En el marco de la Semana Mundial del Arte Callejero, del 20 al 27 de septiembre, habrá espectáculos en las distintas plazas del mundo. En la Ciudad de Buenos Aires la iniciativa es impulsada por Festi Sheca, un colectivo de artistas itinerantes que se proponen reivindicar su arte y la manifestación cultural en el espacio público.
Por Luciana Aghazarian
Resurgieron en el 2000 a causa de la falta de empleo como una alternativa laboral marginal. Podía vérselos en las plazas o en los semáforos. Hoy se profesionalizaron y los que insistieron con este modo de vida lo hicieron por elección.
Viajaron por Latinoamérica y por el mundo, estudiaron, ganaron experiencia y hoy se reúnen en Buenos Aires como un colectivo de artistas de distintas nacionalidades que llevan la bandera del Festi Sheca.
Se trata de un Festival-Encuentro de artistas nómadas e itinerantes creado con el fin de salir a la calle a compartir su arte y poner en valor el oficio del artista callejero en la cotidianeidad de la gran ciudad porteña.
“Es un formato que apuesta a abrir espacios para poder albergar la creciente cantidad de artistas callejeros, circenses y de otras ramas que fueron surgiendo en los últimos 20 años. Es una apuesta a futuro que va mucho más allá del Festi Sheca en sí”, relata Menzo Cambalache sin revelar su verdadera identidad. Es que “la filosofía de vida es ser el personaje”, explica Catalina Amorim o más bien, Cata Catarsis.
La idea surgió a fines de 2012 en el contexto del Parque Centenario. En una tarde de mates, Menzo Menjunjes lanzó la propuesta de realizar “el primer festival off de Circo y Artes Callejeras” con el objetivo de dignificar esta labor y evitar el enrejamiento de uno de los espacios públicos más emblemáticos. “Era una necesidad juntarse a compartir, disfrutar y resistir, y la jornada fue un éxito”, cuenta Menzo Cambalache.
Con este antecedente, en marzo de 2014, Tincho Metapue, Menzo Menjunjes, Dani El Águila y Cata Catarsis dieron origen al Festi Sheca tal como se lo concibe hoy. Ya se realizaron nueve ediciones: seis en diferentes parques de la ciudad de Buenos Aires, uno en el marco de la Feria del Libro Itinerante, uno en Vilcabamba, Ecuador, otro en Barcelona, España, y, por último, en San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires.
El próximo Festi Sheca se llevará adelante entre el 20 y el 27 de septiembre, en el marco de la Semana Mundial del Arte Callejero. Cirqueros, payasos, teatreros, saltimbanquis, juglares urbanos, músicos ambulantes, malabaristas, trovadores, poetas, estatuas, titiriteros, acróbatas unidos llenarán de color las distintas ciudades del mundo.
En Buenos Aires, el colectivo Festi Sheca hará lo propio: El 20 habrá lo que llaman una “expansión”, es decir durante todo el día saldrán a mostrar su arte en las distintas plazas de la ciudad y a las 20 habrá un varieté en el mástil del Parque Centenario y ruedos callejeros en diversos espacios públicos.
Entre otras actividades, el 23 a las 17 se reunirán todos los malabaristas en el Cid Campeador, y el 27 se hará el cierre en Parque Chacabuco. “Vamos a apoyar a los vecinos que no quieren que se cierre el parque y a reivindicar el espacio público”, aseguran.
“Lo que hacemos es de corazón, una pasión, una filosofía de vida. Es querer abrir espacios, ir a diferentes plazas donde a veces no pasa nada. Son semillas que vamos plantando, para mostrar que hay personas que se dedican al arte callejero, que es un trabajo digno, y de ahí la importancia de la gorra. Es una militancia y yo como artista quiero construir un lindo piso, una base, para mí y para otros”, explica Cata Catarsis, una artista uruguaya que conoció esta iniciativa viajando por Europa.
Parece y suena sencillo, pero no lo es. En la ciudad rigen ciertas normas en relación a los permisos para que un artista callejero pueda manifestarse en la vía pública; eso sumado a la masiva colocación de rejas en los parques dificulta cada vez más la tarea.
Giselle Viera, más conocida como Onírika, porteña con diez años de experiencia en este arte, manifiesta: “No queremos que el arte se aburguese, por eso lo sacamos a la calle y tomamos esto, también, como una acción social. La frialdad de la reja divide a la gente, hay horarios cada vez más restringidos y los permisos pueden sacarse por parques y/o períodos. Por ejemplo, en Parque Chacabuco se empezaron a poner bares y, así, se va privatizando el espacio público. Se pierde cada vez más la espontaneidad del arte y se hace burocrático”.
Andrea Toscano, cuyo nombre artístico es Ulagula, es mexicana y luego de recorrer distintos festivales de Latinoamérica, hace tres meses llegó a Buenos Aires y, sin dudarlo, se sumó a Festi Sheca.
“Empecé hace cuatro años haciendo circo. Recorrí América Latina brindando espectáculos en la calle, participando de talleres y festivales. En lo cultural, no hay ninguna ciudad que sea como Buenos Aires, por lo que me gusta mucho estar colaborando en este colectivo que tiene como objetivo generar red, el encuentro entre artistas que hemos estado en distintas partes del mundo”.
Festi Sheca es un proyecto autogestivo, organizado por los mismos artistas, sin financiación externa. “El único auspiciante es el público y su colaboración a la gorra”, reivindican.
Su misión es, por un lado, dignificar su trabajo, una labor para la cual se prepararon y de la que están orgullosos y, por el otro, brindarle acceso a la cultura a cualquiera que pueda acercarse a una plaza o un parque.
“Queremos ocupar creativamente el espacio público, llenar de alegría, música y colores las calles llevando espectáculos a cada barrio, a cada esquina, a cada plaza”, resume Menzo Cambalache.
Todos alguna vez vimos algún espectáculo a la gorra en un espacio verde o semáforo, pero la Semana Mundial del Arte Callejero se plantea como la oportunidad para, quizás, prestarles más atención que otras veces. Porque estos artistas en la calle no son sin ese público que los valore y potencie.
El Festi Sheca es “cultura popular de todos, para todos”, se enorgullecen y van por más.