Estudiantes de primaria proponen una solución frente a los casos de violencia de género

Frente a la falta de decisión política, voluntad


Alumnas y alumnos de 7mo grado de la escuela “Benito Juárez” de Villa Devoto presentaron en la Legislatura porteña un proyecto de ley para la creación de Centros Integrales de la Mujer que funcionen las 24 horas, todo el año, en las 15 comunas de la Ciudad de Buenos Aires.

Urquiza se Organiza

Por Mariana Vaccaro

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“Nosotros quisimos hacer este proyecto porque hoy en día una mujer muere cada 30 horas y… es fuerte. Hay mujeres que tenían hijos y ahora los hijos quedaron solos, huérfanos. Por eso quisimos proponer la creación de centros para las mujeres, para que las reintegren y que sepan que todavía se puede vivir, porque por causa de un hombre no es que no vas a seguir viviendo. Quisimos hacer este proyecto para que las mujeres sientan que pueden hacer algo más”.

Estas palabras no son de un funcionario sino de Franco, estudiante de 7mo grado de la escuela “Benito Juárez” de Villa Devoto, quien junto a sus compañeros y compañeras generaron un proyecto de ley para que se abran nuevos Centros Integrales de la Mujer en la Ciudad.

“Investigamos y había solo tres Centros, de los cuales apenas uno estaba en funcionamiento y ni siquiera abría las 24 horas. No hay un horario para el maltrato a la mujer”, resalta Camila con seriedad sobre la iniciativa que elaboró junto a sus pares de 12 y 13 años en el colegio y fue presentada en la Legislatura porteña en julio pasado.

“Queremos que se establezcan Centros Integrales de la Mujer en todas las comunas y que duren las 24 horas del día porque suponte (que las mujeres) salen del centro y los maridos van y las matan. Saben que a cierta hora llegan a su casa y las matan, es claro”, suma Naila preocupada por la escasa oferta de asistencia a víctimas de violencia.

“También pedimos que en cada Centro haya personas que puedan curar las heridas de las mujeres. Que haya médicas y psicólogas y que tengan un trabajo que dure y que no sea un trabajo de tres meses”, agrega Camila sobre la propuesta que no solo plantea la necesidad de crear más cantidad de lugares que tomen denuncias de violencia de género y ofrezcan refugio a las víctimas, sino que además advierte que los/as profesionales que asistan a las mujeres deben trabajar en relación de dependencia con el Gobierno de la Ciudad en planta permanente, para que la calidad de la atención se sostenga a largo plazo.

Al respecto Dylan aclara que en la puerta de los 15 Centros Integrales de la Mujer que proponen debería haber “personas que no dejen entrar al marido, gente de seguridad que no sea la Policía”, porque recuerda que “la mamá de un compañero trabaja en la Metropolitana y sobre estos casos contó que un día fueron dos chicas que dijeron que las violaron y las mismas personas se rieron de las chicas”.

“Sí”, acota una compañera, “no les tomaron la denuncia”. “Porque no se sabe”, retoma Dylan, “pero hay jueces y policías corruptos”. La crítica que hace al funcionamiento de las instituciones no le hace perder de vista lo más importante: “Hay jueces que tal vez no les parece importante el caso y no lo toma, pero se trata de la vida de una persona”.

Cómo surgió la idea

La perspectiva de género y el trabajo sobre la prevención de la violencia hacia las mujeres depende exclusivamente de la voluntad que tenga cada docente e institución. En este caso, quien guió a los y las estudiantes en esta iniciativa es Verónica Giménez Canasso, maestra de Lengua y Sociales en 6to y 7mo grado, que además contó con el apoyo de la directora del colegio, Claudia Cardoso.

“El año pasado, 8 de marzo (día internacional de la mujer) nosotros con toda esta perspectiva de los procesos históricos multicausales y un montón de cuestiones que tienen que ver con el diseño curricular empezamos a trabajar sobre violencia, uno de los ejes fueron las reivindicaciones de la mujer actual” expresa Giménez Canasso.

“Una de las cosas más sensibles había sido la violencia – indica la docente – , si bien no había pasado el 3 de junio, habían empezado a estar en las tapas de los diarios situaciones de femicidio, entonces dentro de las charlas que dimos de iniciación al tema aparecieron varios chicos dando testimonio de que conocieron o supieron de situaciones de violencia, muy acongojados, sensibilizados por el tema. Ellos tuvieron un cimbronazo emocional, se destaparon algunas cuestiones y empezamos a trabajar con eso, tomamos la agenda de reivindicaciones de las mujeres, algunas fechas para ver por qué se daba y en qué sentido nosotros podíamos llegar a ser difusores de eso, simplemente, son niños de 12 años, más que nada tenía que ver con un sentido igualitario dentro de lo que es su identidad”.

“Empezamos a trabajar con el Bicentenario de la Independencia e hicimos un trabajo sobre el rol de la mujer en los últimos 200 años. Vimos las biografías de mujeres importantes, hicimos otro trabajo sobre los estereotipos en las revistas y empezamos a ver si las mujeres estaban ahí por su cuerpo o su capacidad intelectual. Hubo ciertos cambios a partir de la marcha de NiUnaMenos, como que ahora le hacen más caso a la violencia de género pero todavía falta mucho para que ya no haya más violencia y entonces así surgió el proyecto”, cuenta Zoe.

“Veíamos que las mujeres eran muy maltratadas y hay mucha gente que piensa que el hombre está por encima de la mujer. Por ejemplo: una mujer puede ser presidente, pero en la Iglesia una mujer no puede estar en el lugar más alto, solo lo pueden hacer los hombres, es como que separan a las mujeres de los hombres y ponen más adelante a los hombres y a las mujeres más atrás, no van todos por el mismo camino.

Dicen la mujer tiene que cocinar y ser ama de casa y el hombre tiene que ir a la oficina a trabajar, pero pueden ser cualquier cosa y pueden hacer lo que quieran. El hombre no puede mandar a la mujer ni la mujer puede mandar al hombre”, añade Leandro marcando las desigualdades de género que en la actualidad siguen naturalizadas.

La presentación en la Legislatura

Todos los años séptimo grado presenta un proyecto de ley en la Legislatura de la Ciudad. Los alumnos van al recinto, cuentan de qué se trata la iniciativa que crearon y entre todos votan una propuesta. “Nuestro proyecto fue el más votado”, dicen los estudiantes que recuerdan que de los 45 chicos presentes en el palacio legislativo, 41 eligieron su proyecto.

En la iniciativa los/as estudiantes remarcan que la Ciudad adhirió en marzo de 2009 a la Ley Nacional N° 26.485 de Protección Integral a las Mujeres. Sin embargo, en 2015 se contabilizaron 275 femicidios en la Ciudad (según La Casa del Encuentro, cuyas fuentes son medios de comunicación) y muchas de las víctimas “habían hecho denuncias luego de haber sufrido episodios de violencia y muchas, incluso, habían conseguido la exclusión de hogar y la prohibición de acercamiento para quienes terminarían siendo sus femicidas”, indica el texto de una propuesta que nace de una motivación despojada de intereses partidarios.

Gracias al empuje de las docentes y al entusiasmo de los/as chicos/as, el trabajo sobre violencia de género no se quedó sólo en cuestionamientos a la asistencia a las víctimas, sino que avanzó con una propuesta que busca un cambio.

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