Globo aerostático el Patriota. Relato de su ascenso en el Club Sportivo de Belgrano, sobrevuelo por Villa Urquiza y Villa Pueyrredón y descenso en Villa Devoto en el año 1909. El Graf Zeppelin sorprende en 1934 a los vecinos del barrio y conmociona a toda la ciudad.
Por María Fernanda Gómez
El Aeroclub Argentino contaba con una planilla de registro sobre la actividad aerostática. Allí fue donde se asentó el ascenso en el Club Sportivo del globo llamado Patriota, el 8 de agosto de 1909.
El mayor Waldino Correa (1870-1922) fue su piloto. De origen catamarqueño este ingeniero militar, fue precursor en este tipo de viajes junto a los hermanos Newbery, E. Bradley, A. de Anchorena, entre otros. Llegó a volar inclusive en el Pampero. Obtuvo la matrícula número 3 como piloto aeronauta. La ley n° 18.559 del Poder Ejecutivo Nacional lo declara Precursor de la Aeronáutica Argentina.
El club se encontraba en terrenos elegidos para las ascensiones en globo. Lindaba con calle De los Ombúes (hoy Olleros y Villanueva, barrio de Belgrano). Un requisito fundamental de su elección era la presencia de una compañía de gas (hoy edificio Solar de la Abadía). Imprescindible fue su cercanía para proveer con mayor presión el fluido en menor tiempo.
Cabe acotar para los hinchas futboleros que el globo Huracán partió de aquí mismo hasta la localidad de Bella Vista cuatro meses más tarde que el Patriota.
Todo estaba listo y chequeado. En la barquilla se encontraba junto al mayor Correa, otro aeronauta: el teniente Antonio Arenales Uriburu. Técnicos y militares colaboraron para que fuera elevándose. Las mediciones de temperatura, viento, etc. se sucedieron mientras el paisaje ribereño iba quedando por detrás.
La geografía pampeana les mostraba amplias calles de tierra, bulevares recientemente diseñados, tranvías del tamaño de un juguete y quintas que se conjugaron con el brillo del arroyo Medrano.
Sobrevolando Villa Urquiza las vías del tren se dejaron ver como pista a seguir hasta el próximo barrio: Villa Pueyrredón. Minutos antes, los pilotos visualizaron esta zona más elevada y poco poblada. Quizás allí descendieron unos metros aprovechando la ausencia de edificios en altura.
Sin salir del libreto y con inequívoca imaginación daremos por cierto el asombro y los gritos de los vecinos: ¡¡un globo!! Corrió así la vecindad para intentar alcanzar la sombra esférica agitando sus brazos para saludar al mayor y al teniente.
Aunque desde esa altura pudo ser factible que distinguieran la casa de verano Villa Rosa (ver nota “Villa Rosa la casa de mis abuelos”), los zanjones o la construcción del diseño chorizo con galería y patios en los terrenos rematados en 1907 (ver nota “Villa Pueyrredón, remate de lotes en el recuerdo”).
Hubo tiempo suficiente, el balón avanzaba como en la película “La vuelta al mundo en 80 días” en sus mejores momentos (sólo faltó Cantinflas). Su imagen fue convirtiéndose en un punto y desapareció.
Estos viajes siempre eran despedidos y recibidos con fervor y entusiasmo por numeroso público. El tramo final estaba por concluir: ¡Villa Devoto a la vista! Descenso. Acto seguido se asienta en planilla destino final y tiempo volado: 1 hora 50 minutos. Este itinerario, según los registros, se hizo sólo por única vez.
Los años pasaron y de tanto en tanto en la pacífica transformación del barrio, un sábado de 1934 procedente de Alemania sobrevolaría el Graf Zeppelin LZ 127. Los habitantes de 3 países americanos: Brasil, Uruguay (sin descenso) y Buenos Aires miraron absortos al gigante plateado de 236 metros de largo.
