Dengue, prevención y control biológico de las larvas de mosquitos

Control biologico de las larvas de mosquitos
El calor y la humedad representan el clima perfecto para la eclosión de huevos del mosquito aedes aegypti, que transmite dengue. Para evitar la propagación de la enfermedad es necesario promover un plan integral de prevención que incluya descacharreo y control biológico de larvas que se crían en grandes reservorios. En esta nota, especialistas alertan sobre la importancia de tomar medidas urgentes para evitar un nuevo brote.

Por Agustina Cavalanti

Vuelve el calor y vuelve el dengue. Este año la Argentina atravesó la epidemia más grande y preocupante de los últimos tiempos. Aunque en invierno descendió la población de mosquitos transmisores de la enfermedad (aedes aegypti), sus huevos altamente resistentes son capaces de sobrevivir hasta eclosionar con los primeros calores de septiembre.

Los especialistas Alejandro López, licenciado en Ciencias Ambientales, y Néstor Fernández, Médico Veterinario, advirtieron que, si bien hasta el momento no hay registro de casos de personas infectadas con dengue, el riesgo de un nuevo brote está latente y resulta necesario (y urgente) reforzar las medidas de prevención.

“El mosquito se puede criar en nuestra vivienda, es decir, podemos tener mosquitos todo el año adentro de casa. Cuando suben las temperaturas (los huevos) eclosionan. Lo más importante para prevenirlo es el descacharreo y hay que hacerlo en invierno no esperar que haya mosquitos”, explica Fernández.

El mosquito que transmite el dengue, zika, chikungunya es un mosquito chiquito, oscuro, con rayas blancas en la pata y el lomo. Se cría en aguas limpias y claras; no vive en las lagunas, ríos o zanjas porque necesita paredes firmes para poner sus huevos. Como señala Néstor Fernández, la principal medida de prevención es la de eliminar todos los recipientes que puedan acumular agua. Pero ¿cómo hacemos con los grandes contenedores de agua que no se pueden descartar como piletas de natación, tanques, fuentes y estanques?

El Lic. Alejandro López trabaja desde hace unos años con un proyecto en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires que promueve el control biológico de larvas de mosquitos que transmiten enfermedades. ¿Cómo? Con peces autóctonos. Recientemente fue reconocido por la Legislatura porteña.

El equipo de trabajo de la Cátedra de Acuicultura siembra peces llamados comúnmente ‘madrecitas de agua’ (Cnesterodon decemmaculatus y Jenynsia lineata), que se alimentan de larvas de mosquitos y pueden consumir en su estado adulto hasta 100 por día. Los ofrecen gratuitamente a vecinxs que tengan piletas, estanques, fuentes y tanques de agua. Se trata sin dudas de una innovadora y económica alternativa natural de contribuir a la lucha contra el dengue.

Control biológico de larvas de mosquitos
“Son peces nativos de fácil manejo y de poco requerimiento, no son difíciles de criar y transportar; y son peces que naturalmente están acostumbrados a vivir en ambientes reducidos, entonces no tienen problema en desarrollar todo el transcurso de su ciclo de vida, incluso reproducirse en un ambiente relativamente pequeño. Una vez que eclosionan cuando la temperatura es adecuada, el pez lo detecta y se lo come”, expone López.

“A nivel barrial y urbano, todos los folletos de prevención clásica del dengue se centran en los cacharros que juntan agua de manera involuntaria, como una llanta, un tacho, un balde. Eso se debe descacharrear. Pero hay otros reservorios de agua de un volumen lo suficientemente grande como para no poder vaciarlo cada dos o tres días como lo indica el protocolo del dengue. A mí me escriben vecinxs que les resulta muy caro mantener la pileta limpia y con la bomba funcionando todo el año (que sería la forma de evitar el mosquito), porque es un gasto enorme de electricidad, de cloro y otros productos, entonces una solución de bajo costo, que dura toda la temporada, es arrojar peces nativos”, relata López.

Los especialistas alertan que no se debe fumigar como medida de prevención porque el veneno no mata las larvas, por el contrario, mata a todos los depredadores que tiene el mosquito como arañas, lagartijas, libélulas y ranitas. De esta manera, cada fumigación ayuda a que el mosquito se desarrolle.

“Durante la última epidemia hubo casos autóctonos de dengue. Lo más importante es no fumigar. La fumigación hace que todo salga mal. Cada vez que fumigamos, matamos a todos los predadores del mosquito. El ciclo evolutivo del mosquito es el más corto de todos. Entonces, cada vez que fumigamos, el único que sale beneficiado es el mosquito. No fumigar y descacharrar”.

Néstor Fernández trabaja en la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) y recorre barrios, instituciones, escuelas, además de brindar charlas para concientizar a vecinxs. “Recorremos buscando criaderos y hacemos el descacharreo, pero el descacharreo no se puede hacer un día o dos días. El descacharreo es trabajar el barrio, limpiar el barrio, escuelas y hospitales. Los hospitales por ejemplo descartan materiales que juntan agua y nosotros hemos encontrado el mosquito del dengue”, cuenta.

Alejandro López, en tanto, enfatiza la necesidad de realizar un plan de manejo integral de prevención de las enfermedades que transmite el aedes aegypti. “Ya tenemos una población viral endémica. Y el endemismo se suma a la falta de políticas de prevención, la falta de subsidios para investigación, para la ciencia aplicada, para todo lo que tiene que ver con un manejo integral de plagas. El manejo integral de plagas es hacer todo junto: ni con la vacuna, ni con descacharrar, ni con usar repelentes te salvas, hay que hacer todo, educación ambiental, descacharrar, usar repelentes, investigar, vacunas e incorporar otras soluciones que sean complementarias, como en este caso es el control biológico”, manifiesta el licenciado.

La Facultad de Agronomía ya entregó más de 2500 peces controladores de larvas de mosquitos.
Lxs vecinxs que estén interesadxs en solicitar peces pueden contactarse por correo electrónico: controlbiologic@agro.uba.ar

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