Antonio Gramsci define a la hegemonía cultural como la forma en que, en una sociedad aparentemente libre, un grupo social impone todo su sistema de valores y creencias sobre los demás al punto de universalizarlos. Cuando esta hegemonía se globaliza entramos ya en el reinado del pensamiento único.
Por Aldo Barberis Rusca
Cuando hablamos del mundo griego en la época clásica hablamos de una unidad cultural que estaba muy lejos de tener un correlato en lo político. En realidad los griegos se llevaban bastante mal entre sí y no perdían ocasión para emprenderla los unos contra los otros. Con el agravante de que nunca estaba demasiado en claro quienes eran precisamente los unos y los otros.
Durante el siglo V a.C. las cosas se pusieron un poco más claras, aunque también un poco más violentas. La primera mitad de ese siglo estuvo marcada por las Guerras Médicas que enfrentaron a las colonias griegas con el poderoso Imperio Persa. Concluido el conflicto y para enfrentar posibles nuevas confrontaciones, los habitantes de las islas del Mar Egeo, los griegos de las costas de Asia Menor y los ciudadanos atenienses conformaron una coalición conocida como la “Liga de Delos” por tener su sede en esa isla.
Pero, si bien en la liga todos eran iguales, la supremacía militar de Atenas hizo que en poco tiempo la conducción de la liga estuviera liderada por esa ciudad estado que bajo el gobierno de Pericles logro su apogeo. A este período se lo conoce históricamente como la “hegemonía Ateniense”. Estoy absolutamente seguro de que a la mayoría de los que leen esta nota los términos “Guerras médicas” “Siglo de Pericles”, “hegemonía de Atenas” y tantos otros les resonarán como un eco lejano de sus años del secundario sin tener, a ciencia cierta, demasiada idea de qué se tratan.
La idea de hegemonía está asociada con la idea de supremacía de un estado o pueblo sobre otros o de una empresa sobre otras; sin embargo el concepto original no era exactamente ese. Hegemonía hace referencia a la conducción de quien está o se pone al frente de un ejército para comandarlo.
Así; Atenas logra la hegemonía por sobre las demás colonias de la Liga de Delos al comandar fundamentalmente la flota naval que termina con la amenaza persa después de casi cincuenta años de guerra. El Siglo de Pericles, que para ser exactos fueron unos treinta años, fue un período signado por el esplendor alcanzado por las manifestaciones artísticas y culturales, así como por el impulso de las obras públicas y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
Atenas se pone al frente de las colonias de la liga a partir del establecimiento de instituciones políticas que sentaron principios democráticos y de igualdad entre los ciudadanos. La hegemonía no se establece por la fuerza o por coacción, sino a través de una superioridad cultural y política que la ponen irremediablemente al frente de sus pares. Pero a pesar de esto la hegemonía fue transformándose conceptualmente en dominio.
A principios del siglo XX Antonio Gramsci establece el concepto de “hegemonía cultural” definiéndola como la forma en que en una sociedad aparentemente libre un grupo social impone todo su sistema de percepciones, explicaciones, valores y creencias sobre los demás al punto de lograr que estos llegan a verlos como propios, naturales y de validez universal; llegando a entender que aquello que beneficia a los grupos dominantes es lo que beneficia a todos.
Este concepto se asemeja bastante al síndrome de Estocolmo, por el cual las víctimas se identifican con los victimarios, pero a lo grande. No alcanza, entonces, con que una clase imponga su predominio por sobre la otra para que se ejerza la hegemonía, es necesario que las clases dominadas hagan propios los paradigmas de los opresores, los difundan y los defiendan como propios.
Esto se vio claramente durante la crisis de las retenciones agropecuarias del 2008 y la resolución 125 cuando centenares de miles de personas hicieron suyos los argumentos de los productores agropecuarios y salieron a la calle a defender los intereses de los sectores más acomodados de la sociedad y en contra de los propios.
El papel de los medios de comunicación de masas es fundamental para el establecimiento de un pensamiento hegemónico. Ejemplo de esto es la importancia de la industria cinematográfica en la imposición de un modo de pensar y actuar típicamente estadounidense en todo el mundo. Y cuando la hegemonía cultural se globaliza es que entramos en el reinado del pensamiento único.
¿Qué es el pensamiento único?; según Ignacio Ramonet es “La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial las del capital internacional”. Es decir que los intereses de una ínfima minoría de la humanidad, el 1% que concentra más del 50% de todos los recursos del planeta, son universalizados y tenidos como propios por la mayor parte del 99% restante. Los esclavos defendiendo los intereses de los amos.
La hegemonía de Atenas comenzó a decaer con la muerte de Pericles hasta ser reemplazada por Esparta. Pero para eso tuvo que suceder la guerra del Peloponeso que dejó un saldo de muerte y destrucción de la que el mundo griego ya nunca se recuperó.