“Femicidio: un caso, múltiples luchas”
Mara cursaba la carrera de Comunicación en la Universidad de Buenos Aires cuando se enteró, a través de la TV, que su mamá había sido apuñalada. En diciembre pasado se graduó con su película, que relata en primera persona el proceso por el que pasó como hija de una víctima de femicidio.
Por Mariana Vaccaro
La pantalla de Crónica TV repasa una escena morbosa, porque se trata de un asesinato, la víctima es una mujer, el asesino su pareja y el contexto Puerto Madero, uno de los barrios más caros de la ciudad. Lo describen como un “crimen pasional” y dan detalles (falsos) de cómo habían sido las agresiones.
Mara Avila sabía que los medios, para vender más, agrandan y deforman la información, corría el 2005 y ella cursaba Ciencias de la Comunicación. Por eso también sabía que, además, los medios construyen. Construyen ideas y sentidos en torno a los hechos que nos cuentan. Pero éste no era un caso más, la víctima era su mamá, María Elena Gómez.
“El film me ha permitido hacer un poco de justicia para que la última imagen pública de mi mamá no fuera la de su cadáver en la tapa de un diario”.
Trece años atrás, la perspectiva de género no estaba incorporada, recién una década después estallaría el Ni Una Menos, así que todos los diarios y canales repetían la historia remarcando que había sucedido en un barrio lujoso y hablaban de la víctima como si se tratara de un objeto.
Mara se cargó la ardua tarea de sobrellevar esos discursos violentos y el juicio al femicida Jorge Narcisi, condenado por homicidio simple en 2007 y liberado en 2013. Y en medio de este contexto hostil, esta joven estudiante tuvo la lucidez de ir más allá del caso de su mamá: con las herramientas académicas analizó los discursos y propuso otro, el suyo.
“Siento que estoy intentando reivindicar el lugar de las víctimas de femicidio como mi mamá y ejercer una suerte de derecho a réplica”, sostiene.
Lo que nació como un trabajo práctico de análisis de la cobertura que la prensa había realizado en torno al femicidio de su mamá se transformó en un largometraje documental.
“¿Por qué embarcarme en la escritura de un guión que me produce dolor al revivir cada episodio de esta tragedia? ¿Por qué el deseo poderoso de realizar un documental en primera persona sobre el femicidio de mi madre? ¿Por qué exponerme públicamente para contar este caso, a costa de sueños perturbadores y de convivir con el fantasma del femicida por las calles porteñas? Por ellas, las víctimas de violencia de género”, explica Mara Avila en el portal digital filmfemicidio.com.ar.
Como directora del film su objetivo trasciende lo personal, el foco está en “la problemática de las víctimas colaterales del femicidio (como hijas e hijos de las víctimas) y de la violencia de género como problema político”.
En diciembre pasado, Mara se graduó como licenciada con la entrega del documental que se estrenará en 2019. La directora del film nos cuenta sobre esta experiencia.
¿Qué sensación te dio la defensa de la tesis? Haberla entregado y aprobado con 10…
“Estaba realmente muy tranquila. Había llevado mis cuadernitos de notas de estos años, dos libros donde me publicaron algunos textos sobre mi mamá, y sabía que iba a estar todo bien. La nota, en verdad, la esperaba (sonríe) porque haber presentado como tesina audiovisual un largometraje documental con apoyo del INCAA tal vez es más de lo que se espera para esta instancia académica. Y es un documental donde dejé mucho de mí. Habla por sí mismo, por eso no había preparado nada para el coloquio. Fue muy lindo que la defensa de la tesina fuera en un aula, con mi familia, amigas, mi tutor académico, Eduardo Cartoccio. Fue un clima relajado y emotivo. Quienes me conocen saben todo el esfuerzo físico y emocional que hice. Estaban muy emocionados y emocionadas. Y yo, muy contenta y en paz.
¿Cuál fue la devolución que te hizo la docente evaluadora?
“La evaluadora dijo varias cosas respecto de la bitácora, un texto de cuarenta páginas que entregué sobre el proceso del documental; y respecto del film. Rescató el hecho de que pude aplicar el conocimiento sobre análisis del discurso que nos dio la carrera para analizar las noticias sobre el femicidio de mi mamá. Señaló que el film dialoga con los documentales argentinos en primera persona que se inician con los testimonios de hijos e hijas de desaparecidos, producciones surgidas en los años 2000. Destacó la ‘progresión dramática’ del relato y el hecho de que se logra ver una evolución desde una melancolía inicial de mi personaje hasta la salida colectiva, entre otros recursos más que le gustaron, tales como la inclusión de escenas de danza contemporánea y el relato en off. En este caso, estoy particularmente muy contenta con el trabajo de registro sugerido por la montajista, Marisa Montes”.
¿Tenés alguna reflexión post defensa de tu tesina y finalización del documental?
“Ante todo, destacar que este documental, como tantos otros, es el resultado de un trabajo colectivo, por lo cual tengo un enorme agradecimiento para todo el equipo y para todas las personas que participaron de distintas formas en el film. Mi reflexión es más que nada confirmar lo que sentí como intuición cuando comencé: sabía que quería hacer este film y sabía que lo necesitaba. En el proceso, me transformé y me sané. Al igual que la sociedad argentina desde 2015 con el Ni Una Menos, me he transformado y fortalecido, he hecho público mi relato como hija de una víctima de femicidio; he resuelto duelos, he sanado mi trauma y tuve este año mi alta de terapia. Estoy sumamente agradecida y en paz. Y espero que todo esto sirva para que finalmente algún día dejemos de hablar cotidianamente sobre la violencia de género”.
Documental “Femicidio: un caso, múltiples luchas”
Créditos principales. Producción ejecutiva: Carolina Reynoso; Montaje y posproducción de video: Marisa Montes; Dirección de fotografía y cámara: Melina Terribili; Sonido y posproducción de sonido: Lucho Corti; Jefa de producción: Mercedes Ducos López; Música original: A mí misma (Luciana Foglio, Cecilia Grammatico, Manuela Aguirre); Guión, dirección y producción: Mara Avila