El 27 de agosto se cumplió el 30º aniversario del fallecimiento de Roberto Goyeneche, el mayor ícono de Saavedra. Su legado está omnipresente en el barrio con pintadas, calles, estatuas y nomenclaturas. Y también en el documental bográfico (“Roberto Goyeneche – Las formas de la noche”) realizado por su sobrino nieto.
Por Mateo Lazcano
Como si hubiera sido un árbol frondoso y de mucha actividad, puede decirse que Roberto “el Polaco” Goyeneche se encargó de dejar muchos frutos a lo largo de su vida. Especialmente en su Saavedra y aledaños. La omnipresencia de su figura está presente en pintadas, estatuas, nombres oficiales y murgas, y se reforzó en los últimos días, al cumplirse el 30º aniversario de su muerte.
Con la inminencia de su efeméride, desde distintos sectores sociales y políticos se presentaron proyectos en la Legislatura porteña para homenajearlo. Uno, desde el radicalismo porteño, sancionado el 22 de agosto, que dispone la colocación de una placa conmemorativa al “Polaco” en el Club El Tábano de Coghlan (Rómulo Naón 3029), casi una segunda casa para el cantor, al punto tal que alli conoció a su esposa.
El otro de Unión por la Patria que declara de Interés Cultural al documental biográfico “Roberto Goyeneche – Las formas de la noche”, producido por su sobrino-nieto Marcelo Goyeneche y estrenado a fines de 2023.
Esta película fue la gran novedad que marcó este año. Había mucha expectativa desde el momento en que comenzó a filmarse en plena pandemia. La producción pudo lograr testimonios de artistas de la talla de Lito Nebbia o Adriana Varela, unido a registros de su amada Saavedra, material inédito de su intimidad familiar y de su trayectoria musical.
Marcelo Goyeneche la define como “un documental en primera persona, el relato de Goyeneche por Goyeneche”. El film tuvo muy buenas críticas y gran aceptación del público, en una gira que se extendió por más de diez meses casi en paralelo a un complejísimo momento para este tipo de producciones nacionales, y con la política del Gobierno Nacional de desfinanciamiento para las exhibiciones y la propia gestión.
Como cierre de esta etapa, el 27 de agosto se proyecto “Goyeneche – Las formas de la Noche” en la Sala Principal del Centro Cultural 25 de Mayo de Villa Urquiza, en el marco del Mundial y Festival de Tango de Buenos Aires.
Fue a sala llena, con la presencia de la familia del “Polaco”, el equipo que participó del rodaje y sus protagonistas. Además de la actuación de Cucuza Castiello. Y el sábado 31 fue la última función en un ambiente más reducido, la Asociacion Vecinal Loma De Saavedra.
Su recorrido abarcó al Cine Gaumont, el Auditorio Jorge Luis Borges, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, el Cine El Cairo, la Academia Nacional de Tango, y una gira llamada “Por los Barrios”, que incluyó distintos puntos de la Ciudad y el Gran Buenos Aires y ciudades del Interior como Mar del Plata, Gualeguaychú, San Martín de Los Andes o hasta Montevideo.
A modo de balance, este periódico habló con Marcelo Goyeneche, quien transmitió su agradecimiento y satisfacción por el colorario de un proceso que empezó en 2021 y que corrió riesgo en varias oportunidades por los problemas de financiamiento y los últimos ataques al INCAA.
“El balance es muy positivo, se acercó mucha gente al cine a ver la película. Más de cinco mil personas la vieron en los cines comerciales, para una película argentina en estos tiempos es mucho, porque tenemos pocas pantallas en los cines privados”, resume.
Marcelo Goyeneche hace un duro planteo sobre la gestión de Javier Milei. “Después escuchas a personajes como Adorni decir que al cine argentino No lo ve nadie. Mentira, otra falacia cargada de tilinguería en un Gobierno que se encargó de cerrar al INCAA y desfinanciar a la cultura. Si va poca gente, es porque no hay espacios de exhibición, además de la poca difusión que tenemos”.
De acuerdo al cineasta, que tiene en su haber dos películas de renombre como “El Largo viaje de Alejandro Bordón” y “Las enfermeras de Evita”, la respuesta a ese contexto fue crear la Gira por los Barrios. “Ya van cuatro meses yirando con la película en centros culturales, bares y clubes de barrio. Es otra experiencia hermosa, ver cómo la gente está, acompaña nuestra cultura, y se identifica con nuestro cine”.
Para Marcelo, iniciar la realización de este documental biográfico desde cero en estos tiempos hubiera sido lisa y llanamente imposible. “El ensañamiento contra la cultura y la educación del Gobierno es de un nivel de odio increíble. Sin políticas públicas de fomento esta película no existiría, lo repetimos todo el tiempo, sin un INCAA fuerte que proteja y fomente la producción nacional nos vamos a quedar en poco tiempo sin cine argentino. Además de los miles de puestos de trabajo que hoy ya no existen. Es un ataque a la soberanía nacional”.
En ese marco, trae un ejemplo: “Hay que recordarles a los tilingos que la primera película sonora argentina en 1933 fue ¡Tango! un éxito tanto a nivel de la crítica como de la taquilla. El público se sentía identificado con una película que tenía algo tan popular y arraigado como el tango. Fue producida, dirigida y escrita íntegramente en el país. Pero, sobre todo, era una película con voces nuestras, argentinas, como atestigua su afiche: ¡Una película hablada como hablamos nosotros!. Si ¡Tango! se estrenará hoy, no tendría pantallas donde encontrarse con su público. Así estamos con el riego cierto de perder nuestro cine, una parte importante de nuestra identidad”.
Como en todo proyecto de este tipo, es inevitable quedarse con cuentas pendientes. Y si bien ratifica las sensaciones positivas que el proceso le dejó afirma que “falta que más gente se entere que está la película. Hay en muchos lugares dentro del país gente que quiere ver la película y no podemos llegar a ellos. Están las plataformas donde se consume hoy mayoritariamente cine, pero tampoco tenemos acceso, por lo tanto, nos es imposible”.
Pero más allá de la parte profesional y el orgullo por el material producido, Marcelo Goyeneche también tiene una reflexión sobre este 30º aniversario. Y que le llega hasta la sangre. “El Polaco trascendió los límites del tango y se convirtió en un pedazo de la historia de cada uno de nosotros. Como un exponente más del Ser Argentino que se caracteriza por sufrir, luchar y seguir pa’ adelante. El Polaco va a estar siempre, es una leyenda de nuestra cultura popular”.
Tal vez por eso, modificando un poco la letra, ese Último Café al que supo tanto interpretar, no quiera llegar nunca. Para poder seguir disfrutando todos y todas de su legado y vigencia. ¡Treinta años no son nada, Polaco!