“El gran desafío es lograr unir el mundo científico con el mundo de los artistas”

“Alegría Intensiva”, es una organización civil sin fines de lucro que, a través del arte clown, brinda alegría a niños enfermos u hospitalizados. Andrés Kogan, uno de sus directores, describe cómo es su forma de trabajo y la importancia del clown en la internación en pediatría.

Por Natalia Saavedra

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En el año 2008, los médicos Andrés Kogan y Mariano Rozenberg, crearon la organización civil Alegría Intensiva, que intenta a través del arte del clown, mejorar la calidad de vida del paciente internado.

Andrés explica que “nosotros entrenamos para poder adaptar lo que hacen muy bien como clown en el teatro, sobre un escenario, frente al público, adaptando esta habilidad a un contexto totalmente diferente como es la internación en pediatría con una sensibilidad diferente donde el dolor, la incertidumbre, el desarraigo, la angustia, son emociones que circulan permanentemente y donde es necesario que actores que tienen una sensibilidad a flor de piel, tengan un entrenamiento previo, conozcan el medio al que van a llevar este arte y puedan ir tomando los emergentes de una manera profesional para poder devolverla de una manera lúdica, esperanzadora. Lo que buscan los artistas al ingresar a un cuarto de internación, no es tanto hacerlo reír sino establecer una comunicación, es mirarlo a los ojos, devolverle su condición de sujeto al niño, pedirle permiso, darle nuevamente control de la situación. Si el chico dice que no quiere la visita se lo respeta”.

La organización comenzó trabajando en el Hospital Garraham y en la actualidad suman ocho programas en Capital Federal (Hospital Garraham, Hospital Pedro Elizalde, Hosptial de Niños Ricardo Gutierrez) y en la Provincia de Buenos Aires (Hospital Central de Pediatria de Malvinas Argentinas, el Hospital Municipal Prof. Bernardo Houssay de Vicente Lopez y el Hospital sor María Ludovica de La Plata).

“En el Hospital Garraham empezamos con un equipo de 5 artistas, hoy algunos de ellos son directores artísticos, quienes supervisan todos los programas y son los encargados de armar los equipos”, explica.

Ahondando en la importancia de la tarea de la organización frente al escenario de la internación, Andrés explica que “ellos irrumpen en ese cuarto que termina siendo la casa de los chicos. Los chicos dejan sus rutinas, sus juguetes, sus hermanos, a alguno de sus padres porque a veces no pueden estar con ambos. Y esto hablando de chicos que se internan en sanatorios u hospitales que están cerca de sus casas, nosotros trabajamos con grandes centros pediátricos como ser el Hospital Garraham, con el Pedro Elizalde: hospitales que reciben pacientes de todo el país, que incluso están mucho más lejos de sus casas, rutina, juguetes, lo que hablamos antes. Entonces este contexto hace que muchas veces los payasos de hospital sean la única visita que los chicos reciben más allá de ese pariente que los está acompañando en su internación en el hospital. Esta visita entonces cobra una relevancia muy fuerte”.

¿Cómo surge la idea de crear Alegría Intensiva?

Mariano y yo nos conocemos desde chicos. Él primero estudió educación física y ambos veníamos trabajando en educación no formal, yo trabajé en un jardín de infantes muchos años también e hicimos la carrera de medicina juntos. Cuando yo empiezo la residencia, él que tiene familia en Brasil, le comentaron de Doutores da alegría en Brasil y a la vuelta me lo contó. A mí me pareció espectacular lo que hacia esta organización, yo estaba haciendo una rotación por infectología pediátrica en el Hospital Gutiérrez dentro de la residencia de pediatría y el contacto con la muerte en esa rotación había sido muy estrecha con los pacientes y veía como en muchos pacientes terminales, lo bien que les hacía cuando se acercaban musicoterapeutas, artistas plásticos, como mejoraba la calidad de vida en pacientes que tenían un pronóstico reservado. Cuando Mariano me contó la experiencia de estos brasileros no lo dudé, terminé la residencia, él viajó nuevamente a Brasil a una experiencia con ellos, yo viajé a Barcelona, conocí a Pallapupas, una organización catalana, estuve con ellos un mes y pico trabajando y a nuestra vuelta, pensamos en armar Alegría Intensiva con características locales. Había que adaptar el programa a lo argentino, empezamos en el 2008 en el Garraham y ya cumplimos seis años. La visión es la de liderar la corriente de transformación, liderar a las organizaciones de payasos profesionales de hospital y cambiar el paradigma de la internación en pediatría. Esto del cambio de paradigma en la internación en pediatría es algo que en Argentina tiene historia y hoy sabemos que la presencia de payasos profesionales dentro de la internación en pediatría mejora la calidad de vida de los chicos, mejora la calidad de internación de los adultos que están cuidando a esos chicos, mejora la predisposición y el clima de trabajo de enfermeras de médicos entre si, de la relación que hay entre médicos y pacientes.

¿Cómo es la metodología de trabajo?

