Espacios verdes: se precisan más pero en la Ciudad de Buenos Aires se reducen

Espacios verdes
La pandemia reflotó la necesidad de contar con plazas y parques para poder realizar actividades recreativas o deportivas. Pero en Buenos Aires, estos lugares están muy por debajo de lo que recomienda la OMS. En nuestros barrios, se dan ejemplos de cementización, de pérdida del espacio público y venta de terrenos que se convertirán en edificaciones.

Por Mateo Lazcano

En la Ciudad de Buenos Aires viven un poco más de 3 millones de personas, según datos de la Dirección General de Estadística porteña. A cada uno de ellos/as le corresponde en promedio 5,13 metros cuadrados de espacio verde. La cifra muestra un alto déficit: la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la cantidad sea tres veces superior.

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Si bien no es nuevo el problema, en los últimos años se profundizó. Y contrariamente a una era marcada por la lucha por el medio ambiente, en Buenos Aires hay cada vez menos espacios verdes, por decisión del Gobierno de la Ciudad, que rezonifica y vende terrenos para emprendimientos privados.

En nuestros barrios hay distintos ejemplos vigentes, o con cambios recientes de lugares que son o supieron ser plazas o parques y ahora, son o serán desarrollos inmobiliarios. Al mismo tiempo, esta problemática se enmarca en el actual debate por la actualización del Plan Urbano Ambiental.

En la Comuna 12, Hugo Campos, licenciado en Gestión Ambiental e integrante de “Vecinos por la Ecología”, destaca la defensa que un grupo de vecinos y vecinas realiza sobre las manzanas del llamado “Parque Lineal” de la avenida Roberto Goyeneche, en Saavedra.

El nuevo Código Urbanístico – aprobado a fines de 2018 – autorizó a la rezonificación de las parcelas entre García del Río y Crisólogo Larralde. Está previsto que allí se construyan dependencias públicas. Organizaciones vecinales exigen que se mantengan los espacios verdes y destacan cómo se vería perjudicada la absorción del suelo en una zona inundable como es esta zona de Saavedra.

A ello se le suman varios ejemplos del pasado. La planta recicladora en Goyeneche y Arias, que abarca una manzana entera, fue resistida en sus comienzos. Quienes la cuestionaban exigían una plaza y no esa construcción. Por otro lado, existe el antecedente de la cementización de las plazoletas del boulevard de la Avenida Balbín, entre Ruiz Huidobro y avenida General Paz.

A lo largo de este boulevard, en 2013, el entonces jefe de Gobierno, Mauricio Macri, montó fuentes y estructuras de cemento rectangular reduciendo la presencia de césped. Cerca de este lugar, sobre la misma avenida, pero del otro lado de la estación Saavedra, se encuentra la plazoleta Francisco Lomuto, que tiene la particularidad de ser totalmente de cemento, sin espacio verde alguno a pesar de ser un área de descanso en la zona.

En la Comuna 15, en tanto, se libra actualmente una de las mayores disputas entre asociaciones vecinales y empresas constructoras, con el Gobierno de la Ciudad inclinando la balanza del lado de estas últimas. El escenario es el parque de “La Isla” de La Paternal, situado entre las vías del Ferrocarril Urquiza, la avenida Chorroarín y el predio del ex albergue Warnes.

“La Ciudad lo que hizo ahí fue jugar a favor del privado pero de una manera perversa. Primero intentaron avanzar en 2007, pero los vecinos se movilizaron y el proyecto quedó parado. Recientemente, consiguieron la rezonificación por ley y quedaron habilitados a construir 11 torres de 18 pisos cada una (casi 50 metros de alto)”, cuenta el comunero del Frente de Todos, Leonardo Luchesse.

Si bien la habilitación para construir estas torres es de la época del entonces Jefe de Gobierno, Fernando De La Rúa, a través de la Ordenanza Nº 52.295/1997, el reciente convenio aprobado en la Legislatura porteña le modifica los usos al suelo para poder instalar, además, oficinas comerciales, alojamientos turísticos, gimnasios, geriátricos, casas de fiestas privadas, entre otros, y subsuelos de estacionamiento. También habilita la intervención en el parque de la Isla a través de la cimentación de veredas y calles internas que conecten los edificios entre sí.

El dirigente destaca que durante la pandemia el conflicto, que lleva años en La Paternal, reflotó, debido a movimientos de la firma Sadia, que cortó el pasto del lugar y colocó un banner, en una señal de que estaba próxima a reactivar el proyecto.

“Este tiempo quedó claro que los espacios verdes en la Ciudad no sobran sino que faltan. Y puntualmente a La Isla se acercan vecinos y vecinas de distintas zonas de Buenos Aires. Estamos hablando del segundo pulmón porteño y de un biocorredor hacia el norte y Palermo, por lo que es un claro ejemplo de lo que le importa al Gobierno preservar estos espacios”, aporta el comunero.

En ese sentido, Luchesse enfatiza que, salvo por el parque mencionado, en todo el barrio de La Paternal no hay plazas. Algo que se repite en otras zonas de la Ciudad.

Proyecto para aumentar los espacios verdes

Recientemente, el legislador del Frente de Todos, Juan Manuel Valdés, presentó en la Legislatura porteña un proyecto de ley que propone aumentar la cantidad de espacios verdes en la Ciudad. La iniciativa crea un “Fondo Verde” para tener los recursos para su continuidad a lo largo de los años, sobre todo en el tiempo post pandemia en que el aire libre ayudará a disminuir el riesgo de contagios.

Valdés insta a la creación de espacios verdes en terrenos baldíos, así como el incentivo al desarrollo de este tipo de políticas desde el sector privado. Como meta, el proyecto busca alcanzar la cifra de espacios verdes recomendada por la OMS para las grandes ciudades. Al respecto, Hugo Campos relativiza la posibilidad de poder lograrlo, ya que para alcanzar ese número con los niveles actuales de construcción en la Ciudad, “deberían tirar abajo manzanas enteras”.

Antecedente de los “Patios Porteños”

Durante la breve gestión de Jorge Telerman en Buenos Aires, su gobierno creó el programa “Patios Porteños”. El mismo tuvo elementos similares con esta iniciativa de Valdés ya que buscaba crear espacios públicos en terrenos ociosos pertenecientes a la Ciudad. En primer lugar, se los reacondicionaba y recuperaba para que reciban visitas de vecinos. Los mismos se destinaban a la recreación o actividades culturales.


Las fotos que ilustran la nota son de archivo (marzo y mayo de 2019)

 

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