El “Tango Vuelve al Barrio” de la mano de Cucuza Castiello. Festeja los 14 años de su recalada en El Faro, bar notable ubicado en el punto geográfico que une a Parque Chas, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón y Agronomía. Todos los sábados del mes de agosto con aforo y protocolos.
Ignacio Di Toma Mues
“Humildemente, pero sin pedir permiso EL TANGO vuelve al Barrio” pregonaba Cucuza Castiello y la gente de El Faro en agosto de 2007, bar notable de la Ciudad de Buenos Aires, fundado en 1931 en la esquina de Av. de los Constituyentes y La Pampa, punto geográfico que une a Parque Chás, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón y Agronomía.
En esta circunstancia de pandemia, Cucuza anunció el regreso del ciclo para festejar sus 14 años. “Por razones de salud, de cuidarnos, la capacidad va a ser limitada, solo con reservas y consultas al 15 6198 3206” señala el cantor emblema del tango en el barrio.
Se presentará junto al “Trío Inestable” conformado por su hijo Mateo en guitarra, Noelia Sinkuna en piano y Sebastian Zasali, bandoneón. También habrá importantes invitados todas las noches de los sábados de agosto.
El Bar El Faro hace 90 años que es “barrio, tango, café y comidas caseras”. Es uno de los 86 bares notables que existen en la ciudad de Buenos Aires, en su inicio almacén bar. Está ubicado en el punto geográfico donde confluyen cuatro barrios: Parque Chas; Villa Urquiza; Villa Pueyrredón y Agronomía.
La intersección de los ejes trazados por la Av. del Carril y su continuidad por La Pampa, y la Av. de los Constituyentes, conforman cuatro esquinas y en cada una de ellas, un barrio. Punto de partida del Festival Independiente de Tango URCHASDONIA a fines de 2017.
La Ley N° 35 del año 1998 creó la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires. Esta norma establece que son considerados notables a los que están relacionados con hechos o actividades culturales de significación, y aquellos cuya antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local le otorgan un valor propio.
Existe una leyenda que dice que fantasmas pululan por los bares pidiendo un tango más, y el primero que lo percibió fue Carlos Gardel en los bares del Abasto. Según Carlos Cantini, en un texto publicado en el portal digital buenosaireshistoria.org, “el dato, que circula en el ambiente tanguero, me lo confesó Osvaldo Peredo en una noche larga de Almagro, cuando era taita en el Boliche de Roberto. Y, posteriormente, confirmado por Cucuza Castiello durante una recalada en una esquina mistonga de Barracas”.
Cantini asegura que “entre canción y canción, cuando la distancia entre el artista y su gente se estrecha a la intimidad, se oyen voces del público pidiendo tangos. Estos pedidos provienen de fantasmas. Sus gritos se confunden entre vítores, aplausos y brazos en alto. Los auténticos cantantes de boliches, esos que alcanzan una sensibilidad especial, lo perciben”.
Los sábados de agosto, en El Faro, nos estarán esperando cantores, músicos y fantasmas para recrear “el tango vuelve al barrio”, que lo hace humildemente y sin pedir permiso.