“Cuando escribo nunca sé hacia dónde me llevará cada personaje”

Graciela Amalfi
Graciela Amalfi publicó Castelovequio, segunda parte de una trilogía de misterio con nuevas aventuras de su personaje Bruno Rizzo. El libro fue editado por el sello independiente Clara Beter. Lo presentó en el Centro Cultural El Alambique en Villa Pueyrredón. “Este desafío me resulta muy interesante: siempre hay algo nuevo que descubrir, y ahí está la magia”.
Fotografía que ilustra la nota: Leandro De Francisco 

Por Juan Manuel Castro
Urquiza se Organiza

Cerrar el año con olor a libro nuevo. La escritora Graciela Amalfi, y vecina de Saavedra, coronó el 2022 con la salida de Castelovequio, una nueva aventura de Bruno Rizzo, la segunda parte de una trilogía de aventura y misterio, editada por el sello independiente Clara Beter.

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Lo presentó en diciembre en el Teatro y Centro Cultural El Alambique de Villa Pueyrredón. “Fue una jornada maravillosa”, recuerda la autora en diálogo con este medio. “A pesar del calor de aquella tarde de diciembre, la sala se llenó. Estos eventos culturales me permiten estar cerca del público, de mis lectores, escuchar sus preguntas”, resalta.

Graciela es una creadora que se caracteriza por su versatilidad, llevándola a publicar más de una decena de libros de cuentos y novelas de distintos géneros, orientados a diversos públicos, prevaleciendo lo infantil y juvenil.

Es de destacar su perfil autogestivo: participa en ferias, exposiciones y en cuanto evento de difusión al que sea invitada; siempre con una sonrisa y pronta a charlar con el público e intercambiar experiencias. También así su metodología de publicación: lo ha hecho por su cuenta o con sellos independientes como Milena Caserola, Niña Pez y Clara Beter.

En cuanto a su historia de vida, Graciela nació en Chivilcoy, Provincia de Buenos Aires. Hasta los 18 años vivió en el pueblo rural Gorostiaga. En los años ochenta se mudó a la Ciudad de Buenos Aires, estudió y se recibió de farmacéutica en la UBA, profesión que hoy ejerce. De allí que se define como “boticaria y escritora”. Desde el 2001 reside en el barrio de Saavedra.

Dicta talleres de escritura creativa y sus libros se distribuyen en países de Latinoamérica. De hecho, forman parte del plan lector en muchas escuelas de nivel primario y secundario de Colombia, Ecuador y Perú.

Algunas de sus obras publicadas son: Kumiko (2011, novela); Amaneceres (2012, novela); Las aventuras de Cata y su abuela Lili (2015, cuento); Las madrugadas de Agustín (2017, novela); La sopa mágica de piedra (2018, cuento); El cofre perdido (2019, novela); Noelia, la tortuga voladora (2019, cuento); Las tardes de Lucía y Agustín (2020, novela).

En este contexto, El cofre perdido fue publicado por Editorial Barenhaus y marcó el debut de su personaje Bruno Rizzo. “Surgió a partir de un cuento breve que trabajé en el Taller de Corte y Corrección de mi maestro Marcelo di Marco, por el año 2014. No me imaginé que llegaría a desarrollar una historia con esta temática, tan impregnada de suspenso y misterio. Es como que la novela se fue escribiendo sola. Pasaban las páginas. Corregía, borraba, volvía a escribir, y a corregir. A medida que escribía, me metía más en el mundo de los personajes”, recuerda la autora.

“El personaje se desarrolló en el papel (o la computadora). Cuando escribo nunca sé hacia dónde me llevará cada personaje, esto es lo que hace que disfrute mucho al escribir una novela. Los personajes se van creando solos. Los voy conociendo a medida que me introduzco en sus mundos. Pienso que si yo (como autora) me sorprendo por lo que sucede a lo largo de la narración, al lector le pasará lo mismo”, agrega.

Sobre cómo es el desafío de llevar un personaje a lo largo de tres libros, reflexiona: “Poco tiempo antes de terminar de escribir El cofre perdido (primera parte de la trilogía), decidí que la historia no podía terminar ahí. Bruno Rizzo tenía mucho para contarnos. Como autora podía descubrir muchas cosas más. Y, entonces, decidí que se cuente en dos o tres partes. Castelovequio es la segunda parte de la trilogía. Este desafío me resulta muy interesante: siempre hay algo nuevo que descubrir, y ahí está la magia”.

Para esta segunda parte menciona que el primer desafío es no defraudar al lector” que leyó El cofre perdido: “El segundo, mostrar al mismo Bruno Rizzo que ya conocía. El tercero, no fallar en la verosimilitud. Otro, sorprender al lector. Si alguna persona no leyó la primera parte, puede leer tranquilamente la segunda (Castelovequio); repito algunos elementos trascendentales y añado elementos nuevos que tienen que ver con lo que el narrador, en nuestro caso, este jovencito Bruno Rizzo, nos está contando”.

La elección de la editorial también fue algo pensado con detenimiento por Graciela. Se trata de un sello con más de una década de existencia, asentado en el barrio de Boedo: “A la editorial Clara Bater la conozco desde hace muchos años. Con esta editorial publiqué un par de cuentos en una antología cooperativa hace cinco años. Este es el primer título que publico con Clara Beter. La experiencia fue muy grata. El diálogo con el editor es cordial y siempre llegamos a un acuerdo, si es que algo no nos convence del todo”.

“El plus de Clara Beter Ediciones – cuenta Graciela – que hizo decidirme a publicar con ellos, es que participan en centenares de ferias de libros y llevan todos los títulos publicados (ya superaron los cien), esto hará que mi novela Castelovequio pueda estar presente, para quien quiera adquirirla, en todos los rincones de Argentina y otros países de Latinoamérica. Es una editorial que se ocupa de la difusión de las obras de sus autores, no dudo de que es porque el director editorial, Gito Minore, es escritor”.

De cara a los desafíos de este año, la autora señala: “Estoy escribiendo la tercera parte de la trilogía. También, tengo algunos cuentos escritos que quiero revisar y corregir. Siempre estoy escribiendo, guardando, borrando, volviendo a escribir”.

A partir de marzo de este año, seguirá coordinando el Club Juntémonos a Escribir, taller de escritura creativa en la Biblioteca Popular Cornelio Saavedra (Av. García del Río 2737). “Preferí llamarlo Club, en el club se juntan los amigos para disfrutar de momentos lúdicos, agradables”, sostiene.

También habrá un taller presencial para estudiantes de 9 a 12 años los viernes 17 a 18:30 horas. Y se suma un taller online para estudiantes de todo el país de 13 a 17 años por modalidad Zoom. En tercer lugar, habrá un taller para adultos los miércoles de 15 a 17 horas en Villa Urquiza.


Para mayor información:
visitar su página web : www.gracielaamalfi.com
Instagram: #clubjuntémonosaescribir

 

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