Más que los acuerdos internos de los partidos, es el calendario electoral el que apura las definiciones de candidaturas en la Ciudad de Buenos Aires. Rodríguez Larreta optó por Jorge Macri, pese a que continúa en una rispidez perpetua con el líder del PRO y con Patricia Bullrich. En la oposición sigue habiendo más dudas que certezas, aunque se dan algunos movimientos sorpresivos.
Por Fernando Casasco
Finalmente, Horacio Rodríguez Larreta tomó la decisión que todo el mundo esperaba, pero que él hubiera preferido no tener que adoptar. Anunció que su ministro de Gobierno, Jorge Macri, será el precandidato del PRO dentro de las PASO de Juntos por el Cambio para jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
El primo de Mauricio Macri, ex legislador bonaerense, hasta hace apenas días intendente de Vicente López y aún presidente de su partido en la provincia más habitada del país, correrá con el caballo del comisario en las elecciones concurrentes de agosto.
Si la Justicia lo avala – el tiempo de residencia estipulado por la Constitución es de cinco años – buscará representar a una sociedad en la que conviven miles de ciudadanos que suelen aborrecer de todo lo que venga del Conurbano.
Cómo quedó dicho en estas páginas meses atrás, la elección de Jorge Macri llega más por descarte y presión interna que por convicción personal del jefe de gobierno. Rodríguez Larreta debió hacerse cargo de que su gestión personalista y un gabinete repleto de figuras de poco nivel derivó en tener que entregar esa candidatura a alguien que no es de su propio riñón.
Ni el ministro de Salud Fernán Quirós – el único que aguantó hasta la recta final -, ni su par de Educación Soledad Acuña, ni mucho menos el vicepresidente primero de la Legislatura Emanuel Ferrario lograron trascender más allá de sus propios deseos de postularse.
El precandidato presidencial del PRO no sólo no pudo imponer un nombre de su confianza, sino que debió hacerle una concesión gravosa en un momento delicado del partido a su principal rival interna, Patricia Bullrich, y al líder partidario con el que está profundamente enemistado.
La otra derrotada en JXC resultó Elisa Carrió, quien había apostado todas sus fichas al titular de la cartera sanitaria.
El método para la elección se lleva un párrafo aparte. Según la versión oficial se tomaron en cuenta tres encuestas para medir a Macri y a Quirós, en una cruza de datos entre imagen, intención de voto y proyección futura.
Ya se sabe que la democracia interna de los partidos está desaparecida en acción: si no es el dedo de un dirigente, menos engorroso que votar es dejar el trabajo en manos de estadígrafos.
“Quiero manifestarle todo mi apoyo a Jorge. Confío en él y estoy seguro de que va a dejar todo para estar a la altura del legado que empezó Mauricio en 2007 y que tuve el honor de continuar desde 2015”, escribió el jefe de Gobierno en sus redes sociales.
Hay que recordar que esa “confianza” de la que habló el precandidato presidencial no alcanzó para comunicarle previamente a su ministro de la decisión para que se vote en forma separada los cargos nacionales de los comunales.
Fue esa medida la que encendió la mecha de la disputa entre Rodríguez Larreta y gran parte de los dirigentes de su propio partido, Mauricio Macri incluído. En el PRO se vio esta jugada como una movida a favor del precandidato del radicalismo, el senador Martín Lousteau, de muy buenas migas con el jefe de gobierno y que de votarse con lista sábana tendría menos chances que su rival macrista.
Pocos días después del anuncio el mandatario local, en tono de campaña presidencial, realizó un anuncio de baja de impuestos locales junto a varios empresarios del denominado “círculo rojo” y en el que estuvieron presentes los precandidatos a sucederlo: a Macri y Lousteau se sumaron Graciela Ocaña de Confianza Pública y Roberto García Moritán de Republicanos Unidos. A la foto de unidad pegó el faltazo Ricardo López Murphy quien está enfrentado con el esposo de la modelo “Pampita” Ardohaín por el liderazgo del espacio liberal y en lo nacional está alineado con Bullrich, su ex compañera de gabinete durante el gobierno de Fernando de la Rúa.
