclamos y hacer de vínculo entre los vecinos y la Jefatura de Gobierno. Basilio Sioutis fue el más activo. Pablo Maldonado y Gustavo Vaca también lo hicieron en menor medida. Del PRO, sin ser comunero pero si con funciones dentro de la Comuna, se destacó Juan Martín Lavarello. El resto brilló por su ausencia.

Tal como sucedió con la cancha de básquet, los vecinos pudieron frenar muchas de las medidas. La principal, y la más importante del año fue la construcción del estadio de rugby en la pista de atletismo del Parque Sarmiento.

La idea del subsecretario de deportes de la Ciudad era montar una estructura tubular, durante los cinco años en el que se desarrollaría el torneo “Super Rugby”, en el predio donde está la pista de atletismo (a la que el funcionaría le veía poca actividad)

La agrupación Vecinos por la ecología lideró las críticas por el impacto ambiental. Se sumaron asociaciones de atletas y el comunero Sioutis, además de miles de personas por redes sociales. La falta de tiempo para construirla jugó a favor. El Gobierno porteño decidió posponerla y elegir otra sede para el torneo.

El túnel de la Av. Balbín –adyacente a la estación Saavedra – tuvo un camino similar. El Gobierno había colocado el obrador para comenzar la construcción del viaducto que pasaría por debajo de las vías del tren. Los comerciantes, los vecinos con el aval de un recurso de amparo judicial y la cercanía de las elecciones formaron un combo que logró frenar la obra.

La estructura colocada sobre la calle Plaza para los elementos de la obra fue retirada. Sin embargo, la ratificación del Gobierno del PRO en las últimas elecciones le daría fuerza nuevamente al proyecto, que se retomaría en 2016.

Lo mismo sucede con la obra en el “Campito” de la Iglesia Dulcísimo Nombre de Jesús, que había sido frenada todo este año por denuncia de irregularidades pero en los últimos días volvió a tomar movimiento de materiales y cemento.

El balance deja luces y sombras. La fuerza vecinal ha logrado frenar o revocar obras proyectadas que resultaban inconvenientes. Pero no ha sido suficiente para impedir otras. Este 2016 se presenta como un gran interrogante.

De los siete comuneros electos en la Comuna 12, habrá cuatro caras nuevas y tres que permanecerán. La permanencia de Horacio Rodríguez Larreta, ahora como Jefe de Gobierno, no daría lugar a grandes cambios, pero el escenario inédito del mismo partido político administrando la Nación, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires podría dar lugar a reclamos históricos vecinales, pero silenciar o quitar fuerza a otros.


Inundados

Las Asambleas de Inundados de Saavedra y del Barrio Mitre, desde hace más de dos años – a partir de la trágica inundación del 2 de abril de 2013 que dejó un saldo de ocho muertos – vienen bregando por soluciones estructurales al problema de las inundaciones y la implementación de un plan de Contingencia en las zonas de emergencia hídrica bajo el lema de “Saavedra no duerme cuando llueve”. Esta inundación también afectó gravemente a Villa Pueyrredón y a Villa Urquiza.

Durante el acto recordatorio realizado el 2 de abril de 2015 los convocantes manifestaron que: “Un territorio no preparado, con intensas precipitaciones pluviales que alcanzaron niveles superiores a los ciento cincuenta milímetros, sumado a la desidia e incompetencia del Gobierno de la Ciudad de Buenos por no mantener la infraestructura, la limpieza del Arroyo, y un sistema de prevención, causaron la más grave inundación de la historia en la cuenca del Arroyo Medrano, dejando un saldo de seis vecinos muertos en el Barrio Saavedra, del total de las ocho víctimas fatales en la Ciudad de Buenos Aires y el área metropolitana”.

Con su lucha lograron que se limpiara y dragara parte del Arroyo, se construyera el Reservorio del Parque Sarmiento, y se sumaran algunos sumideros más.

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