El miércoles 24 de enero más de un millón de personas en las calles le dijeron NO al DNU y a la LEY ÓMNIBUS. El Gobierno se vio obligado a suspender la sesión de este jueves en el Congreso porque no tiene los votos. Intentará el martes 30. Escandalo con el dictamen de mayoría, se firmó y el texto se sigue escribiendo fuera del Congreso.
El miércoles 24 de enero el paro con movilización convocado por la Central General de Trabajadores y las Centrales de Trabajadores Argentinos, ambas CTA, junto a organizaciones sociales, barriales y de la cultura, reunió a más de un millón de personas en la Plaza del Congreso, en Buenos Aires, y en distintas ciudades del país.
Mientras una multitud se expresaba en rechazo al DNU y a la LEY ÓMNIBUS en la Plaza del Congreso, al igual que distintas ciudades del país (Rosario, Bariloche, Trelew, Comodoro Rivadavia, Córdoba, Bahía Blanca, Mendoza, La Rioja, Santiago del Estero, La Pampa, La Quiaca, Tucumán, Ushuaia, Mar del Plata, entre otras), diputados “dialoguistas” se reunían a escondidas en un departamento de la Recoleta convocados por el secretario del bloque de diputados de Milei, Cristian Caram.
En esta reunión, se encontraban presentes Miguel Pichetto (Hacemos Coalición Federal), Rodrigo de Loredo (UCR) y Cristian Ritondo (PRO) y el autor intelectual de la Ley Ómnibus, Federico Sturzenegger (que no tiene ningún cargo en el gobierno).
Estaban reescribiendo el dictamen que se había firmado y votado en el plenario de comisiones en la madrugada del miércoles. Un escándalo que hace recordar a dos décadas infames en la República Argentina: la del ’30 y la del ’90, y a la “Ley Banelco” del gobierno de Fernando De La Rúa.
La cantidad de disidencias en particular de los bloques que apoyan al gobierno, más el rechazo en general de Unión por la Patria y el Frente de Izquierda y de Trabajadores (FIT), obligaron al oficialismo a suspender la sesión de este jueves y fijar una nueva fecha para el martes 30.