Un apoyo “ma non troppo”. Mientras el propio Larreta apareció en un video junto a Lousteau en las redes sociales del senador radical, es nulo el acompañamiento que los funcionarios a su cargo han demostrado hasta ahora a su par de gabinete. En las calles porteñas la militancia larretista instala mesas para entregar propaganda del precandidato presidencial, sin hacer mención al menor de los Macri.
De todas maneras, a Larreta no le conviene darle la espalda a su precandidato. No hay que olvidar que Jorge Macri aún cuenta con la lapicera en el PRO bonaerense, donde el precandidato a gobernador del jefe de gobierno, Diego Santilli, no la tiene tan fácil en su disputa con el bullrichista intendente de Lanús Néstor Grindetti. En las últimas semanas más jefes comunales se han inclinado por favorecer al actual mandamás del club Independiente, por lo que el “Colorado” puede necesitar algún favor de parte del ex alcalde de Vicente López.
La otra vereda
La oposición también vela sus armas para la contienda, con muchas desconfianzas cruzadas y con la conciencia de que en la línea de largada está varios metros por detrás del macrismo reinante en la Ciudad.
Como suele ocurrir en el peronismo, el Frente de Todos se encuentra expectante de la resolución nacional: si habrá o no PASO y, en el último caso, cuáles serán las precandidaturas que queden sobre el tablero.
Pendientes de esa definición se encuentran los tres nombres que más suenan para encabezar las listas: el ministro de Turismo, Matías Lammens, quién buscaría una segunda oportunidad, tras el 35% obtenido en 2019; el diputado de origen radical Leandro Santoro, quien según algunas encuestas cuenta con la mejor imagen; y el senador peronista Mariano Recalde, miembro de La Cámpora, que representa al sector más cercano a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Sin definiciones, Lammens y Santoro (ambos unidos además por su pasión por San Lorenzo) son los que se muestran más cercanos y trabajan en propuestas comunes. Una reciente reunión de ambos dirigentes con la abogada Graciana Peñafort, difundida por el ministro, le valió a esta última una reprimenda del sector kirchnerista.
En cambio, hay otros actores que intentan quebrar la parálisis actual. Uno de ellos es el comediante y youtuber Pedro Rosemblat, conocido como “El cadete”, por el personaje que interpretaba en televisión. El joven militante llama a movilizar a la juventud y a terminar con los “buenos modales” que sólo depararon derrotas. Cuenta para ello con su experiencia en los medios digitales y con el apoyo de la legisladora Ofelia Fernández y el referente de CTEP, Juan Grabois. La decisión de postularse sumó también el visto bueno de Máximo Kirchner.
A su vez lanzó su precandidatura la abogada y ex ministra de Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, quien busca representar a sectores sindicales y de izquierda que integran el Frente de Todos, críticos de la gestión de Alberto Fernández. “Se puede pensar una Ciudad que también ayude a un cambio en la sociedad”, afirmó en su lanzamiento la ex funcionaria.
Quien ya tiene definido su candidato es La Libertad Avanza, el partido dirigido por Javier Milei. Como ocurrirá a nivel nacional, el partido de derecha presentará lista única encabezada por el legislador Ramiro Marra como candidato a jefe de gobierno. El economista es uno de los que podría ser perjudicado por el hecho de que las elecciones se realicen en forma separada de las nacionales, ya que no contaría con la tracción de la boleta que encabeza el lenguaraz diputado “libertario”.
En tanto, en el Frente de la Izquierda y los Trabajadores se anotaron para las PASO Vanina Biasi, por el Partido Obrero y el gremialista docente Jorge Adaro, en representación de Izquierda Socialista. El reloj no se detiene y de aquí al 24 de junio se esperan las últimas definiciones con los cierres de listas y el inicio oficial de la campaña electoral.