El 70 % de la matrícula de la Escuela Especial 21 tendrá limitada la asistencia a clases

Escuela de Educación Especial
Las familias de la Escuela Especial y Formación Laboral N° 21 “Rosario Vera Peñaloza” de Villa Pueyrredón se enteraron a pocos días de fin de año que los alumnos y alumnas mayores de 22 años sólo podrán concurrir el año que viene dos días por semana y solo dos horas. Esto afecta al 70% de la matrícula de la escuela.

Las familias de la Escuela de Educación Especial y Formación Laboral N° 21 “Rosario Vera Peñaloza” de Villa Pueyrredòn recibieron con sorpresa y mucha angustia la notificación, por parte del Ministerio de Educación porteño, que les informó que los alumnos y alumnas mayores de 22 años tendrá una reducción de la jornada educativa a partir del año que viene.

Solamente podrá concurrir dos veces a la semana y durante sólo dos horas. Esta medida afecta a 71 de los 101 alumnos y alumnas de la Rosa Vera Peñaloza. Cabe destacar que desde hace 70 años las personas con discapacidades, entre 14 y 30 años, concurren a estas escuelas especiales y de formación laboral.

“Los mayores de 22 años van a poder venir sólo dos veces por semana y dos horas por día. En la Escuela 21 ingresaban después de terminar la primaria, de los 14 a los 30 años a las clases comunes, y después se creo la educación no formal de 30 a 36 años” señaló a nuestro medio una docente de la “Rosa Vera Peñaloza” de Villa Pueyrredón.

Educación Especial. Escuela 21 de Villa Pueyrredón
Y afirmó que: “Estamos peleando para que no suceda. Los padres están impresionados porque se acaban de enterar en una reunión con la dirección de la escuela. Están muy shockeados, angustiados, muchos se pusieron a llorar. Es terrible”.

Por su parte, Patricia Martínez, directora jubilada de la Escuela 21, expresó: “Las familias y docentes, de la Escuela de Educación Especial y Formación Laboral N° 21 decimos no a la expulsión de los y las jóvenes con discapacidad mental, a partir de los 22 años, siendo ésta decisión cruel, discriminatoria y con una total falta de empatía . La escuela es el único lugar de aprendizaje para la vida que tienen nuestros alumnos y alumnas”.

A las escuelas especiales concurren chichos y chicas con sindrome de dow, autismo, y otras discapacidades mentales. “Los papás y mamás con hijos con discapacidad somos muy mal tratados, nos enteramos todo a último momento”, comentó en las redes sociales la madre de una joven con parálisis cerebral y epilepsia, alumna de la escuela de Villa Pueyrredón.

Jorge Godoy, docente y secretario de Educación Especial de la Unión de Trabajadores de la educación (UTE) criticó esta decisión por ser intempestiva y sin previo aviso. “El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ha instalado que nuestros alumnos y alumnas de 22 años, a partir del año próximo, egresen de la formación integral que venían cursando – con comedores, con talleres en las escuelas en forma planificada-, hacia la nada, arroja a nuestros pibes y pibas al vacío”.

El Ministerio de Educación porteño, en respuesta a los reclamos, manifestó que están aplicando la resolución N° 155 del Consejo Federal de Educación del año 2011 que establece que de manera progresiva se debe transformar “las escuelas de educación especial de Formación Laboral en escuelas o centros de educación para adolescentes y jóvenes con discapacidad (franja etaria entre 12/14 años hasta 20/22 años)”.

Pero, esta misma resolución, agrega que se deben “impulsar propuestas de formación permanente, a las cuales puedan acceder aquellos/as adultos, a partir de los 20/22 años con discapacidad innata o adquirida que hayan finalizado o no su escolarización formal y precisen un ámbito de perfeccionamiento para incorporar nuevas competencias que les permitan desempeñarse en distintos ámbitos de la vida (…) incluyendo criterios de certificación de los diversos trayectos educativos”.

Dos días, y sólo dos horas por jornada, pareciera que no alzanzan para cumplir con el objetivo de “impulsar propuestas de formación permanente’’. Por otro lado, la manera de haber comunicado la implementación de una resolución que data de hace 10 años, a pocos días del fin de curso, y sin ningun proceso transicional, es una muestra de insensiblidad hacia un sector muy discriminado.

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