A fines del mes de febrero, en Italia y España, muchos medios de comunicación le restaban importancia al nuevo virus. Presentaban el coronavirus Covid-19 como una enfermedad de baja mortalidad. No intuían lo que estaba por pasar.
Por Ignacio Di Toma Mues
España e Italia, un buen espejo donde mirarnos. Los primeros casos de coronavirus Covid-19 se detectaron en ambos países el 30 y 31 de enero. Se le restaba importancia, en comparación con la influenza (gripe). La gripe estacional, en el otoño/invierno de 2018/2019, causó alrededor de 8 mil muertos en Italia y 6,3 mil en España.
El 28 de febrero, en Italia se habían detectado 650 contagios con 17 muertos, y en España 32 casos y ningún caso mortal. Muchos medios de ambos países comparaban esas cifras con los fallecidos a causa de la gripe común. No imaginaban el infierno que se iba a desatar en menos de un mes.
Italia se convirtió en el epicentro de lo que estaba por venir. El 2 de marzo los contagios pasaron a ser 2.000 y los muertos 52. Una semana después treparon a 7.375 y los fallecidos a 366. El 11 de marzo los casos llegaron a 12.462 con 1.016 casos fatales.
Al día siguiente se decretó la cuarentena nacional. En cuatro días los casos se duplicaron y el 19 de marzo sumaban 41.035 los contagiados y 3.405 las muertes. Al 26 de marzo la cifra de casos alcanzó los 80.586 con 8.215 fallecidos. En 17 días el Covid-19 produjo la muerte de tanta gente como la gripe tipo A y B en toda la temporada otoño-invierno 2018-2019.
En España los casos al 2 de marzo eran 125 y un solo fallecido. Una semana después llegaron a 1.231 y 30 muertos. El 11 de marzo se suspendieron las clases y a partir del 16 de marzo se declaró el estado de emergencia, que limitó la libre circulación de la gente, con la excepción para adquirir alimentos, artículos de primera necesidad y remedios.
El 19 de marzo los casos alcanzaron la cifra de 18.077 y las muertes a 833. Siete días después, el 26 de marzo, el total de contagios detectados sumaron 56.188 y los fallecidos 4.089. En menos de un mes este nuevo virus produjo el equivalente al 65% de los casos fatales que desencadenaron la gripe A y B en el otoño-invierno español de 2018-2019.
Hoy ningún artículo periodístico, en los medios más importantes de España e Italia, minimizan al coronavirus Covid-19.
Por otro lado, esta situación está poniendo en discusión la inversión en el área de salud en muchos de los países que están sufriendo esta pandemia.
“Los hospitales están muy ocupados y no hay suficientes médicos y enfermeras. Por lo mismo, es más difícil prestar atención a cada paciente. Y ese será un problema que afectará a muchos países, el no tener equipos, medicamentos y médicos suficientes”, señaló a la BBC Mundo el profesor de Epidemiología de la Universidad de Hong Kong, Benjamin Cowling.
A este mismo medio, Filippo Anelli, presidente de la Federación Nacional Italiana de Órdenes Médicas, advirtió: “Los médicos generales, que trabajan en el hospital en turnos de 12 horas o más, no tienen dispositivos de protección individual. Entonces, si se enferman, se convierten en superpropagadores. Es decir, pueden propagar la infección entre sus pacientes”.
El coronavirus Covid-19 nos encontró en estado de indefensión y esperamos por la milagrosa vacuna que nos proteja.
Gripe y la importancia de la vacunación
El Sistema de Vigilancia de la Gripe en España, da cuenta que en la temporada 2018-2019 se realizaron 35.300 hospitalizaciones con gripe confirmada, 2.500 en unidades de cuidados intensivos (UCI), y 6.300 decesos vinculados a esta enfermedad. Los casos leves fueron 490 mil. El período de vigilancia abarca desde la semana epidemiológica 40 de un año a la semana 20 del año siguiente (octubre a mayo).
Por otra parte, informaron que la vacuna antigripal en mayores de 64 años, previno un 38% de fallecimientos; un 40% de admisiones a UCI y un 11% de hospitalizaciones.
La vacuna muestra su eficacia, pero sólo el 54% de este grupo etáreo se vacunó en la temporada 2018-2019, el mínimo histórico de los últimos diez años. El pico se alcanzó luego de la pandemia de la gripe A en 2009 con un 65,7%.