Por la extensión de la cuarentena obligatoria la feria “más linda” del barrio se reinventó. La venta directa de productos se realiza de forma online. Una salida solidaria para paliar la crisis de lxs feriantes, que contribuye a difundir los emprendimientos y la comercialización de sus mercaderías. Entrevista a María Marta Bunge, docente e integrante de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Agronomía y parte de la Comisión de Formación de la Feria.
Por Agustina Cavalanti
Las ferias barriales de artesanxs y pequeñxs productorxs representan una de las actividades no esenciales más perjudicadas por el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Ante esta situación crítica, la Feria del Productor al Consumidor de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) comenzó a realizar sus ediciones en la modalidad virtual. De este modo, se convirtió en un importante canal de difusión y comercialización de los productos de sus feriantes.
“La pandemia y la cuarentena afectó severamente a lxs productores, son muy pocos lxs feriantes que tienen otro trabajo, un gran porcentaje vive de sus ventas y algunxs solamente de lo que comercializa en la Feria de Agronomía. Otrxs participan de distintas ferias que también se suspendieron, entonces la gran mayoría de lxs feriantes se quedaron sin ingresos y con sus proveedores cerrados, con dificultad de acceso a sus insumos”, contó la docente de FAUBA María Marta Bunge, feriante e integrante de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria y de la Comisión de Formación y la Inter comisión de la Feria.
La feria autogestiva y de economía social de Agronomía es un espacio de construcción colectiva, que fomenta el trabajo cooperativo. Está conformada por siete comisiones de trabajo y una intercomisión desde donde se toman las decisiones finales, en conjunto. Antes de la cuarentena, se realizaba en el predio de la Facultad de Agronomía (Av. San Martín 4453), todos los segundos fines de semana de cada mes, desde el año 2013.
Participaban más de 200 pequeños productores que instalaban sus puestos de venta directa al público. El comercio justo, la producción de alimentos sanos, la propuesta cultural (talleres, espectáculos y capacitaciones) y el intercambio entre productorxs y lxs visitantes la transformaron en una de las ferias más importantes del barrio y la Ciudad de Buenos Aires.
Solidaridad frente a la crisis. A partir del cierre de la Feria, se organizaron diferentes acciones desde el colectivo, como solicitar pedidos de subsidios al Gobierno para que lxs productorxs puedan acceder a ese beneficio. Además, la Facultad repartió un pequeño bolsón de alimentos secos para lxs feriantes. También algunxs productorxs que elaboran comida se sumaron a distintas ollas populares. Y comenzó a realizarse la feria online.
“Sabemos que mientras no se abra el predio de la Universidad la feria tampoco. Entonces empezamos a gestionar la feria virtual. Eso implicó poner en práctica un montón de habilidades y de saberes nuevos. En el interín, cada unx trataba de vender por redes sociales y algunxs feriantes se organizaron en colectivos pequeños y empezaron a comercializar por internet. La feria tiene una consciencia social muy grande”, dijo la docente.
¿Cómo funciona la feria virtual? A través de las redes sociales se publican los productos de los distintos emprendimientos y sus contactos para que lxs vecinxs puedan comprar directamente al productor. Además, el colectivo está diseñando un catálogo “para que la gente pueda entrar en la feria y mirar casi como si estuviese paseando por nuestra Agronomía. Aún está en proceso, pero cada día se va mejorando y encontrando nuevas formas de estar lo más presencial posible”, agregó Bunge.
Algunxs ofrecen envíos a domicilio por moto o bicicleta. “Si bien las compras son menores que presencialmente y hay muchxs compañerxs que tienen dificultad para hacer un buen catálogo y poder mostrar sus productos, la feria virtual sirve como una enorme publicidad porque cada emprendedor muestra cómo hace la mercadería y exhibe su taller, entonces sirve para conocernos más allá de los productos”, expresó María Marta Bunge.