El pasado 27 de marzo se cumplieron 119 años del nacimiento de uno de los mayores exponentes de la cultura popular argentina, Enrique Santos Discepolo. Este texto pretende ser un homenaje a su figura y a una de sus creaciones; la que tal vez fuera la que desencadenó la ola de odio e incomprensión que desembocó en su muerte: Mordisquito.
Por Aldo Barberis Rusca
Viste Mordisquito, no te tenés que poner nervioso. Si al final tus amigos siempre encuentran la forma para que puedas patalear contra los peronistas. Ellos no te defraudan nunca. Podrán tardar un poco; a veces no es tan fácil entrarle a los peronachos, ¡y sobre todo teniendo tan cerca el desbarajuste que hicieron tus amigos!
¡Mirá vos!, parecía que estaban guardados lamiéndose las heridas como perros apaleados. Aunque todos sabíamos que de perro tienen poco y de apaleados mucho menos, más bien, pensábamos, estarán mirando por TV cómo se las ingenia Alberto para salir del berenjenal en el que nos metieron.
Pero parece que ni una cosa ni la otra; no estaban ni apaleados ni expectantes, estaban agazapados y esperando.
Yo sé, Mordisquito, que por un momento te desesperaste; que parecía que a este muchacho todo le salía bien y que encima le cae de regalo la pandemia que en un par de semanas lo transforma en Superman con boleadoras.
Porque si algo tenés que reconocer es que más de uno de tus amigos, y me animo a decir que hasta vos mismo, se sintió aliviado de sólo pensar en el Gato poniéndose al frente de una crisis de semejante dimensión. Más de uno se lo imaginaba gritando “¡NO SE CONTAGIA MÁS!” y le corría como un frío por la espalda.
¡Pero todo tiene un límite! Y tener que escuchar a todo el periodismo, los legisladores, los gobernadores, todos los que hasta ayer mismo lo habían tratado de títere reconocerlo como “comandante en jefe” era demasiado.
¡Qué nervioso estabas, Mordisquito! Andabas con la cabeza gacha, con esa sensación de culpa y encima te tenías que bancar a tu cuñado peronista sin libreto. Porque ni Lanata, ni Majul, ni Bonelli te tiraban un centro como para aguantar la parada. Apenas si podías sacar un “se robaron todo” sin convicción para contrarrestar el aluvión de medidas. Si hasta cuando dijiste “dos pebeí” te sonó como si estuvieras hablando en guaraní.
¡Y qué alegría cuando viste la jugada de lujo que hicieron tus amigos! Paolo Roca raja 1400 trabajadores de Techint, Alberto se enoja y llama a los empresarios “miserables” y les dice que les llegó la hora de “ganar menos” y se la deja picando a Marquitos que con su ejército de “trolls” y sus “periodistas independientes” en menos de 24 horas te saca un cacerolazo de la nada.
¿Viste que los amigos no te fallan? Ya los periodistas te dieron una consigna, “Hace falta un gesto simbólico”, que podés usar con tu cuñado y un par de “hashtags”, #PoliticosBajenseLosSueldos #Ruidazo, para sentir que tenés un grupo al que perteneces.
¿Qué más necesitás Mordisquito? Nada. Ya te podés ir a dormir tranquilo; ya sabés qué pensar y qué decir para no ser como nosotros.
¡Buenas noches Mordisquito!