Varias son las filmaciones realizadas por camarógrafos desde tierra, aeroplanos e inclusive en el mismo dirigible. La centenaria revista Caras y Caretas había contratado el periodista español Federico García Sanchiz para viajar con el pasaje. Fray mocho, La Prensa, etc. escribieron semejante acontecimiento y Radio Prieto, se convirtió en el auspiciante de las transmisiones. Geniol, en cambio fue el rey de la publicidad de entonces.
La gente sabía, el día y hora de arribo. En una corta filmación apareció en vuelo por el costado de la plaza San Martín (hasta el prócer de bronce logró verlo), siguió por diagonal Norte, avenida de Mayo, Palacio Barolo, etc.
El monumento a los dos Congresos se encontraba atestado de público de todas las edades. Este diseño era una excelente plataforma de avistaje. Mientras tanto por la parte de atrás de la cúpula del Congreso, vira y se pierde de vista con rumbo oeste. Su brillo refleja el día soleado y la vestimenta de la gente el frío imperante.
Sábado 30 de junio del ´34. Hora aproximada 8 de la mañana. Gran alboroto en Villa Pueyrredón. Recordamos las palabras de Don Enrique Pereda en su libro: Muchos vecinos subidos a los techos, vimos pasar el Graf Zeppelin, dirigible inventado por el conde alemán Fernando Zeppelin. Otra vez el barrio era el paso obligado de una nueva máquina voladora.
El aterrizaje fue en Campo de Mayo. Filas de autos rodearon el predio. Los curiosos se entremezclaban con militares. Largas sogas se arrojaron desde aquel gigante. Alrededor de 150 uniformados prestaron colaboración del mismo modo que se procedía con un aerostático esférico.
Las cuerdas fueron tomadas por cientos de manos, y una vez tirantes 80 toneladas tocaron delicadamente el piso argentino sin incidentes. Esto tuvo su razón de ser porque ni Argentina, Uruguay y Brasil contaban con un mástil de amarre.
Todo un record, en 5 días unió dos continentes. De un lado su timón lucía los colores de la bandera alemana, por el otro 2 cruces esvásticas. Desciende el comandante Hugo Eckener y su tripulación. Periodistas, funcionarios y público se abalanzaron sobre ellos para estar lo más cerca posible. Mientras tanto bajaron los pasajeros con equipajes y autoridades nacionales presenciaron el diseño interior del dirigible. Una banda militar ejecutó marchas mientras se cargaron nuevos equipajes, bolsas con correspondencia, etc.
Con todo resuelto, en menos de una hora exactamente 9.47, el público lo despide agitando pañuelos y sombreros. Sus 5 motores pusieron en movimiento las hélices alcanzando una velocidad promedio de 115 kilómetros por hora, para volver nunca más.
Sólo resta pensar y escribir a continuación: ¿con quién hubieras preferido viajar, con el Mayor Correa en el Patriota o con el comandante alemán Eckener en el Graf Zeppelin?
Sobre la autora de la nota: María Fernanda Gómez. Tecnicatura en turismo, Universidad del Salvador. Guía de turismo, Instituto Superior Perito Moreno. Ciudad de Buenos Aires.
Fuentes:
- https://www.histarmar.com.ar/AVIACION/ElPamperoa105aniosdesudesaparicion.pdf
- twitter.com/belgranohisto/status/1111326019271778304/photo/1
- Más liviano que el aire. Eduardo Bradley Historias con globos. Nelson Montes-Bradley
- https://www.gacetaeronautica.com/gaceta/wp-101
- Nota: En el libro de Nuestra querida Villa Pueyrredón. Enrique Pereda. Página 99. El día 8 y el mes coincide pero difiere en un año el paso del Globo Patriota por el barrio. Según se ha encontrado en registro historial de vuelos fue en 1909 en lugar de 1908. No sabemos qué fuente pudo haber leído Pereda para afirmar esa fecha anterior.