Denuncian que el Gobierno de la Ciudad destruyó el Galpón, espacio cultural y social ubicado en la Plaza 25 de Agosto, y no dialoga para encontrar una solución de fondo. Gracias a la organización ciudadana, continúan los talleres y las actividades culturales; y se brindó ayuda a las familias damnificadas por el incendio en el inmuble de Charlone al 1600.
Por Juan Manuel Castro
El Gobierno porteño hace cuatro meses derribó buena parte del Galpón de Ortúzar, ubicado en la Plaza 25 de Agosto, pero su espíritu vive en los vecinos, en cada actividad que organizan, en cada lazo comunitario que tienden con el que más lo necesita.
Siguen firmes en su lucha por recuperar este espacio cultural y social del barrio de Villa Ortuzar (Heredia y Charlone), donde las autoridades buscan emplazar un canil o alguna obra de mobiliario público similar. Aparte de la vía judicial, desde la organización vecinal exigen una mesa de dialogo con autoridades para llegar a una solución de fondo.
“Nosotros creemos que la mesa es la herramienta fundamental para resolver los conflictos”, dijeron a este medio vecinos que siguen el proceso de resistencia contra la destrucción del Galpón de Ortuzar.
Bregan para que en esa mesa el Gobierno porteño plantee “sus intereses”. “Y así también podamos hacerlo los vecinos de este colectivo, dar las razone ante las autoridades que toman las decisiones de por qué consideramos que el galpón es valioso y tiene que seguir funcionando como lo hacía antes de su destrucción”, señalaron.
Mientras tanto, la “organización ciudadana está con muchísima fuerza, siguen los talleres, proyecciones, han venido a tocar bandas”. Del mismo modo, han dado ayuda a las familias del inmueble de Charlone al 1600, que integra parte de la traza de la ex Autopista 3 (AU3), que se incendió a fines de enero.
Al Gobierno “no le interesa escuchar las razones de los vecinos”
El Galpón está a medio demoler. Ninguna persona puede ingresar debido al riesgo edilicio, pero también porque hay custodia policial. Es por esto que los vecinos y vecinas realizan las actividades culturales y sociales en las inmediaciones del inmueble, en la plaza, con la presencia de los uniformados de fondo.
“Consideramos que el Gobierno de la Ciudad no accede a la constitución de una mesa de diálogo porque no le interesa escuchar las razones de los vecinos”, afirmaron. “Las decisiones que toman son unilaterales por más que digan que les gusta el dialogo. Están basados en intereses económicos en su mayoría y no en el bienestar de la comunidad”.
De modo similar se expresaron en un comunicado colectivo: “Ya han pasado más de cuatro meses desde que el Gobierno de la Ciudad, encabezado por el presidente de la Junta Comunal 15 Martín Garcilazo, destruyó las instalaciones de El Galpón de Ortúzar, secuestrando todo lo que se encontraba en su interior. Desde lo ocurrido hasta el día de hoy, quienes formamos parte de esta comunidad hemos intentado por todas las vías disponibles poder dialogar con las autoridades responsables para encontrar una solución pacífica al conflicto generado”.
“Silencio y luego el maltrato” oficial
Apenas se produjo el desalojo y destrucción del Galpón, los vecinos y vecinas acudieron a la Justicia en defensa del inmueble comunitario. Al respecto, sostuvieron: “Aceptamos una instancia de mediación judicial que fue incumplida por los propios funcionarios de la Ciudad (lo que nos obligó a iniciar un recurso de amparo)”.
“Nos presentamos en las Comisiones de Protección y Uso del Espacio Público y de Descentralización y Participación Ciudadana de la Legislatura de la Ciudad; nos acercamos respetuosamente al Sr. Garcilazo en una reunión que tuvo con vecinos y vecinas en la plaza Malaver; recibimos el acompañamiento y apoyo del Consejo Consultivo Comunal para generar instancias de diálogo en el marco de la Junta Comunal; presentamos un proyecto de ley para la constitución de una Mesa de Gestión Participativa de la Plaza 25 de Agosto, con El Galpón como sede y con la participación de todas las autoridades correspondientes” detallaron.
“La respuesta de los responsables fue siempre la misma: primero el silencio y luego el maltrato. Hace cuatro meses que el espacio El Galpón de Ortúzar, que supo ser un Centro de Jubilados, un espacio cultural, un bachillerato y una biblioteca, con el funcionamiento de numerosos talleres, está convertido en ruinas e inutilizado. Hace cuatro meses que hay una custodia policial permanente… hace cuatro meses que la violencia y la ineficacia del Gobierno de la Ciudad genera perjuicios y ningún beneficio”, afirmaron.
Contención en medio del desastre
En la noche del martes 24 de enero se produjo un incendio en el inmueble situado en Charlone 1645. Las familias debieron evacuar el lugar, también lo hicieron vecinos de casas linderas. Hubo un mega operativo de bomberos y se temía lo peor: que estallaran las garrafas que estaban en el lugar del siniestro, generando un desastre mucho mayor en la cuadra.
El saldo fue de tres personas internadas y una mujer fallecida, quien fue hallada al día siguiente entre los escombros. En cuanto a las familias, pernoctaron en la vía pública durante varios días a la espera de una solución habitacional por parte del Gobierno porteño. Muchos lo hicieron en umbrales y veredas, otros tantos en la Plaza 25 de Agosto.
En todo ese tiempo recibieron ayuda de los vecinos y vecinas del Galpón de Ortúzar. Las familias luego levantaron el acampe de la plaza y se trasladaron a Centros de Inclusión Social del Gobierno de la Ciudad, más conocidos como paradores. También se inició un diálogo con autoridades del Instituto de Vivienda de la Ciudad para lograron una solución habitacional de largo plazo. “Con el barrio y sus redes alrededor del galpón se cumplió la tarea que debería haber hecho el Gobierno de la Ciudad: garantizar ropa y alimento a las familias del incendio”, dijeron referentes del Galpón a este medio.
“Que la Ciudad se haga cargo y brinden una solución a esas familias”, exigieron, a casi un mes del siniestro. En el comunicado sobre la situación del Galpón remarcaron: “El incendio ocurrido en Charlone 1645, que dejó a más de veinte familias en la calle, deja en claro las prioridades de los funcionarios de la Ciudad y la Comuna 15”.
Y enfatizaron que “fueron las redes de contención vecinal, la solidaridad barrial, la propia organización de los damnificados, y la intervención de representantes de la oposición, las que presionan e intentan construir soluciones, mientras que los que tienen responsabilidades que cumplir dejan libradas a las familias a su suerte, obligándolas incluso a tener que montar un acampe bajo la lluvia”.
“En estos días en la plaza – describieron – todos nos lamentábamos y pensábamos: si hubiera estado en pie El Galpón, la asistencia a los damnificados hubiera sido mucho más sencilla, incluso para el Gobierno de la Ciudad… Destruir, por el solo hecho de destruir, no sirve para nada y trae consecuencias negativas para el conjunto de la sociedad”.
Y concluyeron con el reclamo hacia el presidente de la Comuna 15, Martín Garcilazo, y a las autoridades responsables, de la constitución de una Mesa de Diálogo “para la resolución pacífica de un conflicto que estas propias autoridades generaron, innecesariamente, y que solo trajo complicaciones a la vida cotidiana de nuestro barrio”.