Al tiempo que la Casa Rosada habla sobre reformas a la Ley de Migraciones, que, entre otras medidas, incluye la privatización de la salud y la educación para extranjeros no residentes; la provincia de Salta anunció la construcción de un alambrado fronterizo con Bolivia que ahora el Ministerio de Seguridad quiere replicar en la Triple Frontera.
Por Stanley Luna
El viaje de Javier Milei a la asunción de la presidencia de Donald Trump envalentonó al mandatario argentino para seguir un discurso alineado con la ultraderecha mundial, en el cual las personas migrantes figuran como chivos expiatorios.
En Estados Unidos, Trump está deportando a miles de migrantes en situación de residencia irregular y, en Argentina, el Gobierno de La Libertad Avanza anunció reformas a la Ley de Migraciones para restringir aún más los requisitos para establecerse en el país, y privatizar la salud y la educación para quienes no sean residentes.
Mientras que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pretende replicar en la Triple Frontera una iniciativa de la provincia de Salta que consiste en construir un cerco fronterizo con Bolivia.
El Gobierno libertario viene de tener bajo ataque a la población migrante en Argentina desde 2024. A inicios del año pasado y a medida que se tensaba la discusión por el presupuesto universitario desfinanciado – que Milei terminó vetando en octubre -, el oficialismo sugirió que las universidades públicas cobraran la educación a los extranjeros, lo cual no ha ocurrido.
Pero, en diciembre, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció nuevos cambios en el régimen migratorio que incluyen el cobro de la educación y la salud en Argentina para las personas no residentes. Estas reformas serían parte de un proyecto que el Ejecutivo enviará al Congreso.
Milei en Davos contra los migrantes
El 23 de enero, las y los migrantes fueron atacados por Milei, en su discurso en el Foro Económico de Davos, Suiza. Si bien, de forma directa, el mandatario no se refirió a los migrantes viviendo en Argentina, habló en contra de la migración.
“Sin embargo, de intentar atraer el talento extranjero para promover el desarrollo hemos pasado a la inmigración masiva motivada, no desde el interés nacional, sino desde la culpa”, apuntó Milei.
En otra parte del discurso también dijo: “[..] vemos hoy en las imágenes hordas de inmigrantes que abusan, violan o matan a ciudadanos europeos”.
En Argentina, sus comentarios tuvieron peso, no necesariamente por el ataque a los migrantes, pero sí por relacionar la homosexualidad con la pedofilia y calificar al feminismo como un movimiento que busca privilegios. Y en respuesta a Milei, hubo una Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista LGBTIQNB+, realizada el sábado 1 de febrero. La marcha multitudinaria en todo el país fue convocada por la diversidad sexual, que decidió en una masiva asamblea que el evento no solo debía ser en contra del fascismo, sino contra el racismo en un país conformado por descendientes de migrantes, que sigue recibiendo a migrantes, y cuenta con poblaciones originarias y afrodescendientes.
El mismo día que Milei disertó en Davos, la Casa Rosada anunció a los medios de comunicación que el Gobierno Nacional prepara un proyecto que incluye reformas a varias leyes, entre ellas, la Ley de Migraciones, que será enviado al Congreso de la Nación para ser tratado en las sesiones ordinarias.
Entre las modificaciones migratorias que los libertarios pretenden llevar adelante están más restricciones para que las y los estudiantes extranjeros puedan acceder a la residencia en Argentina y restringir que aquellos que no tengan regularizada su situación migratoria puedan seguir obteniendo la nacionalidad a través de sus hijos nacidos en territorio argentino. A ello se suma el arancelamiento de la salud y la educación que el Gobierno Nacional viene insistiendo desde el año pasado para las personas no residentes.
Sin embargo, para estudiar en alguna universidad pública argentina se requiere que las y los migrantes sean residentes o que estén tramitando una residencia. Es decir, estudia quien ya tiene iniciado un proceso migratorio.
Las fronteras cercadas
En esa misma línea y como parte del Plan Güemes, impulsado por Bullrich para combatir el narcotráfico, el 28 de enero el gobernador salteño Gustavo Sáenz anunció que, como parte de una solicitud del Gobierno Nacional, construirá un muro de 200 metros entre la estación de ómnibus y la oficina de Migraciones de la ciudad Aguas Blancas, en el departamento de Orán, fronterizo con Bolivia. En un comunicado publicado por el Gobierno de Salta, la provincia argumenta que dicho cerco fronterizo -un alambrado- será para tener un mayor control migratorio, prevenir el contrabando y el tráfico ilegal.
Un día después, la Ministra de Seguridad de la Nación declaró públicamente que intentaría avanzar de la misma forma en la Triple Frontera de Argentina con Brasil y Paraguay. Sobre la frontera entre la provincia de Misiones y Brasil, Bullrich aseguró que habían tenido “sicariatos y problemas”.
Mientras el Gobierno de Bolivia reclamó al argentino haber tomado esta decisión fronteriza sin realizar una discusión bilateral, la cancillería brasileña señaló a un periódico argentino que no estaban al tanto de la decisión del Gobierno libertario y que se habían enterado por los diarios.
Estas acciones también se suman al cobro de aranceles para migrantes no residentes en Salta, Mendoza y Santa Cruz, decisiones que las provincias tomaron en 2024. Al igual que los municipios cordobeses de Ascochinga, Tanti y Carlos Paz, que privatizaron la salud para nacionales y extranjeros que no residan allí.
Para Irving Moncada, de la organización El Bloque de Trabajadores y Trabajadoras Migrantes, la privatización de derechos como la salud y la educación en Argentina todavía no se concreta a nivel nación, pues para ello se necesita una reforma constitucional. La Constitución Nacional establece que todos los extranjeros en territorio argentino gozan de los mismos derechos civiles que las y los argentinos. pero Moncada no descarta que al menos las reformas en los requisitos de las categorías de residencias -por ahora cuatro: permanentes, temporarias, transitorias y precarias- puedan realizarse a través de decretos, como ocurrió con los incrementos de aranceles para los trámites migratorios en 2024.
De acuerdo con Mocada, el ataque de los migrantes también ocurrió durante el macrismo. “Esto no es sorpresivo, ya ha pasado. Es agudizar la construcción de un chivo expiatorio que justifique la crisis económica y también el sistema de salud deteriorado”, opinó.
Julia Vendramini, de la organización Migrantes sin Fronteras, una organización que nació ante la embestida libertaria contra los migrantes en 2024, consideró que estas medidas son una copia de las implementadas por Trump.
“Milei queda como un ridículo copiando a Trump, porque Argentina no es Estados Unidos, claramente. Tenemos mucho más que ver con los que están siendo deportados de Estados Unidos que con el Gobierno de Trump. Y no hay montón de migrantes viniendo al país, sino que la gente se va a comenzar a ir, los que puedan, porque no hay industria, no hay ciencia”, expresó Vendramini.