El coronavirus, y la pandemia a nivel mundial de esta enfermedad, ha dejado a un lado el tema del dengue. Sin embargo, este virus está en una fase de expansión en Brasil, Bolivia y Paraguay. Desde marzo se ingresó en un periodo de alto riesgo que puede extenderse hasta el mes de junio. Al 7 de marzo, en la ciudad de Buenos Aires, están confirmados 666 casos y hay 216 casos probables y 761 sospechosos.
Por Ignacio Di Toma Mues
Aunque el coronavirus se lleva todos los titulares de las noticias y la preocupación de la gente, el dengue también es una enfermedad que debe preocupar. A partir de marzo – señaló el Ministerio de Salud porteño – se ingresó en un periodo de alto riesgo que se puede extender hasta junio. Estamos en una situación muy similar a la del año 2016, año del mayor brote en nuestro país.
El 15 de agosto de 2019 la Organización Panamericana de la Salud alertó acerca de un nuevo ciclo epidémico de dengue en la Región de las Américas. Durante el año 2019, indicaron desde esta organización que “se registraron en la Región de América del Sur 2.423.841 casos de dengue de los cuales 2.226.914 correspondieron a Brasil, 16.193 a Bolivia y 11.811 a Paraguay; 3.453 con criterio de dengue grave y 970 defunciones.
Los tres países registraron más casos de dengue que en los dos años precedentes, y en particular Brasil notificó el mayor número de casos de la historia”. Al 7 de marzo de este años ya suman, en la ciudad de Buenos Aires, 666 casos confirmados, 216 casos probables y los 761 sospechosos.
El mosquito transmisor del dengue es el Aedes Aegypti, se ocultan en el interior de las casas y sólo excepcionalmente en paredes exteriores y jardines. Vive dentro de las casas, en plantas acuáticas, floreros, en los platitos debajo de las macetas, en las pelopincho, piletas con aguas no tratadas, y en los bebederos de los animales. Tiene un radio de acción no mayor a 100 metros del criadero donde nacen.
Prevención del dengue
Las medidas preventivas a tomar básicamente se basan en no dejar que se acumule agua en los recipientes antes nombrados, y para eso se sugiere:
– Dar vuelta (poner boca a bajo) los recipientes que no estén en uso.
– Tapar herméticamente el agua de floreros y bebederos de animales.
– Cepillar los bordes e interiores de los recipientes.
– En los floreros tratar de cambiar el agua por arena húmeda.
– Eliminar aquellos recipientes que no sean útiles.
– Colocar bajo techo los recipientes útiles mientras no estén en uso.
Para accionar directamente sobre el mosquito, el Instituto Pasteur aconseja protegerse de las picaduras utilizando espirales o pastillas, aplicar repelentes en las partes expuestas del cuerpo y sobre las ropas, utilizando preferentemente ropas que cubran la mayor parte del cuerpo y colocar mosquiteros o telas metálicas en la vivienda.
También indica que sólo debe utilizarse insecticidas cuando se hayan visto mosquitos adultos. “En estos casos, aplicarlos en los lugares donde puedan esconderse, como detrás de muebles, cortinados, zonas oscuras de la casa o con vegetación. No es recomendable pulverizar indiscriminadamente todos los ambientes de la casa porque sólo se lograría contaminar el lugar” advierten.
Es muy importante la correcta disposición y recolección de residuos en la vía pública por parte de los vecinos y las empresas contratistas del servicio, especialmente los residuos “voluminosos” que puedan ser potenciales criaderos de mosquitos (muebles y artefactos del hogar en desuso, cubiertas, tachos, restos de albañilería)
Síntomas
El virus del dengue produce fiebre alta que se inicia de forma repentina y se acompaña de dolor de cabeza intenso, dolor alrededor de los ojos y detrás de los globos oculares, cansancio y dolor en músculos y articulaciones. En cuanto a la tasa de mortalidad de este virus, se estima que es del 1 %, pero en el caso del dengue hemorrágico sube al 2,5 %.
Conocer al mosquito
El Aedes Aegypti puede vivir hasta un mes, pero cuando la temperatura desciende a 10° o menos mueren. Se alimentan de los jugos y el néctar de las plantas. Son de actividad diurna, sólo las hembras pican (necesitan de la sangre antes de desovar) y lo hacen durante las primeras horas de la mañana y del atardecer. Durante la noche se ocultan en el interior de las casas, como dormitorios, baños y cocinas, y sólo excepcionalmente, en paredes exteriores y jardines.
La hembra pone sus huevos (de color negro y ovalado) en cualquier recipiente que pueda contener agua, relativamente limpia y quieta; los coloca pegados a la pared interna del recipiente. Puede realizar posturas cada tres días en cantidades que van de 150 a 200 huevos en cada una de ellas, pero antes de desovar necesita de la sangre humana.
Los huevos, en condiciones de temperatura y humedad propicias, se hidratan y eclosionan dando inicio a su ciclo reproductivo. Gracias a su cáscara dura e impermeable soportan la desecación al igual que las bajas temperaturas por más de un año en estado de vida latente y también la acción de insecticidas.
El ciclo comienza con la eclosión del huevo, su transformación en larva y luego pasan de pupa a mosquito. Con temperaturas que rondan los 25° a los 29 ° estas etapas se cumplen en sólo siete días.
Para la eliminación de las larvas se aconseja utilizar los plaguicidas organofosforados, que deben arrojarse en los posibles criaderos del mosquito, que se encuentran mayormente en casas, patios y jardines.
También está indicado lavar con lavandina o clorar, porque aunque no mata las larvas destruye la materia orgánica que necesitan para alimentarse. Como las larvas no toleran temperaturas mayores a 60 °, se recomienda arrojar agua hirviendo en rejillas, desagües y canaletas.