Elvira y José, dos décadas de trabajo solidario

Elbira y José, vecinos de Villa Urquiza
Elvira y José viven en Villa Uruiza, casi en el límite con Villa Pueyrredón. Hace dos décadas apadrinan escuelas rurales y recolectan alimentos, juguetes, útiles y ropa. En esta nota elegimos visibilizar el trabajo continuo y solidario que realizan.

Por Agustina Cavalanti

“Siempre ayudamos a escuelas, comedores, merenderos y familias necesitadas”, expresan Elvira Dimarco y José Lafuente, un matrimonio de jubiladxs del barrio de Villa Urquiza (Comuna 12). Hace 20 años forman parte de la Asociación Civil APAER (Asociación Padrinos de Alumnos de Escuelas Rurales) y apadrinan doce escuelas rurales de Chaco, Corrientes y Entre Ríos. Conversamos sobre el gran trabajo solidario que llevan adelante. Además, detallan qué necesitan las escuelas y de qué manera se puede colaborar.

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– ¿Qué representa apadrinar escuelas rurales?

– El padrinazgo va desde la contención a toda la comunidad educativa hasta el envío de alimentos, juguetes, útiles, ropa, especialmente para lxs chicxs de las escuelas primarias y secundarias. Apadrinamos 12 escuelas: en Chaco, la 193 de Charata; la 552 del Pampa de Indio y 2 anexos; y la 159 de Resistencia y 3 anexos. En Corrientes, la 476 y 577 de Monte Caseros. Y en Entre Ríos, la 23 y la 27 de Federal.

Recientemente nos contactamos con un grupo de abuelas tejedoras que nos donaron un montón de pulóveres, gorritos y bufandas. A veces, esa demostración de afecto abriga más que un pulóver de lana, porque lo que uno le está dando es una demostración de amor.

– ¿Qué lxs motivó a realizar este gran trabajo solidario?

– Nos motivó siempre el poder ayudar a la gente, poder estar más cerca de lxs que necesitan. A veces nos dicen: ‘¿por qué las escuelas rurales y no en el conurbano?’. Lo que pasa es que a veces son comunidades tan chicas que es más difícil que les llegue la ayuda, están más olvidados, todas son escuelas rurales, todas están en el medio del campo.

Y tanto en el conurbano como en capitales de provincias, es más fácil que de alguna manera les llegue la ayuda solidaria. De todas maneras, nosotrxs por suerte tenemos bastantes cosas, también asistimos a un merendero en Villa Maipú, en San Martín, y a varios merenderos en San Fernando, provincia de Buenos Aires.

Siempre la ayuda tratamos de canalizarla. Lo bueno de Villa Maipú, como San Fernando, es que es directo; podemos ir, estar en contacto directo con lxs chicxs y es mucho lo que uno recibe en agradecimiento y en afecto, que nos llena el alma.

– Forman parte de APAER, ¿de qué se trata la Asociación Civil?

– APAER nos brinda el respaldo. Por ejemplo, se hizo una campaña donde se recibieron donaciones para modificar los baños, convertir las letrinas en sanitarios, en baños dignos. Y pudimos hacer la modificación en dos anexos de la escuela 552 de Pampa del Indio (Chaco). También en otro tiempo, en la escuela 476 de Monte Caseros (Corrientes), APAER nos donó una máquina de coser nueva para que las madres pudieran armar un taller de costura.

Y en la escuela 27 de Federal (Entre Ríos), se le pudo hacer el cambio de puertas, ventanas, arreglar los pisos y toda la pintura de la escuela. Eso se hace porque APAER recibe ayuda de fundaciones, bancos, empresas y de particulares; entonces, cuando uno tiene una necesidad, que nos manda la maestra o lxs directivxs de la escuela lo derivamos con la Asociación que se encarga de cubrirlo. Nosotrxs no intervenimos en nada de lo que se trate de plata.

En la escuela 193 de Charata (Chaco), la maestra nos comentó que los padres estaban deseosos de armar un proyecto de gallinas ponedoras, y nos mandaron todas las necesidades de materiales: para el alambrado, para el perimetral y el techo). Y se pudo cubrir.

Después nos mandaban las fotos de los pollitos y las gallinas, y una nota contando que juntaban entre 30 y 40 huevos por día; y eso lo usaban como alimento y lo que sobraba, lo vendían en la ferretería del pueblo para comprar materiales, ya sea pintura, tubos fluorescentes, tiza, lo que necesitarán para la escuela. Nosotrxs presentamos la solicitud y es APAER que lo aprueba o no, de acuerdo con la necesidad o a la demanda, o disponibilidad de dinero que tengan.

– ¿Cuáles son las principales necesidades de las escuelas rurales que apadrinan?

– De todo. Lamentablemente alimentos es lo que más necesitan. A veces cuando nos preguntan con qué podemos colaborar, respondemos ‘de todo’. Desde ropa, juguetes, calzado, alimento, hasta utensilios de cocina (plato, vaso, cubierto), un cuadrito, algo para que ese chicx se lleve. Y las veces que viajamos, ellxs te agradecen siempre que hayas ido a visitarlos, que lxs tengas en cuenta. Después, a través de APAER, y de los proyectos de acuerdo con la voluntad del docente y del grupo de padres y madres, se pueden armar talleres de trabajo, artesanías, lo que surja, de acuerdo con la voluntad de la comunidad.

Pero sobre todo lo más importante (aunque parezca mentira), es la contención afectiva; esas comunidades están realmente olvidadas, entonces, además del alimento tratamos de llevarles cajas donde haya juguetes, ropa, calzado, útiles, para que todxs tengan un regalito para llevarse a casa.

– ¿De qué manera se puede colaborar?

– Que lxs vecinxs se sumen, es realmente maravilloso. A través de nuestro Facebook Pepe.Lafuente.9, o Instagram Pepe.Lafuente.9, todxs pueden ver nuestra actividad, tratamos de documentar todo. Nunca pedimos plata y hacemos el trabajo de corazón. Y en las redes sociales mostramos que todo lo que se donó llegó a buen destino, y también buscamos entusiasmar para que sigan ayudándonos, porque esto es permanente.

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