El formato de trabajo es en dúos o tríos, primero se desarrolla en la sala de espera donde todos los artistas trabajan juntos, ahí se da una suerte de teatro callejero y luego hay un pequeño descanso donde se abordan las salas de internación, donde se va cama por cama, el formato es mucho más íntimo, más personalizado. Cada vez que se aborda una sala de internación, hay un encuentro con el jefe de servicio o con el jefe de residente, que les pasa un parte de los pacientes internados: quienes son y qué características mínimas o que cuidados se debe tener para ingresar a esa sala de internación. Los programas se realizan de marzo a diciembre, una vez a la semana, en todos los hospitales. Contamos con un staff de artistas profesionales que tienen una carga horaria más allá del tiempo que van al hospital sino que tienen reuniones generales, por equipo, reuniones psicológicas, tiene una carga general alta, que genera que los artistas que trabajan con nosotros sean artistas rentados. Hay otras organizaciones que están dentro del mismo rubro que trabajan de otra manera, con payasos no profesionales o voluntarios. Nosotros entendemos que el contexto pediátrico tiene una sensibilidad y una fragilidad tal que para abordarla es prolijo que sea con profesionales supervisados, de manera sistemática.

¿Se trabaja a partir de la improvisación?

La columna vertebral del clown es la improvisación. En lo que respecta al payaso de hospital, la herramienta más fuerte es el clown, hay una buena parte de improvisación pero también se ponen en juego muchas rutinas previas, pequeños juegos que ya fueron probados y que han funcionado y que se ponen al servicio de ese trabajo. Lo que tratamos de darles a los artistas, y en eso las directoras ponen mucho énfasis, es a que tengan cada vez más herramientas y juegos para ponerlos al servicio y siempre surgen temas y juegos nuevos que se van mejorando y puliendo. Aparte, tratándose de hospitales, muchas veces sucede que hay que comunicarse con un chico sordo, o ciego, o que está en coma, entonces a veces hay rutinas previas que no tienen ningún lugar y hay que modificarlas y adaptarlas. La música, va de la mano del clown y está permanentemente atravesando todas las visitas. Hoy, el perfil de los artistas que seleccionamos, todos tiene que tener algún manejo de algún instrumento musical o poder seguir al menos, un ritmo, que de esto se ocupan las directoras artísticas. Ambas son dos grandes clowns y por supuesto, entre las dos hacen una dupla espectacular para ir nutriendo a los artistas de distintos lenguajes y herramientas.

El ejemplo que más se conoce es el de Patch Adams, ¿Alegría intensiva trabaja con ese concepto?

Esto es una tendencia a nivel mundial, el más conocido tal vez es Patch Adams, pero no es el que inicio con toda esta línea y la línea de trabajo de Patch Adams no es la nuestra. Hay organizaciones de referencia a nivel mundial como ser el Big Apple Circus en Nueva York, la Real Medicine en Francia, doctores da alegría en Brasil que trabajan en esta línea que nosotros llevamos adelante. El fundador de toda esta línea de payasos profesionales se llama Michael Christiansen, que fue el director del Big Apple Circus en Nueva York. Nosotros seguimos esa línea, también por defecto, Mariano y yo siendo médicos y dirigiendo una organización artística tenemos la responsabilidad y la obligación que con el mismo profesionalismo que llevamos adelante la práctica médica, estamos obligados a llevar el mejor clown posible y mejor entrenado a trabajar en los hospitales porque en definitiva ahora se habla cada vez más del trabajo disciplinario que hace que diferentes saberes profesionales actúen en beneficio del paciente y todo eso redunda en la calidad de atención y en la calidad de vida de ese paciente internado; a eso apuntamos nosotros y para poder trabajar a la par que otras medicinas como la medicina, la psicología, la musicoterapia, debemos llevarlo a la máxima expresión de profesionalismo posible. Perseguimos ese objetivo, en esa dirección trabajamos. Este año es la cuarta edición, de una capacitación que nosotros damos en el cual se convoca a clowns ya formados, que deseen capacitarse en lo que es payasos de hospital. Tenemos un filtro alto, la capacitación es gratuita y pueden durante tres meses recibir entrenamiento, vivir la experiencia de payaso de hospital, primero lo hacen como observadores, después se suman artísticamente a la tarea y por supuesto, no hay ningún compromiso laboral posterior pero entran en el radar de artistas que pueden sumarse a los programas. Por suerte, Alegría intensiva, año a año va creciendo, vamos sumando cada vez más programas. Los artistas son rentados con lo cual dependemos de un presupuesto para poder seguir sumando programas.

¿Cuál es la forma de financiación de la organización?

Los hospitales no pagan por el servicio que reciben, que lo reciben de marzo a diciembre sin excepción, semana a semana. Nosotros recibimos nuestros recursos de empresas que dentro del marco de la responsabilidad social empresarial, deciden apoyar estos proyectos, de parte de concursos de cooperación nacional e internacional, apoyos gubernamentales, y además donantes individuales. Nosotros invitamos a individuos que quieran apoyar y sumarse con su granito de arena, se le debitan desde 60 pesos por mes de su tarjeta de crédito o débito y de esa manera, nos ayudan a seguir adelante con nuestros programas. De esta manera nos financiamos.

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