La Junta Comunal 11 instaló en un pasaje del barrio de Villa del Parque un “corredor nativo” durante la celebración del “Día del Vecino” el pasado 11 de junio. Se plantaron 23 ejemplares de “anacahuita”, especie vegetal autóctona, iniciativa que vincula lo barrial con el cuidado del medio ambiente.
Por Mateo Lazcano
La Junta Comunal 11 dispuso crear un corredor nativo en las veredas del Pasaje El Quijote, que tiene una extensión de dos cuadras entre Condarco y Artigas, en el barrio de Villa del Parque. La plantación se realizó el 11 de junio con motivo de la celebración del “Día del Vecino”, una fecha de fuerte contenido simbólico para este barrio.
Romeo Raffo Bontá fue quien impulsó, desde la Asociación Vecinal de Villa del Parque, esta celebración evocando el aniversario de la segunda fundación de la ciudad de Buenos Aires. Esta fecha fue finalmente oficializada en 1959 por la entonces Municipalidad de Buenos Aires.
El corredor del Pasaje El Quijote está compuesto de 23 ejemplares de “Anacahuita”. Previamente se consultó a cada frentista si estaba de acuerdo o no, y aquellos que optaron por no tener el árbol frente a su fachada, se les respetó la voluntad.
“En el Censo del Arbolado Urbano surgió que el Pasaje El Quijote no tenía ni un solo árbol, y por eso avanzamos con esta idea de plantar árboles nativos”, cuenta Nicolás Mainieri, comunero por “Juntos por el Cambio”. A su vez, en un encuentro entre vecinos y las autoridades comunales, los primeros habían planteado la escasez de arbolado en dicha acera.
Desde la comuna habían comenzado con la plantación de árboles nativos, otorgados por el Centro de Información y Formación Ambiental, en el Pasaje San Nicolás y la Plaza Aristóbulo del Valle, recientemente reinaugurada. A partir de esta iniciativa, se hizo extensiva esta acción al Pasaje El Quijote.
Estos árboles nativos pueden alcanzar una altura de hasta 6 metros y tienen la particularidad de crecer de manera derecha y sin levantar sus raíces, evitando la rotura de las veredas. Su cuidado estará a cargo de la comuna, aclara Nicolás Mainieri. No obstante, los frentistas se comprometieron a colaborar con el riego.
La idea de conformar corredores nativos tomó gran impulso en el último año, fundamentalmente a causa del encierro forzado ante la pandemia y la resignificación del espacio público y el entorno en el que se vive. En paralelo, el ámbito académico ha hecho distintos trabajos para incentivar esta práctica.
En ese marco se destaca el trabajo de Eduardo Haene, Ingeniero Agrónomo y Profesor de la carrera de Ciencias Biológicas de la Universidad de Belgrano, que está a cargo de una investigación que estudia el impacto ambiental de este tipo de corredores.
En la investigación de Haene se precisan cuatro elementos claves: la recreación de los paisajes naturales y la adaptación al clima y el suelo; la retención de contaminantes, que termina “limpiando” el suelo; el aumento que logran en la presencia de fauna local y el hecho de que no se conviertan en plaga, al poseer controladores naturales.
Palermo, Paternal-Chacarita y Flores son algunos de los puntos de la Ciudad que tienen biocorredores, aunque en el caso de este recientemente creado en Villa del Parque, sobresale el hecho de estar compuesto por especies nativas.
Anacahuita, un árbol con muchas propiedades…
El nombre científico de este árbol es “Blepharocalyx salicifolius”. Sus flores son blancas y amarillas, sus frutos redondos y rojos, y poseen un follaje persistente, al tiempo que precisan de mucho riego para crecer de manera adecuada. “Las flores de la Anacahuita se utilizan tanto con fines medicinales como ornamentales por su belleza” detallan en el sitio digital “Hablemos de Flores”.
El té de Anacahuita (se prepara con hojas y corteza de este árbol; más el agregado de miel y agua) posee muchos beneficios en el área medicinal. Y sus frutos se pueden utilizar como un pimiento alternativo, con un sabor y olor específico e idéntico al de la pimienta convencional.